Hola Baozis!
¿Lo recuerdan?
02/04/2017
Jisung. Un adolescente de quince años que sufre de maltrato por su madre. Pero es muy inteligente, bueno y dulce... Pero en la cama es una fiera.
Mark. Un joven adolescente de diecisiete años que tiene una m...
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Dos días después
Mark no ha logrado llevarse a Jisung a la cama, no era su culpa, Hyoyeon lo impedía, aún golpeaba a Jisung y cada vez que Mark veía algo así, sentía ese nudo en el estómago como la primera vez. Mark trataba de decirle a Sunhee lo que él veía, pero siempre terminaba en fracaso.
Es un día especial para Jisung, pues empiezan sus clases en su nueva escuela. En ese momento, se encuentran los cuatro desayunando.
-Jisung –Dijo Sunhee- ¿Estás listo para tu primer día de escuela?
Jisung dio un trago de su jugo de manzana antes de contestar.
-Algo.
Sunhee rió.
-Que lindo niño.
Jisung se sonrojó, nunca le habían dicho lindo.
Al terminar de desayunar, los chicos se dirigieron al instituto.
Y al parecer se fueron muy temprano, pues cuando llegaron, había muy poca gente, y faltaban treinta minutos para que comenzaran las clases. Se sentaron en una banca color blanco en lo que llegaba la hora. El silencio era algo incómodo, así que Jisung comenzó la plática.
-Y... ¿Qué haces cuando pasa esto?
-No hago mucho, solo esperar o leer.
-¿Y no te juntas con tus amigos?
Mark puso los ojos en blanco y volteó a ver los ojos del menor.
-No tengo amigos –Hizo una pausa, su tono de voz se escuchaba algo molesto- Y no quiero hablar del tema –Volvió a voltear al otro lado.
-Uy perdón –Dijo Jisung para sí mismo.
Pasaron cinco minutos, probablemente los cinco minutos más largos he incómodos que ha vivido Jisung. Y por fin a Mark se le ocurre hablar.
-Vamos a comprar dulces.
Jisung lo ignoró.
-¿A qué hora empieza todo esto?
Mark suspiró y mostró una sonrisa.
-No te desesperes rubio –Se levantó del asiento- ¿Quieres ir si o no?
El rubio solo asintió y se levantó del asiento. Los dos tomaron sus mochilas y salieron de la escuela para ir a la tienda de dulces que estaba a dos cuadras, el único problema es que son demasiadas grandes que parecen que son una calle completa.
Al llegar, compraron y comieron dulces a más no poder. Estaban disfrutando tanto del paraíso de dulce que no se dieron cuenta de las clases. Ya habían pasado quince minutos desde que comenzaron las clases, más idiotas no pueden ser. Oh bueno, Jisung no lo era tanto.
