La Hija Del Entrenador (Camren)

Capítulo 4

Camila's POV

Llegamos a la casa de los Jauregui, una familia adinerada, en la cuál todos sus hijos destacaban, escuché. Su hijo era popular en el instituto, su hija era capitana de porristas y su primera hija, entraría a una gran Liga de básquet en Miami.

Y luego me veía a mí, veía fracaso total, yo no destacaba en nada y sentía que nadie me quería, porque claro ¿quién me querría? No me considero atractiva y no tengo talento en nada o como dicen mis padres 'eres una buena para nada' y era verdad, lo era y me odiaba por eso

[...]

Nos dirigiamos a un restaurante lujoso de nombre 'Marsella' estaba iluminado por faroles amarillos en la extensión de la entrada, y todo el lugar estaba hecho de cristal por fuera, lo que hacía que fuese más elegante, las mesas tenían manteles blancos con los cubiertos perfectamente ubicados en cada puesto ocupado por una silla de encaje crema.

Entramos al lugar, con el nombre de la reservación, y nos dirigimos a una mesa en el fondo del lugar donde estaba perfectamente iluminado y se escuchaba la melodía del piano que emitía un señor con traje negro.

La cena fue normal, y yo no podía dejar de mirar a la chica de ojos verdes, demasiado hermosa, y me encantaba porque cruzabamos miradas aveces, sus ojos esmeralda se topaban con los míos

Hablaron de asuntos de básquet, política, el clima y otras cosas más que me aburrían, yo sólo comía el plato que estaba frente a mí.

Y escuché la voz de aquella chica

—Si me disculpan un momento, voy al tocador.— dijo pasándose de la silla

—¿Por qué no la acompañas Camila?.— sugirió mi madre a lo que asentí, porque si me negaba lo más seguro era que reciba en regaño en casa.

Caminé tras la chica, llegando al baño.

—¿Cuántos años tienes?.— me preguntó, mientras se miraba al espejo

— Dieciséis.—dije mirándola.— ¿Y tú?

—En dos meses cumplo diecisiete.— a lo que asentí

—¿Y cuál es tu nombre?.— pregunté

— Lauren, Lauren Jauregui.

—Es curioso, tú papá no presentó a tu familia.— a lo que rió

—Bueno creo que no lo consideraba necesario

[...]

Todos acabaron de cenar y nos despedimos una familia de la otra en la entrada del restaurante.

Nos dirigiamos a nuestra casa y mi papá me reclamó ya que no había hablado mucho durante la cena. Decía que seguramente la otra familia pensó mal de mí, pensó que era 'antisocial' 'rara' 'muda' y no sé qué otras cosas más me dijo porque subí a mi habitación.

Y dejé mi mente en blanco, no quería hacerme daño está vez así que iría a dormir, pero pensaba en esa chica guapa de la cena.

Me pregunto si a ella le gustaran las chicas. Es obvio que no, ella es normal Camila. Deja de pensar en eso.

Pero...
¿Cuál era su nombre?

¡Ah sí! Lauren...