Noche de gala

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Giró la perilla del agua fría y luego abrió la del agua caliente, poco a poco nivelo la temperatura de la ducha, el espejo sobre el lavabo comenzaba a empañarse. Desató el listón de su cintura y deslizó la bata hasta que cayó al suelo, introdujo su mano izquierda al agua y sonrió de lado, introdujo su cuerpo a la ducha, este comenzaba a humedecerse por el agua que acariciaba su piel, alzó su cabeza y las pequeñas gotas golpeaban el rostro porcelana de la pelirrosa, cerro los ojos y disfruto de la sensación.
Sonrió de lado al recordar el entrenamiento con el No Sabaku... La chica había golpeado fuertemente al pelirrojo, pero aquel joven tenía una resistencia increíble, soporto cada impacto cubriéndose con sus antebrazos. Lo reconocía, la defensa del joven ojiverde era impenetrable, fue entonces que tuvo que hacer el uso de sus habilidades en MMA para conseguir golpear la mejilla del chico, el joven hincado había hecho señal de rendición, fue cuando Sakura se giró para bajar del ring y el joven aprovechar para aplicarle una llave al cuello, la joven sintió el cuerpo sudoroso de Gaara detrás suyo "demasiado pegado" penso ella, sintió el cálido aliento del pelirrojo golpear su oreja. Un carraspeo de garganta de cierta rubia hizo que Gaara soltara de su agarre a Sakura.

-Idiota -habia escupido Sakura con arrogancia bajándose del ring.

La joven abrió los ojos mientras pasaba la barra de jabón por su cuerpo, llegó al nacimiento de los pechos y recordó nuevamente la caricia de aquel hombre azabache, mordió su labio inferior; habían pasado varios días luego de aquel incidente y ya no había logrado ver a Sasuke nuevamente... poco más y no hubiese logrado detenerse. Moria de ganas de aferrarse a la cintura del Uchiha, deseaba que el moreno la hubiese arrinconado contra la pared y como este la hubiese levantado del piso agarrando su trasero y besándola con desenfreno... Suspiró pesado, su cuerpo quemaba por la fantasía que estaba teniendo por Sasuke, abrió más la manilla del agua fría; sería mejor apacigüarse, una espalda tan ancha como la del Uchiha la comenzaba a hacer fantasear cada noche, imaginaba su legua en cada rincón de su piel e imaginaba la virilidad del hombre penetrarla de un solo tirón y sin compasión. Imagino el vientre trabajado y marcado del Uchiha... Bajo la mirada y cerro totalmente la manilla del agua caliente, para que solo saliera agua fría, debía dejar de pensar en tonterías.

(....)

Abrió el clóset y descolgó una funda negra, la colocó sobre su cama y bajo el cierre de este; conforme lo iba bajando iba dejando ver una tela color rojo de lentejuelas, descolgó aquella prenda del gancho y un vestido rojo salió a la vista, el vestido largo y entallado color rojo de lentejuelas le habían lucir su blanquesina piel, el vestido tenía una abertura en su pierna derecha que llegaba ligeramente más arriba de la rodilla, el vestido de tirantes con escote enfrente luciría las curvas de sus senos.
La peluca con chongo de lado la colocó luego de ponerse aquel vestido rojo. Corrió a su tocador y saco unas bragas cacheteras de encaje rojo, las introdujo por sus piernas y las coloco en su lugar; saco una liga negra y la llevó hasta la altura de su cadera y su pierna derecha, saco una pequeña arma y la adhirió a su piel gracias a la liga.
Maquillo sus ojos con delineador negro y sombras oscuras para resaltar sus ojos, tomo rubor color durazno que colocó en sus mejillas y termino con un labial rojo carmesí que le hacía mejor juego al vestido, sujeto aquel frasco de perfume y presiono el botón de este para aromatizar su pálida piel; tomo unas gotas de maquillaje de un pequeño despachador y procedió a cubrir su tatuaje del brazo y cubrir su pequeña cicatriz del hombro, por último de un pequeño cofre saco unos pendientes color perla en forma de gota, conforme iba avanzando a su cama iba colocándose los aretes, se agachó un poco y debajo de su cama saco los tacones negros que tenía destinados con el vestido, giró sobre sí misma mirando su habitación... Suspiró, ya habia recordado lo que le había hecho falta. En la entrada estaba su pequeño bolso de mano junto con sus llaves y celular, corrió aprisa por estos y al abrir la puerta se encontró a un rubio recargado en la pared frente a su entrada, un pie recargado en la pared, otro plantado en el piso junto con una mano dentro de la bolsa del pantalón y otra mano sujetando un palillo de madera que tenía en la boca... El traje azul marino le hacían lucir muy atractivo. El Uzumaki miro con ojos de sorpresa a su compañera.

Rosa VioletaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora