Pero sí me sentía culpable por hacer que ella perdiera su tiempo conmigo cuando podría haber estado ayudando a alguien dispuesto a hablar.
Era egoísta de mi parte, pero por mucha mierda que tuviera en mi vida, estando esa hora y media allí sentada, mirando por la ventana o mirando los peces que tenía en la pecera de una esquina de la oficina, sentía tranquilidad y que todo podría mejorar.
Hasta que volvía de nuevo a mi casa.
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problems. ©
Teen FictionDemasiados problemas en la vida, unos más importantes que otros, pero los de ella también contaban. Le tocó vivir una vida que nadie debería merecerse, pero allí se encontraba ella, pasando por ello sola. Ni si quiera un psicólogo pudo hacerla habla...