La melodía de dos corazones (Lunacoln)

Las imperfecciones de la Luna

La noche pasó sin nada fuera de lo normal después de esa discusión por parte de Lincoln y su hermana Luna; se diría que, gracias a la bendita fortuna de que nadie más escuchó el griterío, el hogar Loud aparentaba estar como siempre.

Muy temprano por la mañana, Luna salió de su habitación, se veía agotada, sus constantes prácticas con la banda, sumado a las que hacía ella sola y la reciente pelea con su hermano que hacía de decoración como fresa en el pastel, generó un leve dolor de cabeza en la rockera.

Había dormido pocas horas, la gran parte de la noche se encontró pensando en lo sucedido. ¿Por qué se creaba tanto problemas solo por preocuparse por la situación con otras chicas?

Se dirigió al baño, no había nadie más ahí, sus mirada reflejaba las ganas de seguir dormida un rato más, acompañada con un largo bostezo.
Jaló la cadena del retrete y fue al lavabo, enjuagó sus manos con el jabón y dio una mirada analítica a su reflejo frente a ella.

Miró su rostro, sus ojos aún luchaban para mantenerse abiertos por completos, miró su cuerpo y mientras lo hacía se puso de perfil.
Dio un leve suspiro, no tenía una figura mala, su cuerpo sería envidia de varias chicas fuera de forma, no obstante observó con detalle la zona del pecho.

La contempló en silencio por unos instantes, para después soltar un suspiro aún más profundo que el primero. Las manos de la tercera hermana Loud se desplazaron hasta esa zona. No es sorpresa que una mujer en desarrollo se preocupe por su apariencia, su crecimiento, sus cambios.

Luna miraba un poco decepcionada como su pecho no mostraba mucho progreso. Sus manos sintieron los pequeños bultos que apenas sobresalían por debajo de su vestimenta de dormir. Era un poco cruel para ella  admitir que si no se fijaba correctamente en su zona del busto, hasta ella misma hubiera pensado que carecía totalmente de un mínimo desarrollo en ella.

Un tercer suspiro salió desde adentro suyo. Volvió a verse directamente al rostro en su reflejo. ¿Por qué le importaba ahora aquello antes le parecía irrelevante? ¿No tenía que andarse preocupando más en su concierto?

Sus ojos seguían con seriedad aún cuando ella iba poco a poco recuperando su conciencia por completo después del estado de sueño.

Hizo una mueca mientras se acercaba más para verse mejor. Miró con detalle su cara, su cutis no era feo, al contrario, para su edad presentaba uno muy sano en comparación a otros jóvenes.

Lanzó un ojo a las pecas que hacían su mirada sobresalir. Eran lindas en verdad, o eso fue lo que ella quiso creer.

Luego pasó a la parte de su cabello; para ser una chica, su cabello era bastante corto a comparación de otras, a comparación de sus hermanas, dejando a un lado a Lily ya que ella era una bebé.

“¿Debería dejármelo crecer…?”, se preguntó. Hizo una pausa interna al haberse dado cuenta de esa pregunta. “¿Para qué o qué?”, a Luna le gustaba como de veía, ¿Entonces, por qué se cuestionó eso?

Entrecerró un poco sus ojos al verse más detalladamente, en realidad no era tan femenina si se comparaba con otras (ejemplo: Leni), ni tan carente de feminidad si se comparaba con otras (ejemplo de ello era Lynn).

Un cuarto suspiro ella dio. En verdad, pareciera que estaba compitiendo con Lucy.

Su mirada regresó en su cuerpo por completo… no volvió a pensar en nada, hasta que…

“¿Cómo le gustan a él…?”, el pensamiento de su hermano la dejó sin respiración por unos instantes.

Su ritmo cardiaco se había acelerado, ¿Era por él que se preocupaba tanto por su cuerpo? ¿De no ser lo suficientemente atractiva…?

Con un movimiento veloz salió de sus pensamientos al abrir la llave del agua por segunda vez y llevarse un poco  de agua a las manos para echársela en su cara. Tres veces realizó esta acción hasta que simplemente se detuvo.

“Lincoln…”, pensó.

En verdad, ella tenía bastante culpa por el acontecimiento que pasó entre ella y su hermano. Lo mejor sería disculparse y arreglar las cosas. Tenía la conciencia y madurez para hacerlo ¿No?

¿Acaso ella no poseía eso? ¿Era una buena… hermana…?

Sus ojos se posaron una última vez en su reflejo.

En verdad era muy egoísta… sintió algo frio, como si alguien estuviera hablando de ella.

La sensación pasó sin más y lo último que vio antes de salir de ahí, fue su reflejo una vez más, casi igual que como había entrado.

Luna se dio cuenta de esto, así que quiso cambiar las cosas un poco.
Dio una pequeña sonrisa, que instantáneamente fue reflejada en  el espejo.

“Creo que siempre se puede mejorar”, acto seguido salió de ahí.

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Para ya haber salido sol, aún era visible ese astro tan conocido para el mundo entero.

Su vista era impresionante y más si se le admiraba en un lugar como ese.
Hasta arriba de un edificio abandonado, mientras veía la luna, era algo que le daba placer.

— Ah… la luna, tan blanca y tan hermosa. Asociada con lo místico, sobrenatural y demás creencias. Aún en lo más perfecto hay imperfecciones— miró con más detalle a las manchas de la superficie del enorme satélite que orbita nuestra tierra— aunque supongo que aún esas imperfecciones la hacen perfecta…

El sonido de unos pasos aproximándose interrumpió su reflexión. Se había molestado.