Conociéndome

La Revelación.

Al otro día me desperté temprano como había dicho, me pasé al colchón y allí me quedé hasta que nos fue a despertar su madre.

-Espero hayan pasado bien la noche- dijo simpática.

Las dos nos miramos.

-Sii- Dijimos a duo.

Bajamos, desayunamos, y nos quedamos mirando una película.

-Gracias por su invitación- Dijo Martín.
-Por nada- dijo Sami riendo.

Luego de almorzar ella me invito al parque.

-¿No piensan invitarme de nuevo? Dijo Martín.
-Tu la tienes todos los días, prestamela por hoy- Dijo Sami.
-Está bien disfrútenlo.
-Gracias- Dijo Sami abrazándolo y nos fuimos.

En el parque la pasamos sensacional, fue una tarde inolvidable, comimos helado, fuimos a una plaza, jugamos en el pasto... ¡Si! Jugamos, aunque tengamos 16 años, nos divertimos mucho.

Volviendo a nuestras casas.

Ella me acompañó a mi casa y antes de entrar le dije

-Gracias por este día Sami.
-A ti Tina.
-Espero se repita de nuevo.
-Digo lo mismo.

Nos quedamos mirandonos como si estuviésemos enamoradas, fue allí donde nos acercamos, esta vez no me iba a alejar, yo sabia lo que sentía, sabia que si la amaba, estaba segura, solo tenia que comprobar si no era un capricho, asique la bese, me beso, nos besamos, y ¿Saben? Fue la mejor decisión que tome en mi vida, esta vez si sentí mariposas en mi vientre, si sentí placer, si sentí alegría, coraje, y sobre todo, sentí amor.

-¡¡¡TINA!!! ¡ENTRA YA A LA CASA!

¿Que tal? Era mi madre, estaba furiosa, jamás la había visto tan enfadada, ella me tomo del cabello me metió hacia la casa, en el trayecto, Sami le suplicaba que me suelte, pero ella se negaba. Cuando terminó de hacer que yo entrara me dejo adentro y cerró la puerta para hablar con Samantha.

Desde adentro se escuchaban los gritos de mi madre, diciéndole la vergüenza que le causaba ver eso, que no queria volver a verla ni a ella ni a su familia y muchas cosas más.

Luego entró a mi habitación, donde yo había ido y me dijo más cosas a mi.

-¡Me das vergüenza!- gritó mientras lloraba.
-No entiendo el porque.
-¡Como te atreves!- *dándome una bofetada*
-No te eh hecho nada malo- dije llorando.
-Tu arruinaste mi vida, ¡oh! Espera, no sólo la mia, sino la tuya.
-Mamá no hice nada malo.
-¿Y aún crees que está bien lo que hiciste?
-¿Por qué estría mal?
-¡Dios no quiere a la gente así! Dios te odia ¡Debes estar avergonzada!
-Dios no crearía a la gente para odiarla mamá, el me creó asi, y no fue para odiarme, el quiso que sea así mamá.
-¡Te equivocas! El SI te odia.
-Y si así fuese, ¿Por qué habría de afectarme?
-Iras al infierno, Dios te odia.
-Mamá eso no me importa, solo necesito que seas tú la que me acepté, que seas tú la que me ames...
-...- llorando.
-¿Mamá? ¿Tu me odias?
-¡¡¡SIIIIIIIIIII!!! ¡Si te odio!- gritó llorando nuevamente.
-¿De veraz? Dije indignada.
-...

Ella se fue de mi habitación.

No hablamos en toda la noche, ella no me llamo para cenar, se lo dije pero, simplemente no respondió, estuvimos así por una semana aproximadamente, la cual, yo falte a la prepa.