10. Misterios Inexplicables

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— ¡Los aprendices, protejan a los invitados! — exclamó Ceies corriendo hacia al Rey—. ¡Por aquí, Majestad!

Lo tomó del brazo mientras un libro grueso aparecía frente a él creando una barrera alrededor de ambos. Ailos llegó junto a Lya y atacaron a la bruja. Pero esta los esquivó recibiendo disparos de fuego de los soldados y de Ilia.

— ¡No dejen que escape! — se escuchó la voz del Capitán Rosemb.

Los aprendices crearon barreras por todo el salón mientras los magos y los soldados atacaban, pero esta gritó haciéndoles perder el equilibrio.

— ¡Silenzio! — exclamó Lya creando una burbuja alrededor de la bruja.

— ¡Lianen! — exclamó Ailos.

Del suelo surgieron enormes lianas que la sujetaron e Ilia disparó una llamarada seguida de los guardias, pero aún con las heridas la bruja seguía flotando; entonces sonrió y su vestido se rompió haciendo que la burbuja explotara y los cristales atacaran a la gente, los magos trataron de protegerse pero algunos resultaron heridos haciendo que la gente sin magia huyeran asustados.

— ¡No se separen! — gritó Ilia temiendo que algún Ajilayi apareciera y los devorara.

Lya y Ailos estaban en primera fila lanzando hechizos mientras se protegían con una barrera.

— ¡Necesitamos encontrar un punto ciego! — gritó Ailos tratando de pensar alguna idea.

— ¿Y si atacamos varios a la vez? — propuso Lya.

— De acuerdo, dile a tus compañeros. — dijo antes de separarse.

Lya corrió hasta Enhla y Gelves mientras Ailos avisó a Lord Siem y rodearon a la bruja. Esta volvió a gritar, pero los aprendices sellaron su boca por completo y los magos atacaron con rayos, se agitó y trató de escapar rompiendo las lianas y volando hacia la multitud, en eso una mujer salió corriendo cayendo al suelo haciendo que la bruja la atrapara pero antes de que lograra morderla una flecha se clavó en su cabeza y cayó al suelo soltando una especie de vapor mientras se secaba como una horrible momia y la mujer huía gritando.

— ¡No se separen! — gritó el Rey sosteniendo un arco y un carcaj de flechas en su espalda.

Ailos y Siem se acercaron seguidos de sus aprendices para rodear a la bruja. Pero algo extraño sucedió, de su pecho surgió una mano humana, haciendo que todos gritaran y retrocedieran aterrados. La mano estaba tratando de romper la piel de la bruja.

— ¡Atrás! — gritó Lord Ceies.

Ilia corrió hasta Ailos sosteniendo su arma y este se colocó al frente para protegerla. La mano seguía tratando de escapar, pero la bruja parecía recuperar su fuerza y se convirtió en humo, haciendo que lo que estuviera saliendo de su interior desapareciera junto con el resto de su cuerpo.

— ¡Ataquen! — exclamó Ceies en el momento que el Rey disparó otra flecha.

Todos atacaron rápidamente hasta que la bruja se convirtió en polvo dejando un espantoso grito que resonó en el salón.

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Una vez que todo se calmó, trasladaron a los heridos al hospital mientras el Rey se disculpaba con los invitados y Ailos reparaba los daños del suelo, pero un pequeño brillo llamó su atención, se agachó y tomó lo que parecía ser un pequeño arete.

— ¿Qué es...?

— ¿Ocurre algo Lord Farender?

Lord Ceies se acercó a él y Ailos se puso de pie mostrándole el arete.

Proreita. Crónicas de una Tierra MágicaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora