Aún recuerdo sus ojos, al mirarlos me sumergi en el más profundo oceno que había contemplado en toda mi vida.
Los ojos de esa enfermera amarga, su voz agria, sus palabras que caían como gigantes gotas de agua sobre mi quebrandome el alma.
Sobre esa fría camilla de hospital con sábanas amarillas, recuerdo las pocas palabras que dije al casi estar perdiendo la vida.
-Dios mío, ayúdame.. ..
Como madre no Perdía las esperanzas
Y No, no queria creer las pocas palabras que me decian, y Una vez más volví a caer en la más grande tristeza de toda mi vida.
Esas sábanas amarillas manchadas de sangre, y ese dolor en mi cuerpo frío y totalmente apagado, ya no tenía reacción y mis latidos habían desaparecido, una vez más.
Entre sueños gritaba, caminaba por un frío desierto de arenas blancas, hubiera deseado que fuera un bosque con un gran puente en medio rodeado por la más bella naturaleza, talvez al recordar algo asi podria sentir una pizca de alegria, pero No! Estaba sola caminando en un gran desierto sin vida, que soledad la mia, mi alma creando total desapego con mi cuerpo rompiendo toda armonía que alguna vez ubo, recuerdo apretar esas viejas sábanas amarillas y soltar un frío grito de golpe al por fin poder abrir los ojos....