6. Lya De Farender

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--Residencia Face-Yukine--

Sara Face estaba al borde de la locura luego de casi seis días desde la desaparición de su hija, nadie sabía nada y la policía al saber que se trataba de la misma chica que acusaba "falsamente" al hijo del gobernador, una persona intocable que incluso los grupos feministas apoyaban gracias a sus donaciones y a que una de las líderes era la ex esposa del mismo. 

Pura basura del gobierno.—pensaba entre lágrimas recordando a que los grupos que según apoyaban a las mujeres se alejaron del caso gracias a una muy costosa donación por parte del gobierno.

Temía que Sofía hubiera hecho una locura o que alguna de las chicas que la acosaban en nombre de ese mocoso la lastimara de gravedad, era imposible no asustarse al pensar que su hija estaba encerrada en algún cuarto o herida en algún lugar o incluso...

Unos golpes en la puerta principal la sacaron de sus horribles pensamientos, corrió hasta la puerta esperando que fuera Sofía, su ilusión desapareció al ver a Marcus y a su esposa Rose con las mismas caras de preocupación que ella.

—Por tu cara debo suponer que la policía no encontró nada.—meditó Marcus con profundas ojeras y apenas afeitado.

—Nada, ya ni creo que la estén buscando.—contestó dejándolos pasar.—¿Y en la escuela les dijeron algo?

—Ningún profesor sabía nada de su desaparición.—respondió Rose.—Ni las mocosas que molestaban parecían saber nada. 

La esposa de Marcus se veía tan angustiada como ella y sabía que así se sentía, Rose también se había divorciado de su primer esposo y su hijo le echó la culpa de ese divorcio por lo que se fue a vivir con su padre, por lo que Rose trató de llevarse bien con Sofía y antes de darse cuenta se hicieron buenas amigas incluso las tres solían pasar tiempo juntas e incluso se daban consejos entre ellas por lo que en broma Marcus aseguraba que estaba indefenso ante tres mujeres, por desgracia la desaparición de Sofía le había afectado tanto como a ella quien siempre estaba bien maquillada y peinada con su cabello rubio lleno de rizos ahora estaba desarreglada con su cabello apenas arreglado, unas profundas ojeras bajo sus ojos cafés y su ropa siempre pulcra y planchada estaba desordenada como si solo hubiera tomado lo primero que encontró en su armario.

—Tenemos que seguir buscándola.—insistió Marcus.—Podría estar herida o asustada en algún lugar. 

—Pero lo raro fue que el mocoso nos vigilaba de cerca, no fue como si quería espiar lo que hacíamos sino que parecía extrañado, por más mentiroso que sea no hay manera de que no se burle de nosotros ante su victoria si la secuestró.—afirmó Rose.—Si la tuviera la hubiera obligado a llamarnos para que no lo denunciáramos. 

Todo por culpa de ese chico

Se sentó en el sofá tratando de no llorar otra vez, todo era su culpa porque no pudo cuidar a su hija de ese miserable, se quedó de manos atadas viendo como ocultaba su sufrimiento usando  una máscara de calma cada vez más agrietada sonriera como si nada, sus instintos la llevaron a leer el diario de su hija llorando ante la impotencia.

Marcus se sentó a su lado mirando al vacío igual de desesperado que ella, ambos sentían la misma culpa pero los medios de comunicación y las redes sociales le echaron la culpa por preferir a otra mujer y "abandonar" a su hija, encima cuando intentó denunciar al mocoso estas fueron borradas y a él lo arrestaron por 24 horas con la amenaza de que si intentaba hacerlo de nuevo sería acusado de acoso en internet arruinando su vida para siempre. 

De pronto un extraño ruido retumbó en la casa y el suelo tembló ligeramente haciendo que las cosas de las vitrinas y las lámparas se agitaron, aunque terminó casi al instante un golpe sordo resonó asustándolos todavía más. 

Proreita. Crónicas de una Tierra MágicaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora