Reina de corazones

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  meiko: ¿no es esto hermoso gakupo? - la reina roja estaba parada en el balcón con su sota de corazones a su lado, observando su reino - y pensar que mi querida madre estuvo a punto de darle todo esto a la pasifista de mi hermana, solo el temor mantiene la paz

gakupo: siertamente mi amada reina - decia su amado guerrero con falsa fidelidad, si no fuera por él esa tonta de cabeza monumental no seria nada, fue él quien compartió su poder con ella, y en primer lugar el que sacó a esa tonta de olivia de la jugada no fue otro que la sota

Meiko empuñaba a morpheus y la levantó con firmeza, a lo lejos la figura de efield era visible, el dragon sintió en su cuerpo el llamado de la espada y a los pocos minutos aterrizó frente al castillo, sus orbes dorados brillaban con ira y frustracion, cosa que la reina roja no notó y blandiendo su espada guiaba la mirada del dragón

meiko: ¿ves eso mi amado gakupo? - decia jugando con su espada - mis deseos son sus ordenes, mi voluntad es su guia, el dragon es mi titere y yo soy la maestra de las marionetas, es por eso que mi hermana no se atreve a atacar - reia con soberbia la monarca - alicia, la guerrera de la profecía, ese pobre niño tonto debe estar aterrado, escondido en los brazos del sombrerero - comentario que hizo enojar a su paladin - crei que ahora que tenian la armadura intentarian pelear con mis ejercitos, pero es obvio que no lo harán

Gakupo decidió dejar a meiko en su propia fantasía mientras jugaba con el dragon, claro que la reina blanca no atacaría, haku no era tonta e impulsiva como su hermana, ella era precabida, atenta a los detalles, nunca tomaría una decición presipitada sin antes evaluar los altibajos de la misma, por eso es que olivia la nombró su sucesora antes que a meiko

gakupo: mi pobre pobre reinita, no tienes idea de lo que te espera - dijo sacando un frasco de su bolsillo - veneno de rosa negra, mi dulce olivia, tu hija pronto te seguirá jajajaja - reia maliciosamente mientras giraba por el pasillo

En el castillo marmoleo la paz y la tranquilidad eran cosas del pasado, a cada momento se escuchaban gritos de un celoso compulsivo a su asustada pareja, pero esta vez no era rei el celoso, sino el tierno y adorable len que demostraba un vocabulario digno de un hijo de izanami

Len: ¿EN DONDE TE METISTE? ¿ESTABAS CON OTRA VERDAD? - desde hace una semana len estaba mas sensible de lo normal, se enojaba facilmente y le gritaba a todo el que estuviera a su paso, y mas a rei

rei: ¿de que hablas? ¿cual otra? estaba con la reina en......

Len: ¿CON HAKU? ¿AHORA ERES ASALTA TUMBAS? - gritaba indignado, hacian eso cada minuto, cada dia, y luego de repente len volvía a ser dulce, tierno y amable, pero eso no era lo peor

Izanami: ya, por favor.....de.....dejen de gritar.....porfavor ya no peleen - de repente la madama sarcástica de lenguaje fuerte y actitud despreocupada se habia vuelto sensible, vulnerable, timida y asustada, lloraba a cada momento, nadie entendia lo que pasaba, incluso los niños se asustaban, claro que uno de ellos lo usaba de pretexto para ser abrazado y consolado por su onii-chan de cabello color aqua

kuma: YA CIERREN LA BOCA - gritó la osa furiosa, recibiendo como respuesta el llanto de izanami y los gritos de len

Len: CALLATE TU OSA METICHE, YA HICISTE LLORAR A IZANAMI - rei y gumiya se llevaron a izanami del lugar, con tanta sensibilidad no era bueno dejarla ver esa pelea, mientras tanto len y kuma seguian peleando

Era la misma historia desde hace ya varios dias, para la cena len se mostraba muy cariñoso con rei mientras izanami trataba de no gritar al ser llamada abuela por los niños, mas bien por la niña, ya que rei hacia de todo para llamar la atencion del trebol ¿acaso mikuo esta ciego? pensaba la diosa, mientras que kuma saca sus propias teorias acerca de su amiga y el rubio consentido

Kuma: malditas hormonas - se decia a si misma - GUMIYA -llamaba a los gritos al dodo - ven un momento - se levantó de la mesa arrastrando al pobre peliverde con ella

A la mañana siguiente se juntaron todos para el desayuno, len estaba sentimental y animado, rei parecia un muerto en vida, como si ubieran succionado toda su energía vital, gumiya tenia ojeras, su habitacion estaba junto a la del sombrerero por lo que tuvo asientos de primera fila para su acto, izanami no aparecia, la osa la convenció de pasar la noche en la habitacion de la duquesa para poder hablar a solas con el dodo, en cuanto a la osa estaba muy calmada sentada junto a la reina y teto mientras la ratona despertaba a su hermano la oruga y lin miraba a ren y como éste estaba sentado sobre las piernas de mikuo, ese niño no sabe lo que la discreción, a los pocos minutos la diosa y la duquesa llegaron a la mesa

kuma: muy bien ¿quien me da una explicacion de esto? - refiriendose a la apariencia de ambas mujeres, miku con el cabello suelto e izanami con dos grandes coletas, ambas llevaban puestos vestidos acampanados negros de mangas largas con bordados a los lados y una cinta es su cuellos, parecian dos hermosas muñecas francesas

miku: ¿que tiene de malo?

izanami: hasta tenemos uno preparado para ti si lo quieres

miku: incluso uno para len - para asombro de todos el pequeño len tomo a la osa del brazo y la arrastro escaleras arriba a la habitacion de la duquesa siendo seguidos por miku e izanami

rei: por fin, un descanso dijo recostando su cabeza en la mesa ¿donde estan piko y oliver? - dijo notando la falta de la liebre y el conejo

gumiya: ni que fuera su niñera - la falta de sueño lo tenia muy tenso

A los pocos minutos bajaron las escaleras, primero bajaron izanami y miku muy sonrientes, detras de ella estaba kuma un tanto sonrojada y con ella un sonriente len, ambos con un vestido acampanado en rosa sin mangas decorado con moños de igual color y detalles en blanco, por algun motivo len, el que siempre renegó de vestirse como mujer ahora se acercaba a rei con una sonrisa en su rostro

len: reeiii ¿como me veo? - pregunto inocentemente con una sonrisa recibiendo como respuesta un fuerte ronquido - DESPIERTA CON UN DEMONIO - grito golpeandolo con su propio sombrero

Izanami: gu-mi-ya ¿tu que opinas? - izanami se acercó al dodo pero este no respondía - gumiya - trataba de llamarlo pero nada, estaba tan profundamente dormido que la inestable mente de la morena pensaba otra cosa - gumiya respondeme - decia con voz quebrada empezando a llorar

Kuma: malditas hormonas - fue la unica respuesta de la osa antes de sentarse

El castillo de corazones en cambio reflejaba calma, en apariencia todo estaba apasible y sereno, obviamente, ya que todos estaban aterrados del poder del dragon, nadie se atrevía a desovedecer a la reina, y el que lo hiciera sufriría una horrible muerte en la gillotina o en manos del cruel dragon, ¿cuantas muertes había causado ya? ¿cuantos hogares destruidos? ¿cuantas familias destrozadas? todo eso no significaba nada para la reina roja, y mucho menos para la sota de corazones, pero en el corazon del dragón todo eso comenzaba a pesar cada vez mas, su voluntad era controlada, pero en su interior seguia siendo rui, la pequeña traviesa con gusto por el sarcasmo

meiko: mi querida sota, creo que es hora de hacer nuestra jugada - decia con malicia

gakupo: ¿a que se refiere mi hermosa reina? - la reina lo golpeó con su setro molesta

meiko: ¿a que mas cabeza hueca? si ellos no vienen a mi yo iré por ellos, acabaré con esa tonta resistencia, todos veran lo que pasa cuando me desobedecen, serán testigos de mi poder, de nuestro poder, contigo a mi lado y con la fuerza de efield haku, el sombrerero, alicia PERDERÁN LA CABEZA

El grito de la reina resonó por todo el castillo, babuinos y naipes salian por cada rincón del castillo gakupo miraba las tropas marchando con un rostro inexpresivo pero por dentro estaba lleno de furia, la tonta reina se dejaba dominar por su terquedad y soberbia, ahora no tenia mas opcion que olvidarse de poseer el cuerpo de la alicia como deseaba, ahora tenía mas deseos de darle el veneno de rosa negra, tal como hizo con su madre en el pasado a espaldas de la reina blanca y de miku

gakupo: una vez salgamos no habrá marcha atras, esta batalla decidirá el destino de nuestro reino

meiko: no tengan piedad, no dejen una sola cabeza sin cortar, quiero que esto sea una lección para todo aquel que se oponga a mi voluntad, ALICIA, VOY POR TI, ESTA NOCHE PERDERÁS LA CABEZA - la reina dio la orden y su ejército se puso en marcha, gakupo se puso al frente de las tropas y los guió hacia el bosque laberinto, la reina por su parte no se hiba a quedar atras, ordenó a su dragon incarse ante ella y subio a su espalda elevandose en los cielos marchando junto a los babuinos que la seguian temerosos, la guerra llegaría a su fin

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ren: mikuo-nii - hay algo que quiero decirte - el pequeño ren estaba nervioso, finalmente habia reunido el valor de pedrile a mikuo poder hablar con él en privado

mikuo: ¿que pasa ren?

ren: yo...yo... - el pobre niño estaba tan asustado que se puso a llorar, mikuo lo rodeó con sus brazos para calmarlo - me gustas mikuo nii, te...te amo - mikuo estaba impactado pero no se separó un solo segundo del menor, mas bien lo abrazo con mas fuerza

mikuo: ren - dijo en un susurro - desque que llegaste al castillo no dejo de pensar en ti, a cada minuto el recuerdo de tu sonrisa cada vez que jugamos juntos viene a mi mente, tal vez sea dificil al principio, pero....pero acepto tus sentimientos - se separó levemente de ren para mirarlo a los ojos y luego depositar un suave beso en sus labios - tambien me gustas ren

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rei: te lo dije, te lo dije mas de mil veces, yo tenia razon - gritaba feliz el sombrerero - y no solo eso, tambien tu lo estas

gumiya: ¿que tan segura estas de esto? - cuestionaba el dodo

kuma: oh por favor es mas que obvio, extraños antojos, cambios de humor extremos, necesidad constante de cariño, admitelo, seras padre y abuelo al mismo tiempo comodín, felicidades - decia con una mezcla de burla y genuina alegria la diosa menor

haku: será lindo tener bebés por aqui, me ofrezco de niññera - caturreó la monarca felizmente

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lin: ¿lo ves? te dije que aceptaría, estoy tan feliz - decia la niña escondida tras los arbustos

piko: si, pero no esperaba que ya lo estuviera besando

miku: ¿eso que? no hay nada malo en eso

oliver: ya bajen la voz o nos van a escuchar - regañaba la liebre del mazo

teto: muy tarde - dijo la ratona al ver como un sonrojado trebol se acercaba con un tierno niño en brazos

mikuo: ¿perdieron algo? dejenme ayudarles - mikuo desenvainó a lakshmi y los persiguió por todo el patio  

La última AliciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora