† 𝓣𝓱𝓮 𝓑𝓲𝓻𝓭𝓼 † [NamJin † Book #1]

07

Los ojos de Seok Jin se abrieron de pronto, perdiendo por completo el sueño. Tenía el corazón latiendo a mil y la respiración terriblemente agitada. Había tenido un mal sueño, mismo que olvidó en el momento en que sus ojos se abrieron.

Su cintura era aprisionada por un fuerte brazo, recordó que Nam Joon se había quedado a dormir y se sorprendió al notar que el moreno seguía ahí. Tomó con cuidado el brazo que lo aprisionaba y se giró para poder quedar de frente a Nam Joon. El moreno aún dormía, su rostro reflejaba tranquilidad y sus gruesos labios estaban entreabiertos, dejando escapar aire de entre ellos.

Seok Jin sintió un deseo enorme de querer despertar cada mañana con esa maravillosa imagen. Sacudió su cabeza, divertido por el rumbo que tomabana sus pensamientos y con mucho cuidado, salió de la cama. Buscó una bata de baño y algo de ropa, la dejó sobre una silla junto a la puerta y salió de la habitación con la bata en mano. Fue hasta el cuarto de baño, abrió las llaves y mientras el agua tomaba una temperatura adecuada, Seok Jin se despojó de su pijama.

Cuando por fin su cuerpo se colocó debajo del chorro de agua, se relajó. Los malos tragos de su semana se fueron junto con el agua por el drenaje, haciéndole sentir al castaño con un peso menos sobre los hombros.

Luego de unos -liberadores- minutos de baño, cerró las llaves de la regadera, tomó su bata de baño y se la calzó. Salió del baño, fue a la habitación y, tras asegurarse que Nam Joon seguía dormido, comenzó a secarse y se vistió lo más rápido que pudo.

—Qué buena manera de despertar me has dado.

Seok Jin se quedó quieto cuando escuchó la ronca y gruesa voz de Nam Joon. Se giró y se encontró con una sonrisa acompañada de esos hoyuelos tan adorables que le encantaban.

—¿Vas a salir? —preguntó Nam Joon, al ver Seok Jin no decía ni hacía nada.

—Eh, sí. Bueno... —Seok Jin tosió un poco para aclarar la garganta y acomodó su camisa, que había quedado a medio abotonar—. Hoy es sábado, tenemos el trabajo, ¿no?

—¿Vas a ir? —preguntó Nam Joon, sorprendido—. Quiero decir, no has descansado bien y...

—Y tengo que pagar lo que quedó pendiente del velorio de Jiwoo —interrumpió Seok Jin—. Lo que me dieron por mi auto no fue mucho.

Seok Jin soltó un suspiro. Eso no era lo que le había dicho a Tae Ho, pero no iba a sentirse nada cómodo aceptando una gran cantidad de dinero, que seguro el mayor le iba a dar.

Nam Joon frunció el ceño, confundido.

—¿Vendiste tu auto?

Seok Jin asintió. Terminó de arreglar su ropa y se acercó a la cama para tomar su celular.

—Iré a preparar el desayuno, si quieres puedes ducharte.

Nam Joon negó, se puso de pie y estiró su cuerpo, los huesos de su espalda tronaron, brindando una exquisita sensación a todo su cuerpo.

—No te preocupes. Iré a mi departamento, necesito ropa limpia.

Seok Jin asintió y bajó la cabeza, decepcionado. Nam Joon notó eso y una punzada de culpa le pegó en el pecho. Se acercó al mayor, tomó su barbilla y la alzó, obligándolo a mirarle.

—Pero me quedo a desayunar.

El moreno se inclinó, ambos cerraron los ojos y sus labios se unieron a la perfección en un beso lento. Nam Joon entendió por fin una de sus pláticas más recientes: era hora de aceptar que Seok Jin le gustaba. Y mucho.

—Te espero fuera —habló Seok Jin, una vez sus labios se separaron.

Nam Joon asintió, el castaño salió de la habitación y fue directamente a la cocina en busca de ingredientes. El moreno, comenzó a cambiarse el pijama por la ropa que llevaba el día anterior.