{quince}

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Dos días después estaba de vuelta sentada en el sofá que daba a la ventana de la oficina de Liliam.

Poco a poco veía como las hojas de los árboles iban cayendo, anunciando la entrada de otoño.

Me gustaban los meses en los que tenía que taparme hasta la cabeza con el edredón y vivía sumergida en mi ropa ancha y calentita.

Me gustaba ver como llovía, o cuando había tormenta y me ponía a leer algún libro mientras bebía mi café con leche.

Definitivamente el frío se convirtió en mi amigo.

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