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MINJEE

Miré mis uñas mordidas y sentí pena por mí misma y por la situación tan patética en la que me encontraba. El libro junto a mi de pronto carecía de interés para mi y se había cerrado en alguna página al azar. Llevaba horas preguntándome una y otra vez qué es lo que Taehyung estaría haciendo con aquella chica.

¿Estarían comiendo o charlando? ¿Riendo o tomándose las manos para una foto que sabían que estaba siendo tomada? ¿Cual de las dos opciones era peor?

Las posibilidades eran infinitas; tantas cosas que estaban a su disposición... Mientras los celos que no quería admitir que tenía me consumían de adentro hacia afuera.
Inconscientemente volví a llevar mis uñas a mi boca mientras me torturaba con pensamientos que consistían de aquella chica pudiendo admirar la sonrisa cuadrada que yo tanto extrañaba.

Me dije a mí misma que las cosas serían así por un muy corto tiempo. El asunto de Taehyung y la chica misteriosa sería olvidado en unos días y nuestra relación regresaría a la normalidad. A esa normalidad retorcida donde todos desconocían de mi existencia o de algo que me conectara con Taehyung.
Mi retorcida y fantasiosa realidad.

Me dije que podía soportarlo, que al final de cuentas era lo menos que podía hacer por haber provocado tanto alboroto. Las relaciones también se basan en sacrificios, ¿no?

La alerta de mensaje sonó en mi teléfono y logró sacarme de mis cavilaciones. Con la gran esperanza de que fuera mi novio, cogí el aparato de la mesita al lado de mi cama y toda esperanza murió de pronto al ver el nombre de Kyungju en la pantalla. ¿Por qué siquiera había registrado su número en mis contactos?

Enfadada y desesperanzada, volví a  dejar el teléfono sobre la mesita e intenté identificar la última pagina del libro que había empezado a leer hace ya unas horas pero del que no llevaba leídas mas de 20 paginas.

Volví a oír el vibrar del teléfono, pero no me molestaría en revisar quien era, ya lo sabía.

Miré con enojo la misma línea del mismo párrafo que había leído ya varias veces sin leerlo de verdad. De nuevo, el teléfono vibró en todo su esplendor y maldije por lo bajo pero no iba a contestar a su repentina insistencia. ¡Tenía un libro que leer!

Aquel libro que trataba de una chica, con un mejor amigo que en realidad era su acosador, reclamaba mi atención por milésima vez. Y el aparato volvió a sonar.

Lo tomé con furia y contesté:

—Mira, Kyungju oppa —dije, escupiendo sarcasmo—, la chica está a punto de descubrir que su mejor amigo, el cual está durmiendo en el piso de abajo es, en verdad, su acosador de años. No me interrumpas y mejor háblame luego, ¿vale, oppa? —colgué

Y solté un grito, porque en la pantalla decía "Kim Taehyung, terminando llamada."

—¡Maldita sea!

¿Por qué estas cosas sólo me pasaban a mi? Ahora tendría que explicar a Taehyung a quién rayos llamaba Oppa y por qué sonaba tan molesta.

Había leído este tipo de casos en miles de libros pero, realmente, ¿cuales eran las probabilidades de que esto me pasara en la vida real? Aparentemente muchas.

Mi teléfono volvió a vibrar en mis manos y me espantó. Esta vez me aseguré de leer el nombre en la pantalla. Contesté pero no dije nada. Tenía que tantear el terreno primero.

—¿Kim Minjee? —oí su voz decir por la bocina. No se oía enojado. Buena señal.

—¿Si?

—¿Me dices el nombre del libro?

Mi boca cayó al suelo en segundos. ¿Eso era todo lo que quería saber?

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