De regreso al Castillo Marmoleo

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  Kuma y len se internaron en el espeso bosque, los naipes perdieron su rastro rápidamente y lograron escapar rumbo al castillo con sus otros amigos. Mientras tanto, herido y abandonado en el sótano, gakupo despertaba aturdido

gakupo: ese niño - decía sosteniendo su cabeza con una mano - pero eso sólo lo hace mas interesante

Después de mucho correr kuma finalmente logró llegar al castillo de la reina blanca con len sentado en su lomo. Len miraba fijamente la espada en su mano preguntándose qué fue eso que vio al sostener a leviatán, ese dolor que sintió al ver a esa mujer de cabello negro llorar, era como si ya la hubiera visto antes, pero eso era imposible, él estaba completamente seguro de que jamás en su vida habia visto antes a esa mujer de cabello negro y ojos dorados, como los de rei

len: rei - murmuró para sí

kuma: no te preocupes, estoy segura de que el sombrerero esta bien - kuma escuchó a len y notó el dolor en su voz, por eso lo intentó animar

len: si, tienes razon - len sonrió sonrojando a la osa

Len comenzó a golpear la gran puerta haciendo incluso mas ruido que el ejército que la atacó horas atrás, alarmado por el fuerte estruendo el as de trebol, mikuo, se asomó por el balcón

mikuo: ¿que es lo que pasa? - preguntaba el joven alarmado por la posibilidad de otro ataque

len: soy yo - gritaba el rubio desde abajo

mikuo: len - exclamó con sorpresa y detrás de él aparecieron la reina haku y el conejo blanco

piko: len regresaste - decía el conejo feliz de ver otra vez a su amigo - ¿y ese oso de ahí? - preguntaba señalando a kuma que seguía en su forma bestia

len: es mi nueva amiga, ella me ayudó a salir del castillo y a encontrar esto - responde levantando la espada de fuego

haku: leviatán - exclama la reina con asombro - pudiste encontrar la espada, mikuo abre la puerta por favor, tenemos que completar la armadura

mikuo: si mi reina - se apresuró a llegar a la planta baja del castillo y comenzó a abrir la puerta permitiendo que kuma y len entraran con la espada

kuma: casi no hay espacio aqui adentro - decía la osa atigrada entrando

len: intenta transformarte - le responde el rubio aplastado contra la pared mientras mikuo estaba debajo de la pata de la osa

kuma: ups, perdon - la osa regresa a asumir su forma humana liberando a mikuo y dándole a len espacio para caminar

Mikuo, despues de que len lo ayudó a ponerse de pie, escoltó a ambos de regreso a la sala del trono donde haku y el conejo esperaban que llegaran

haku: ¿no nos va a presentar a tu amiga? - preguntó la reina en un tono dulce con esa sonrisa que siempre adornaba su rostro

len: ah, claro, lo siento - se disculpó por el descuido - su nombre es kuma, la osa atigrada

kuma: es un placer - dijo haciendo una pequeña reverencia

len: ella me ayudó a escapar del castillo de la reina roja y de su tuerto de corazones, además es amiga de rei - dijo el chico con una gran sonrisa

mikuo/piko: ¿amiga de rei? - gritaron los dos al unísono alarmados

piko: es peligroso que esté aqui, seguro nos traicionará como hizo rei y nos entregará - gritaba molesto a len

mikuo: traeré a los guardias y la pondremos bajo arresto

Len se paró delante de su amiga y mirando a ambos fijamente con mucho enojo gritó - rei no es ningun traidor, y kuma es mi amiga, no voy a dejar que la lastimen

piko: ¿acaso perdiste la razón? - le reclamó extrañado por su actitud - ese sujeto te atacó, te secuestró y luego te llevó como prisionero a la reina roja, el y esa osa son el enemigo

kuma: si tanto quieres pelear será un placer chico conejo - le gritó cansada de sus malos tratos y ataques constantes a ella y su amigo, por lo que retomó su forma bestia para intimidarlo, aplastando a mikuo una vez mas

mikuo: esto no es justo - se quejaba aplastado por la pata de la osa

kuma: además, teníamos que meter a len de alguna forma al castillo para que tomara la espada y la mejor opción era meterlo como prisionero - explicaba la osa manteniendo la forma bestia - la reina roja tiene naipes vigilando cada entrada y cada salida, incluso por las alcantarillas, eso sin mencionar a efield

haku: ya está bien - interrumpió la reina blanca en un intento de relajar el ambiente - se muy bien que mi niño no es ningun traidor, lo importante es que len está seguro y de verdad te lo agradezco - sonrie calidamente - ademas de eso ya tenemos la segunda pieza de la armadura y pronto podremos liberar esta tierra de la tiranía de mi hermana, por cierto - dirijiendose a la osa una vez mas - ¿podrias dejar a mikuo libre por favor? creo que tiene problemas para respirar

kuma: esta bien - la osa regresó a su forma humana liberando al as de trebol , quien apenas logró ponerse de pie salió al balcón a tomar un poco de aire fresco, que en ese momento era lo que mas necesitaba

mikuo: por dios, este dia si que fue muy extraño - exclamó mirando el atardecer - pero supongo que todo esto vale la pena si podemos liberar a la gente del terror de efield y la reina roja , ¿verdad? - mientras hablaba mikuo fijó su mirada en la espada que cargaba, chronos, mas precisamente la inscripción en el mango de la espada, no había ninguna palabra, ni nombre ni nada, sólo el dibujo de un comodín  

La última AliciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora