6. ¿Profesor Gael?

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El lápiz que había estado en su mano y atrapado entre sus dientes cayó al suelo. Un shock inicial recorrió todo su cuerpo de pies a cabeza. En algún lugar en el suelo el lápiz fue a parar con un ruido sordo.

—¿Amelie? —chasqueó Layla a su lado.

Ella miraba boquiabierta al chico estrella colocar el proyector sobre la mesa.

La mayoría no le prestaba atención, todos creían que era un alumno asistente del nuevo profesor, hasta Amelie lo creyó. Pero todo se vio claro cuando levantó la vista y llamó la atención de todos.
No eran muchos los que estudiaban arte cinematográfico, unos veintitantos alumnos, algunos se sumaban a la lista como Layla y Amelie después de haber comenzado las clases.

Gael levantó la cabeza y dirigió su mirada a la clase. Ahora toda su atención estaba en buscar un rostro conocido.

Sus ojos recorrieron minuciosamente la habitación hasta toparse con los de ella y trabarse ahí.

Escuchó a Layla murmurar. —Oh, Dios mio.

No le prestó atención a ella. Se centró en aquellos ojos azules que brillaban con simpatía.

—Bueno, chicos. Soy Gael Thomas... su nuevo profesor.

Ella tuvo que recoger su mandíbula y mirar hacia otro lado. Su cara enrojeció de la vergüenza al recordar el infierno que vivió la semana pasada en aquel perverso lugar. Él no desvió la mirada cuando habló.  Su voz rodeó todo el aula, no había lugar ahí adentro en donde no se escuchase.

—Voy a estar con ustedes este semestre. Es mi primera clase y espero que sean paciente y comprendan. Si hay alguna duda, una inquietud, aprovechen, no los voy a ignorar.

Alguien preguntó gritando si no era demasiado joven para ser profesor. A lo que él respondió— : Estuve en el mundo cinematográfico y triunfé por mis habilidades. Ahora, esto aquí es sólo para reemplazar al profesor oficial. Es por unos meses, nada definitivo.

Amelie tragó saliva y levantó la vista, ya no la miraba directamente como si pudiera apuntarla y revelar donde estuvo la noche del viernes.

—Quiero que pongan sus pupitres alrededor,  vamos a formar un circulo y nos vamos a presentar formalmente, así voy conociéndoles a cada uno.

Todos formaron un circulo, dejando en el medio un gran espacio vacío, en donde inmediatamente Gael puso una silla y se sentó, poniendo sus piernas a cada lado del respaldo y su brazo apoyado por éste.

Se veía tan cómodo, como si estuviera hecho para eso.

—Veamos, empecemos por este lado.  Me dirán sus nombres, edad, la causa de que estén aquí y si quieren agregar algo, recuerden que es de libre albedrío. 

Una chica inició la presentación, no pasó por alto ninguna indicación, pero no agregó nada al final. Parecía tímida, tanto que no podía mirarle a los ojos sin sonrojarse. 
La siguiente, que la había mirado hostilmente cuando pasó frente a ella,  usó todo el coqueteo que pudo reunir para poner incomodo al profesor.

—Soy Camille Dómine, tengo veinte años, estoy a un paso de tener veintiuno, soy de la calle 1th arrondissement. Estoy aquí porque lo dramático es lo mio y me gusta relacionarme con todo el mundo. Estoy completamente soltera y disponible. —sonrió como si invitara al profesor a que ocupara el sitio. 

—Gracias,  señorita Dómine, es usted muy amable al ofrecer buena información —él no le devolvió la sonrisa, solo lo dijo con indiferencia y se dirigió al siguiente chico que se llamaba Patrick y tenía buenas razones para estar ahí.

La chica perfecta Donde viven las historias. Descúbrelo ahora