La melodía de dos corazones (Lunacoln)

Encantado por su canto/ te contare

Pasaron unos días y la situación con Luna era exactamente la misma, no mucho había cambiado a excepción de que ahora ella hablaba un poco más y participaba de vez en cuando en una que otra reunión con sus hermanas y hermano.

Aunque en la tarde de ese día, ella se había encerrado nuevamente en su habitación y todas sus hermanas (excepto Lisa) se encontraban en la sala de la casa, frente al televisor. Si bien el ambiente era tranquilo, se podía notar cierta tristeza y preocupación en algún de ellas, por ejemplo:

- Extraño que Luna venga con nosotras como antes- dijo Leni.

- Yo extraño los ruidos que ella hacía con su guitarra eléctrica- continuo Lynn.

- Y yo extraño mi habitación, ¿entienden?, pero en serio si, ella aún no decide contarme lo que le pasa, pero...- Comenzó Luan.

- ¿Pero...?- preguntaron todas.

- La otra noche la escuche decir el nombre de Sam entre sueños, pareciera que estaba triste.

- Por supuesto, como no lo vimos antes- dijo Lori mientras chasqueaba los dedos.

- Supongo que de eso se trataba- dijo Lola.

- ¿Entonces el corazón roto es de Sam? -preguntó Leni.

- No Leni. Luna se siente así debido a algo con Sam- le dijo Lynn mientras alzaba una ceja.

- Suspiro, emociones mortales- suspiró Lucy.

- ¿Alguien ha visto a Lisa? - preguntó Lana

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En el segundo piso de la casa Loud, Lincoln se encontraba delante de la puerta de la habitación de Luna y Luan, estaba este escuchando la canción que su hermana estaba cantando, nuevamente acompañada de su guitarra acústica.

Lincoln raras veces quedaba sin habla, por supuesto, en esta ocasión era una de esas veces, el corazón le saltaba al ritmo que tocaba su hermana y sus oídos se deleitaban con la hermosa melodía que podían escuchar:

"Rompe mi corazón, ignora mi melodía, pero no me congeles en un recuerdo,
Estoy intranquila y gritando por dentro, no me pidas que te olvide pues no puedo,
¡Llama a mi alma, grítale a mi espíritu, no me dejes morir sola en esta canción,
Tantas cosas que quiero decirte antes de que en piedra se transforme mi corazón!
No te apartes de mí sin decirme nada, no me dejes sola y desamparada,
¿Qué no ves que en el caos de nuestros corazones me encuentro atrapada?"

Luna nuevamente dejó caer un par de lágrimas al terminar la canción, dio un largo suspiro y se dispuso a guardar su instrumento, cuando de pronto escuchó un ligero golpecito en su puerta. Bastante extrañada, se dirigió a abrirla para ver de qué o quién se trataba.

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- "¡Rayos Lincoln Loud!" -se dijo a sí mismo el peliblanco.

Se había quedado anonadado e hipnotizado por la voz de su hermana y por la bella canción, el bello arte que ella creó para expresar sus sentimientos; por lo que no pudo evitar tratar de pegar un poco más el oído a la puerta, sin embargo, este fue un error ya que al no estar completamente atento, chocó ligeramente su cabeza con la puerta.

Antes de que pudiera hacer o pensar algo, esta se abrió dejando ver ante el a la figura de su hermana. Ella simplemente se le quedo viendo, sin una expresión definida. Lincoln por su parte, se limitó a verla a los ojos, aquellos en los que pudo notar que habían sido parte también de su exprese de emociones.

- Bro, ¿Qué haces ahí parado? -preguntó Luna mientras giraba un poco su cabeza.

- Yo... bueno, verás...

- ¿Si?

- He estado preocupado por ti, al igual que nuestras hermanas, así que decidí venir a ver si podía hacer algo por ti... y en eso... pues... escuché tu canción...

- Ya veo- respondió Luna mientras miraba al suelo.

- Créeme cuando te digo que es la canción más hermosa que he escuchado, esa y la de la otra vez... - dijo Lincoln sin pensar.

- Gracias Bro- contestó Luna con una ligera sonrisa, pequeña pero sincera- Espera... ¿La otra vez...?

- Oh.... Si..., hace unos días te escuche también...

- Así que eras tu

- Si... disculpa por eso, me quede encantado con tu voz y cuando me di cuenta, tú ya venias hacia la puerta, así que corrí.

- No deberías huir de mí, hermanito- nuevamente ella le da una sonrisa.

- Bien...

- Si...

- Luna

- Dime Linc.

- ¿Me podrías decir todo lo que te sucede?, sé que es algo de amor y creo tener una idea, pero prefiero escucharlo de ti y no simplemente tener suposiciones.

- Bueno... pues...- de nuevo Luna miró hacia el suelo.

- Por favor, Luna, no me gusta verte así, es por Sam ¿No es así?

- Hmm, supongo que no debería preocuparte así, eres mi hermano y tienes derecho a saberlo, y te agradezco tu preocupación y cariño hacia mi- Por tercera vez, Luna le daba una sonrisa.

- Gracias por la confianza, hermana- le contestó Lincoln.

- Adelante, pasa, te contare todo - le indicó la rockera mientras ella hacia una seña para que su hermano pasara a su habitación.

Lincoln entró y se sentó en la litera de abajo, esperando a que su hermana cerrara la puerta para poder hablar a solas. Cuando por fin ella lo hizo, se acercó a él y se sentó a su lado, le puso su mano en uno de sus hombres y le agradeció por estar con ella aun después de como ella había estado actuando esos días.

- Cuéntame, hemanita, ¿Qué sucede? - empezó el peliblanco.

- Bueno, Bro, todo sucedió así...