Owen estaba destrozado, su corazon recompuesto gracias a ella se volvio a romper gracias a él mismo por ser justo como lo llamo Sara... un gilipollas.
Nunca se dio cuenta que era el mismo él que se auto exigia demasiado hasta acabar hecho polvo. En su otro trabajo, incluso hacía más horas y peor aún se jugaba la vida.
-¿Hola? Buenos dias, soy Owen, que pido la baja laboral por malestar físico-dijo Owen a uno de sus subjefes que se encargaba de hacer encajar las cosas si algun trabajador faltaba, poniendo a otro en su lugar.Estaba bocarriba estirado con los brazos abiertos de par en par mirando el techo blanco pensando en esa noche. Necesitaba aclararlo todo.
Necesitaba decirle que le ocurrió, necesitaba saber si estaba bien... la necesitaba.
Su secretaría se había pasado de cantidad poniendole demasiado ron al cafe, aposta. Owen ni siquiera se dió cuenta por la cantidad de trabajo. Antes de acabar la hora última su cabeza empezo a dar vueltas, disimulo su borrachera muy bien, nadie lo noto menos su secretaría.
Él hechaba de menos a Sara y en ese momento confundido decidio tener sexo con otra persona... ella gimió como loca pero Owen ni siquiera sintió placer, ¿Porque sólo con Sara lo conseguía sentir?
Pero ahora se daba cuenta que todo lo confundido de antes fue una completa tontería... pero lo hecho, hecho está.Había jurado no ser débil, dejar atrás todo lo que le causará eso y ahora es demasiado tarde... ya es débil. Tiene una débilidad, Sara. Una lágrima cae por su lado (ya que sigue estirado) pero enseguida se la seca y se levanta.
No puede quedar esto así. Tiene que hablar con ella. Tiene que aclarar las cosas.Sara contemplaba desde su ventana el bonito día de verano soleado, el cielo despejado de nubes, aire fresco pero demasiado calor para salir, que pereza.
Mentira. Que dolor. Esta bien de salud pero algo la mata por dentro. Gracias a él salió adelante, no se imagina una vida lejos de él. Llebaba llorando toda la noche y toda la mañana. No quería dejarlo, aún lo que hizo, ella sigue enamorada de él.
Recuerdo tras recuerdo invadia su mente.
De pronto escucho el sonido de la puerta.
Pero no hizo caso, podría ser una amiga de su madre o Clara...
-¡Sara, es para ti!- le gritó su madre.
Sí, está claro que sería una amiga suya pero no le apetecía que viniese. Odiaba cuando se le presentaban en su casa como su si fuera de ella y se quedaba plantada allí por horas y si no fuese porque su madre le puso una hora de vuelta se quedaría allí.
Hay personas que no comprenden que los demás si que tienen cosas que hacer... en fin, es que al pensar eso se ponía de los nervios.Se acerco y vio el rostro de su madre mirandola de manera pícara y luego al voltear la vista hacía la entrada se encontro el rostro más hermoso que ha podido existir en el mundo. Pero ya no era suyo y al pensar lo último sus ojos se volvíeron a auguar.
-Hola Owen- dijo Sara.
-Hola Sara, emm... ¿podemos hablar?-le pregunto Owen.
-Claro, adelante, pasa- le dijo Sara.
-Vale, gracias- le dijo Owen con una sonrisa triste.
-Pero vayamos al jardín, que mi madre es muy cotilla- le susurro Sara.
-Lo he oido-le dijo su madre en voz alta con cara de enfadada pero de broma.
Sara la miro con una gran sonrisa para disimular y Owen no pudo evitar carcajear ante tal escena.
Una vez salieron al exterior se acomodaron en una hamaca que había justo donde había sombra.
-Bueno, que me querías decir- rompió el hielo Sara con curiosidad y miedo al mismo tiempo.
- Pues primero de todo quería ver como estas fisicamente, de las heridas.
-Estan curandose, al llegar a casa me las arregle para curarmelas sin que mis padres las vieran para evitar preocuparlos. Gracias por preocuparte.
-Bueno lo segundo es que quiero saber que ocurrió.
-Pues nada, estaba caminando de camino a casa (pequeña mentira) y de repente vi el auto que ya había visto momentos antes en todo los sitios donde habia estado, me intentaron secuestrar pero consegui escapar y corri a tu casa pero... - Sara se callo y sintió como una lágrima se caía por su mejilla.
-Lo siento mucho Sara, estaba tan cansado, había tenido tanto trabajo y encima mi secretaría se paso con el ron emborrachandome y te hechaba de menos y no supe como gestionarlo me sentía débil, nunca me había enamorado porque lo consideraba una debilidad y ahora mirame- dijo Owen después de quitarle la lagrima suavemente a Sara. Pero al pronunciar las últimas palabras su voz se fue quebrando hasta que una lagrima emergio de sus preciosos ojos dejando estupefacta a Sara.
-Te necesito, sin ti no soy nada, no tengo nada ni algo por lo que seguir vivir, te quiero como nunca había querido a nadie, me has hecho sentir cosas que nadie logro hacerme sentir, no te quiero perder a ti también, eres mi mundo.- dijo Owen ya llorando como un niño pequeño soltando todo lo que llevaba dentro.
Sara seguía estupefacta pero una parte de ella se alegro al verlo así, mostrandole una faceta suya, mostrandole su debilidad...
-Yo también te necesito, te quiero demasiado, no puedo vivir sin ti- dijo Sara rompiendo a llorar también.
Owen junto sus frentes y cuando los dos se calmaron, sus labios se posaron en los de ella con necesidad, pasión pero a la vez con suavidad.