{cinco}

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Fue a mal a medida que crecí. Pero lo peor llegó el día en el que les conté a los dos sobre mi orientación sexual, cuando me di cuenta de que a mí me gustaban las chicas. Tendría unos 16 años por entonces.

Mi madre me cogió del pelo y me estampó contra el suelo, gritando que cómo se me ocurría decir aquella estupidez. Mi padre no hizo nada.

Hasta que mamá salió a hacer la compra.

Estaba en mi habitación, llorando e intentando hacer mis deberes como podía. Entró por la puerta y lo miré.

Pensé que quizá vendría a consolarme y decirme que no pasaba nada, que iba a estar bien y que no importaba que fuera lesbiana.

Pero no fue así.

Cerró la puerta de un portazo y me cogió del brazo muy fuerte. Me tiró a la cama y se sacó el cinturón. Lo dobló, y sin dudar me dio con él sobre las piernas, los brazos, el pecho, la espalda...

problems. ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora