Capítulo 4

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Se sentía cómoda, definitivamente haberse recostado en el hombro de Berth había sido una buena opción, y aunque la película no era de lo más interesante, ella estaba feliz, se sentía bien, tanta era la comodidad que experimentó que se quedó dormida en el hombro de su compañero.
De repente tuvo una extraña sensación, se dio cuenta que era una especie de sueño denso y pesado, en el aún era una niña y estaba juntos a sus amigos Reiner y Bretholdt, ellos también eran pequeños, se sentía tan real que daba miedo más sin embargo ella solo podía observar, no podía controlar sus acciones; la boca de Reiner se movía pero Annie no lograba escuchar o siquiera intuir lo que decía, en algún momento la chica se acercó irremediablemente al rubio golpeándolo y articulando una serie de palabras que no lograba entender, de repente ella empezó a caminar en dirección contraria junto a Bertholdt.
Pero parecía que Reiner no aceptaría una derrota y se lazó contra ella inmovilizándola por el cuello, Annie no podía reaccionar o al menos no conscientemente, porque sentía como la temperatura de su cuerpo se elevaba brutalmente al punto de quemarla y estirarla descomunalmente, cuando abrió los ojos, aún en el sueño y sin darse cuenta que los había cerrado, medía más de 15 metros, pero se sentía exhausta y eso fue suficiente para derribarla y volverla a su anatomía normal.
Miro con las fuerzas que le quedaban alrededor y sus compañeros también se habían transformado, Reiner parecía más fuerte y resistente, con una especie de armadura reforzada midiendo también 15 metros, y Bretholdt era una gran criatura humanoide sin piel y de 60 metros, Annie no lograba entender la situación y el por qué el más alto había hecho un hoyo en una muralla delante de ellos y escapar de algo que ella no podía recordar.
Finalmente, los otros también volvieron a ser normales y Berth tomó a la rubia entre sus brazos, haciéndola sentir segura y en paz a pesar de la situación en la que se encontraban.
Annie dejó que al fin que sus ojos se cerrarán, pero un impulso inexplicable la hizo abrirlos de golpe.
Se había despertado.
Para su sorpresa, Bertholdt la tenía entre sus brazos mientras caminaba a lo que ella creería era la habitación, la chica sonrió inconscientemente, se acurrucó más al pecho del moreno disfrutando de la sensación.
- gracias Berth – su voz había sonado extrañamente dulce y mimada.
Bertholdt volteó a verla desconcertado, le dedicó una sonrisa tímida pero sincera.
Annie no sabía con certeza que sentía al ver esa sonrisa, pero algo bueno, algo llamado Felicidad, eso le agradaba, no pudo pensar en otra cosa para definirlo que no fuera “AMOR”.

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