La melodía de dos corazones (Lunacoln)

Estoy cansado de esto

— Bro… yo… hay algo que quiero decirte…

Fueron las palabras que su tercera hermana mayor le acababa de decir; no se equivocaba, en verdad había escuchado eso.

Como si fuera el resultado de una emotiva noticia que era digna de comunicarse a todos (en sentido retórico), Lincoln sintió una sensación de alivio y más allá de eso, alegría.
¿En verdad Luna quería resolver las cosas tanto como él? ¿Qué acaso no era más sencillo simplemente olvidarlo todo, como casi siempre se hacía en esa casa y seguir como si nada?

Quizás fue algo tonto atribuirlo a todo ello, pero algo empezó a tocarle en el pecho al peliblanco; esperanza, esperanza de un sentimiento que nunca podría florecer más allá de lo que él sintiera, algo que no podría transformarse, evolucionar, metamorfosear. Así como un capullo a una mariposa, lo que sentía por aquella chica simplemente era algo imposible y por tanto, pasajero, lo que él tanto temía y de lo cual se lamentaba en un profundo grito silencioso antes de dormir.

¿Importaba? A lo mejor no, no más allá del amor incondicional, también llamado amor puro, ese que está allí y no pide nada a cambio. Si a eso se le sumaba la posibilidad de una Luna feliz y con interés en estar bien con él… Lincoln no podía pedir más.
No supo si fue resultado de estar sumergido en los brillantes ojos que tenía frente a él, pero se dio cuenta que él no había respondido.

— Oh… jeje, yo también quería hablar contigo de algo…

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Los pasos que daban sus pies eran sumamente pesados. Su valor, que si bien no era más grande si se le comparaba con muchos otros chicos de su escuela, si estaba por el promedio de alguien de su edad, en esos momentos temblaba de un hilo.
George se encontraba dirigiéndose a la casa de la familia Loud. El último ensayo para la competencia de bandas era al siguiente día y era necesario terminar en primer lugar… ¿De verdad se había concentrado tanto en eso?

Al ver que era algo temprano, el joven músico decidió sentarse unos instantes en una banca que estaba cerca. Podría pensar mejor… pensar en voz alta.

Se estaba desviando sin que se diera cuenta de su objetivo… eliminar al albino…

El solo hecho de pensarlo, le causaba un profundo dolor, dolor por estar obligado a cometer un acto tan malo como matar a alguien, asco por pensar en como se sentiría después de hacerlo… miedo y angustia por pensar en como se sentiría Luna después de tan horrendo acto.

Recordó las palabras que le fueron  susurradas al oído:  “No te preocupes por nada..., si cumples mis instrucciones, tu serás solo una pobre víctima y no el asesino, un maldito diablo suertudo que sobrevivió, pero no será lo mismo con el chico, así, podrás acercarte más a esa chica Luna”.

En verdad quería su amor… pero no de esa forma… no de esa forma….
“Estoy cansado de esto...”

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— Dime, Luna… ¿Qué es lo que me quieres decir…?

— Yo… yo…

— ¿Si...?

— M… mejor tú primero…

— No, dime primero tu

Luna se mordió un poco los labios, no era orgullo el motivo por el cual no decía nada, era un profundo nerviosismo, superior, extremadamente superior a lo que sintió cuando ocurrió lo de Sam.

— Bueno… yo, sabes….

— ¿Lo sientes…? — le preguntó Lincoln antes de que ella continuara

— ¿Ah…? — se sorprendió la rockera ante tal acertada interrupción

— Es eso ¿Me equivoco?

— Si, es decir no… es decir…

— Yo también lo siento Luna…

— ¿Lo sientes…?

— Si…

— Oh…

— Toda la noche estuve pensando en lo que pasó y lo siento mucho — se acercó un poco más a ella

— Linc… yo, en verdad lo siento también… — se acerca un poco más a él — igual yo, toda la noche anduve recordando eso…

— ¿Por qué peleamos, Luna?

— No lo sé, Lincoln…

Una idea estuvo recorriendo la mente del joven Loud…

Un pensamiento se presentó en la cabeza de la tercera hermana Loud…
“¿Debería… decirle…?”, se preguntó el albino en su interior. “No, de ningún modo podría…”

“Debería intentar…”, se preguntó con mucho temblor la chica. “No… no debería… no… pero…”

Luna extendió sus dos brazos y con sus manos sostuvo al albino de los hombros, ella lo acercó a si misma un poco. Su respiración era entrecortada.

Lincoln sintió las manos de su hermana tocando sus hombros y al momento en que lo acercó un poco a ella, este ya había perdido la batalla interna, no lograba entender que pasaba pero… le diría todo lo que sentía por ella.

Luna casi hizo una locura, si no fuera por el hecho de…

— Eh… buenos… días chicos…— escucharon la voz de una chica en la entrada del garaje, era Sam.

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— Para mañana… tendré que cumplir con mi parte…— volvió a decirse George, quien había reflexionado todo en voz alta— es mi vida o la de él… en verdad no había opción.

Un suspiro salió de su boca al finalizar su reflexión. El viento soplaba un tanto fuerte, haciendo que los árboles y arbustos se movieran de forma natural… excepto unos dos que estaban cerca, cosa que él no notó.

Todavía era una fortuna ser dueño de sus propios pensamientos y era aún mejor poder sentarse completamente solo analizar todo lo que desgraciadamente tenía que hacerle a su amada y al hermano de ella.

George se levantó de la banca y comprendiendo que solo era una cuestión de tiempo para lo que sucedería, emprendió de nuevo su camino a la casa de los Loud.

"Estoy cansado de esto..."