Seung Hyun esa mañana se preparó para ir al trabajo, Ji Yong siempre se levantaba junto a él, pero desde que su enfermedad había empeorado lo hacía cada vez menos, esa mañana estaba muy afiebrado y le pidió perdón porque le dolía el cuerpo y no podía levantarse. Seung le respondió que no importaba, lo beso en la frente a modo de despedida y se colocó su traje negro de ángel de la muerte.
Cuando estuvo listo para irse se acercó una vez más a Ji, se agacho a un lado de la cama y miro su rostro, aun no se volvía a dormir, pero tenía los ojos cerrados, estaba tapado hasta el cuello, su cara estaba mojada de sudor, pero a la vez tiritaba de frio.
La noche anterior una vez más habían llamado al doctor y este había dicho algo diferente por primera vez, se lo dijo solo a Seung lejos del enfermo "No sé lo que tiene, ya no creo que sea un resfrió común, pero no sé lo que es, debería prepararse para lo peor, lo siento". Seung Hyun discutió con el doctor, le reclamo que como no era capaz siquiera de saber que era lo que tenía, pero cuando asimilo que Ji Yong moriría pronto, se derrumbó totalmente y termino rogándole al hombre que lo salvara, que era lo único que tenía, le ofreció dinero y todo lo que quisiera con tal que salvara la vida del rubio aunque sabía que era imposible, pero es que a esas alturas Seung ya estaba desesperado.
— Por favor Ji Yong... resiste... quédate conmigo solo un poco más — murmuro Seung y acaricio el rostro ajeno, pero ya tenía puesto su traje así que ninguno de los dos sintió la piel del otro.
Seung Hyun hizo aparecer la puerta de su oficina en medio de la habitación, abrió la puerta, puso ambos pies dentro, se volteo y tomo la manilla, estaba a punto de cerrar, pero su visión se congelo sobre quien temblaba entre las sabanas, lo observo un momento más, Seung tenía miedo, estaba aterrado, desde que Dong Wook lo había visitado hace tres semanas que se iba con el pecho oprimido rogando porque esa no fuera la última mañana junto a su amado Ji Yong.
— Te amo Ji — murmuro y finalmente cerró la puerta.
Seung se paseó por su oficina, miro la mesa, ahí no había ninguna tarjeta esperándolo, camino hasta una de las paredes de cristal y miro la vegetación tupida y el cielo azul detrás, ese paisaje siempre lograba tranquilizarlo, dio un suspiro y bajo la cabeza, apoyo su frente en el vidrio, estaba tratando de pensar con claridad, pensar como un ángel de la muerte y no como el hombre que amaba más que a nada a Ji Yong. Su idea era encontrar una solución a su problema, pensar con la cabeza fría para llegar a la respuesta, encontrar la forma de hacer que Ji Yong se quedara más tiempo con él.
Podía romper la tarjeta cuando esta apareciera, porque él sabía que cuando el momento llegara el seria el ángel de la muerte encargado del trabajo, pero romper la tarjeta no era una solución muy buena, le darían más años a su condena y Ji moriría de todas formas. Además, no sería como la primera vez hace treinta años, esa vez lo hizo por compasión, por agradecimiento, ahora estaba planeando hacerlo por egoísmo, porque le daba miedo volver a quedarse solo, porque sentía que no tendría la fuerza de levantarse en la mañana sin mirar aquellos hermosos ojos marrones.
Seung Hyun dio un suspiro, su aliento humedeció el cristal frente a él, siguió pensando en lo que debía hacer, no podía condenar a Ji a sufrir en un cuerpo enfermo, a arriesgarse a que su alma muriera para siempre con su cuerpo, romper la tarjeta no era una opción, podía recibirla otra vez al siguiente día y todo hubiese sido para nada. Pero no sabía que debía hacer, no podía dejar que le arrebataran a su razón de ser y quedarse a ver cómo se alejaba quizá para siempre, porque Seung era más pesimista respecto a la reencarnación de Ji, este ya le había dicho que no importaba lo que ocurriera, que lo seguiría amando y que nacería cerca de él, pero a pesar de eso el ángel de la muerte tenía miedo de no volver a verlo, que con el pasar de las vidas y los té que tomara para olvidar, terminara por disolverse para siempre su amor.
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Psyche
FanficSeung Hyun se ha convertido en un ángel de la muerte, su alma debe pagar un gran delito así que ya no reencarna y debe ocupar sus días en guiar a los espíritus humanos hacia sus nuevas vidas. Ji Yong insiste en reencarnar siempre cerca de él, deber...