Era un día de octubre en París, los árboles perdían sus hojas anaranjadas con rapidez por el aire frío e intenso que corría, los parisinos y turistas disfrutaban de la aparente serenidad del día y calmaban el frío con suéteres y bufandas sin interrumpir su rutina. Aquellos que visitaban la ruta de la Torre Eiffel solían detenerse para admirar la estructura, dos de ellos se encontraban en un lugar rodeado por una arboleda que lo volvía bastante privado pero con excelente vista de la Torre, mantenían cierta distancia y la tensión entre ambos era palpable, ninguno de ellos podía romper el silencio tan incómodo, así que solo se quedaron admirando el monumento un rato más recordando con cariño la historia que los tenia reunidos una vez más.
Un rubio de ojos azules con un saco negro y una azabache con gabardina roja se encontraban frente a la Torre Eiffel, justo en el mismo punto donde se conocieron, se dieron su primer beso, se comprometieron y se habían jurado amor eterno.
Claro que ahora todo era diferente, tenían vidas separadas, no se habían visto en años y aún les dolía el recuerdo, pero el "pudo haber sido" los mataba en silencio.
—Así que aquí estamos de nuevo. —Dijo ella tomando la iniciativa.
—Solo han sido casi doce años, pero lo sentí eternos sin ustedes a mi lado.
—No comencemos con eso, me citaste con urgencia y aquí me tienes. —Dijo ella bajando la cabeza tratando de evadir un reencuentro de emociones.
Él se acerco lentamente, recordaba cómo era ella, siempre tratando de ser la fuerte pero con un corazón de sentimientos nobles, tomó con suavidad su rostro y levantó su mirada. Los preciosos ojos azul cielo que lo habían conquistado eran cubiertos por pupilentes grisáceos, su cabello ahora era corto pero conservaba el color de sus recuerdos. Él también había cambiado, desde un corte de cabello más pulcro y un rostro mucho más maduro y serio de lo que recordaba, finalmente unos ojos azules suaves enmicados por lentes gruesos.
Ahora sus pensamientos estaban un poco más claros, tenían mucho de que conversar y sobre todo un asunto que los mantenía inquietos pues involucraba a sus hijos. Sin embargo, creyeron ser capaces de tomar la situación con calma y disfrutar de su reencuentro.
—Te extrañe mucho Bridgette.
—Y yo a ti Félix. —Ella limpió las lágrimas que amenazaban por salir de sus ojos y volvió a mirarlo con una sonrisa cómplice. —¿O debo decir? Un placer conocerlo Sr. Gabriel Agreste.
Él sonrió de lado comprendiendo el mensaje de su acompañante.
—En ese caso. —Estrecho con rapidez la mano de la mujer y volvió a su postura elegante.—Encantado de conocerla finalmente Sra. Sabine...
—Cheng, Sabine Cheng por favor.
Ambos se sonrieron y soltaron sus manos para comenzar una breve caminata donde daría inicio una larga y difícil historia de enredos y secretos pero sobre todo sacrificio y dolor.
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Lazos del destino
FanficEl destino es muy complicado y goza de ponernos mil retos, siendo portador de un miraculous tu destino se altera ¿Cuáles serán los retos de los portadores? El pasado de algunos afectará al futuro de los demás y causara enrededos entre nuestros prota...