Rosa Violeta

Sasori

Ama la vista que tenía desde su oficina, una habitación bastante amplia, donde estaba su gran escritorio, su laptop encima de esta, en una esquina aquel aparato donde aún recibía fax y también le facilitaba la vida para realizar llamadas telefónicas, en la otra esquina de su escritorio un pequeño artefacto algo abstracto que giraba como manecillas de reloj. Sentado en su silla de cuero miraba por su gran ventanal, detrás de él la vista a la ciudad era impresionante, los cristales facil podían recomendarle que usar para al clima que golpeaba la ciudad bajo él, enormes edificios se vislumbraban desde su lugar. Preguntas rondaban su cabeza mientras su mano derecha jugaba con dos pequeñas bolas magnéticas, sus pensamientos estaban sobre aquella mata rosada que le había rescatadado el pasado fin de semana. Le era excitante ver a una mujer que no se ponía a merced tan fácil de un hombre, si no que mostraba sus fortalezas y lo bien que había sido adiestrada.
Ya contrataría a alguien para investigar sobre ella.

Toquidos en su puerta; un "adelante" salió de sus labios, al escuchar los pasos frenarse giró su silla y frente a él una pelirroja con una taza de café en la mano.

-¿Algo más que se le ofrezca? Señor Uchiha -poniendo el café en el escritorio

-Si, llama a Itachi, cancela ese juego de polo. -jugando aún con las esferas magnéticas

-¿Que le digo? -ajustando sus gafas

-Dile que tengo una reunión -sonrio y giró su asiento dándole la espalda -¿Qué pasó con el otro asunto?

-Ya está hecho, señor; llegará a medio día.

-Gracias, Karin. Puedes retirarte.

9am le marcaba el reloj en su muñeca, aún tendría que esperarle un rato más.

Tan metido estuvo detrás de su pantalla de laptop que se sobresalto un poco al escuchar un ruido proviniente de este aparato que tiene en su escritorio, levantó la bocina y la voz del otro lado no se hizo esperar.

-Señor Uchiha, ya ha llegado

-Gracias, Karin. Hágalo pasar.

Acostó la bocina del teléfono en el fax, unos golpes a su puerta le indicaban que ya estaba ahí afuera, un "pase" salió de sus labios al momento que se iba abriendo la puerta. Detrás de esta un hombre algo mayor con canas en el pelo le indicaban que bien podría tener unos setenta años encima, además de que caminaba con un bastón que lejos de pensar que aquel viejo no pudiera caminar, solo lo utilizaba como accesorio de lujo, dándole un toque elegante en alguien de su edad, detrás de este una pelivioleta con cabello en chongo y unos mechones caídos, le hacían ver diferente; además de portar lentes, una blusa blanca de vestir de manga corta con los primeros dos botones desabrochados, y que decir de aquella falda sastre color negra de corte recto que le llegaba debajo de las rodillas, junto con unos tacones altos del color de la falda. El Uchiha se acercó y extendió su brazo para saludar al señor frente a él.

-Bienvenidos a Sharingan industries -aprentando la mano del señor - Mi nombre es Sasuke Uchiha. Porfavor tomen asiento -pidio sacando la silla frente a su escritorio para que se sentará la pelivioleta. -Me es grato tenerle por aquí.

-Señor Uchiha -le hablo la pelivioleta viéndolo desde su asiento- le presento al señor: Hiruzen Sarutobi -señalandolo-

-Un placer -saluda nuevamente el azabache- por fin le conozco -sonriendo

-El placer es mío -devolviendo el gesto- veo que ya conoce a mi nieta y asistente: Violeta Sarutobi Haruno -tomando la mano de la pelivioleta y estrechandola con calidez.

-Sa.. -El Uchiha abrió los ojos de sorpresa

-Disculpe al señor Sarutobi, no recuerda que estamos en horario laboral -le interrumpió la ojijade sonriendo- Solo llámeme Haruno -guiñandole el ojo al azabache