El fin de todo

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La pelirrosa miraba desafiante hacia el piso, aunque mas bien clavaba su vista hacia el ultimo de sus atacantes que tenia a sus pies, su ceño estaba fruncido y su nariz continuaba arrugada; su pie pisaba la muñeca del individuo caído, esta removió mas fuerte su calzado en la extremidad del hombre mientras el tipo por fin abría su mano y así soltaba el arma.
Sakura relajo un poco la mirada pero aun era fría, aun le apuntaba con el arma al tipo. Desde otra vista se lograba visualizar los cuerpo de los hombres caídos ante el enfrentamiento de la ojijade, cerca de siete personas estabas esparcidas inconscientes o en su defecto, sin vida.
El pecho de la Haruno lograba por fin recuperar su respiración normal, su mirada continuaba dura y de su brazo escurría sangre que goteaba sobre el pecho del hombre.

-N-no... no me mates, ¡piedad! -suplico el joven

La Haruno arqueo su rosada ceja sin relajar su semblante. Era el primer tipo el cual suplicaba por su vida, la ojijade gruño para sus adentros, sabia que mucha de la gente que yacía ahí eran por meras ordenes y necesidad, su blando corazón le decía que dejase que el chico se marchase.
Ante la atenta mirada de la joven, aquel hombre llevo sus manos hasta su pasamontañas y procedió a quitárselo. Sakura palideció al instante y apretó sus dientes haciéndolos rechinar un poco, paso saliva mientras su mano temblaba.
El hombre bajo ella parecía ser una persona joven, su piel pálida era lo único que le hacia lucir diferente a ese hombre, pero lo que mas le altero era ver el cabello rojizo y alborotado del joven, junto con sus ojos color chocolate le hacían lucir a...

-¡Sa-Sasori! -susurro titubeante la ojijade

Como Flash Back llegaron a su mente las imágenes del pelirrojo, Sakura retrocedió unos pasos permitiendo que el chico se pudiera alzar con rapidez y lograr correr por el pasillo, la pelirrosa aun muda y procesando lo que acababa de ver, diviso lejano a ella a un joven de cabellera roja, se sostuvo de sus propias rodillas y parpadeo incrédula, aquel chico que estaba por desaparecer de su vista en verdad se parecía a él, pero... "¿Que había pasado?" Su incógnita quedo en el aire al escuchar el ruido de unos tacones golpeando el suelo se acercaban hacia donde se encontraba, alzo su vista y achico los ojos al querer enfocar a la mujer que caminaba con porte y sensualidad hacia ella.

Una joven de cabellera azul, corta y con curvas pronunciadas se acercaba con una sonrisa en su rostro, es como si aquella mujer se sintiera como un felino dirigiéndose hacia su presa, el brillo de la mirada ámbar destello en la oscuridad, Sakura expulso un bufido poco audible, alzándose a su vez y arrugando su nariz, sus labios formaron una linea horizontal, aquella mujer debería ser "Konan"
La mujer continuo su caminar con total lentitud al compás del movimiento de sus caderas, aquella fémina de traje negro y ceñido a su piel se detuvo metros antes de llegar a la pelirrosa y con voz potente hablo captando su atención.

-¡Vendrás conmigo! -ordeno la peliazul en tono serio y con una mano descansando en su cadera

La Haruno no respondió ante la orden de aquella mujer frente a ella, giro hacia su derecha y con la punta de su calzado piso con fuerza la vara de metal que yacía en el piso, esta se disparo hacia arriba y Sakura la tomo con su mano y dedico una mirada seria a Konan que la miraba con detalle y una sonrisa en su rostro.

-¿Así lo quieres? -cuestiono la peliazul con una ceja alzada y una sonrisa en su rostro

La ojijade sonrió de medio lado con el cabello cubriéndole los ojos -Tengo problemas en cuanto a ordenes se trata... -girándose para verla de frente y alzando su vista

-Eso se puede solucionar -alardeo la oponente de Haruno y abriendo su mano para dejar caer un latigo de piel que golpeo contra el piso

-Mejor respuesta no pude esperar -canturro la pelirrosa alzando su cabeza con egocentrismo y sonriendo

Rosa VioletaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora