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MINJEE

Alivio. Eso era lo que sentía en aquellos momentos.
Una parte del hueco que yacía en mi interior empezó a llenarse con las sonrisas que me daban los 6 chicos que tenía en frente de mí. Por fin sabían de mí, ya no era más un secreto para ellos, ya no era una mentira oculta.

Había esperado tanto por este momento. Me lo imaginaba de mil maneras, pero nunca jamás en la manera que nos encontrábamos; yo en su casa.

Apesar de lo nerviosa que aún me sentia por estar frente a ellos pues, no olvidemos que después de todo eran famosos y los integrantes de mi banda favorita, ni mucho menos olvidemos que ¡Jung Hoseok estaba sentado frente a mí, sonriéndome!
Intenté calmarme por millonésima vez en una hora y apreté la mano de Taehyung... el cual había dejado de prestarnos atención y miraba con el seño fruncido la pantalla de su teléfono. Me pregunté si estuviera viendo de nuevo nuestras fotos publicadas o algún mensaje de una fan que no aprobaba lo nuestro ni un poco.

De niña, imaginaba la situación en la que me vería en caso de que mis padres no aceptaran a mi futuro novio. Era terrible de pensar que no aceptarían al chico que me gustaba. Jamás imaginé que no sólo iba a necesitar aprobación de mis padres, sino de al parecer, medio mundo.

De repente, Taehyung se levantó del sillón, me soltó la mano y sin decir nada salió de la habitación en dirección a la habitación contigua que, imagino que era la cocina.

Sé que definitivamente no fui la unica que notó esto extraño pues volteé a ver a los chicos y se miraban entre sí confusos. ¿Taehyung no solía pararse de la nada e irse a otro cuarto después de recibir un texto? Supongo que no.

Un escalofrío me recorrió el cuerpo y me hizo estremecer levemente, no presentía nada bueno.

Minutos después, Taehyung regresó con el semblante serio pero esta vez no se volvió a sentar junto a mí, sino que se quedó parado detrás del sillón y supe que algo lo dejó confundido, pensando mucho y probablemente de mal humor.

—¿Qué pasó? —Namjoon rompió el silencio que de pronto estaba reinando en la habitación— Nada de seguir ocultando cosas, Tae.

—Y-Yo... —comenzó nerviosamente pero alguien tocando la puerta de la casa logró interrumpirlo.

De inmediato pude sentir que todos se tensaron y de igual manera sentí que debería hacerlo yo también. El ambiente en la habitación había cambiado de forma drástica en tan sólo segundos ¿Esperaban visita?

Seokjin se levantó del sillón en el que estaba sentado con Namjoon y empezó a caminar con pasos inseguros a la entrada del lugar hasta que lo perdimos de vista. La habitación se sumió en un completo y sepulcral silencio que me puso los pelos de punta. Podía jurar que oía el aleteo de las alas de una mosca si prestaba suficiente atención. Segundos después, el chico regresó con el rostro pálido y con eso me bastó para confirmar que no esperaban a nadie aquel día, ni mucho menos a la persona que se encontraba tocando en ese preciso instante.

—E-Es Pd-Nim... —balbuceó y como si hubiera dado una orden, todos y cada uno de los chicos presentes voltearon a verme con los ojos muy abiertos y rostros igual de pálidos, lo cual me hizo pegar un brinco por tan repentina atención sobre mí.

Se volvió a escuchar que, ahora que sabemos que es nada más ni nada menos que el mismísimo jefe, tocó la puerta de nuevo y esta vez, provocó que todos los miembros saltasen de sus asientos y empezaran a moverse.

—¡Escondela! —gritaron Jimin y Jungkook y supe de inmediato que se referían a mí.

—Pd-Nim no puede verla aquí —Hoseok empezó a caminar por el lugar de ida y de vuelta con las manos en la cabeza.

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