Abrió los ojos a las 7:30 dio un salto, no alcanzo a bañarse, se lavó los dientes, tomo un vaso de agua, saco su bicicleta y salió camino a su trabajo, no podía ser que nuevamente se quedara dormida, se acostó "temprano", como no iba a sentir el despertador? Era demasiado, quizás tendría que comprarse esas pastillas energizantes que su padre le había recomendado, porque últimamente, estaba sin ánimos, con mucho sueño. Si, hace una semana que él había terminado 1 año de relación y aun se sentía extraño entrar en casa y encontrarla vacía, o a que Bobby, el perro de ambos, no ladrara a media noche o no la despidiera al salir al trabajo, si tenía suerte llegaría antes de las 8.00, todos los días la misma historia, llevar y traer un montón de papeles, de gente que es lo suficientemente inútil como para no poder dar 5 pasos hasta la fotocopiadora, pero que aun así ganan tres veces más que tú. Aun le quedaban dos meses de práctica y sinceramente esperaba que no pidieran que siguiera, arrancaría apenas los tres meses terminaran. Lo único bueno de este trabajo había sido que su pololo estaba ahí y podían salir a almorzar al parque y esas cosas cursis que hacen las parejas (si, ahora todo eso lo consideraba cursi, aunque no le molestaría volver a esa cursilería) pero ahora, al darse cuenta de que el termino la relación por la asistente del gerente, una rubia enana, de esas que aunque usen zapatos de plataforma igual te llegan al hombro, no sería fácil terminar este trabajo antes de perder la razón, lo pensó en ese momento y lo seguía pensando ahora, después de todo, esta última semana ha ido acabando con su cordura como no lo ha hecho ninguna otra situación y es que ir recogiendo pedazos de tu corazón por los rincones de la oficina, no es algo que se le desee a nadie. Bueno, ese día llego a las 8:05, solo le llamo la atención Roberta, una mujercita regordeta, que parece que se comiera las fotocopias, que necesitaba las hojas a las 6 del día anterior, uuff, si tan solo pudieran ser un poco menos flojos, "respira, solo respira, no dejes que te afecte", se decía para darse ánimos.
Le llevo las fotocopias y fue al comedor a ver si podría prepararse un café, antes de entrar escucho su risa, Reyna, estaba ahí, probablemente con Él, paro en seco, no quería verlos ahí tomados de la mano y riendo como si fueran amantes de toda la vida, bueno en teoría no lo eran, pero hace una semana que su mente no sabía que pensar, se devolvió por el pasillo y salió al negocio de enfrente por un café, lo page y mientras me decidía entre un mocachino o un expresso, escucho su voz que le daba las gracias al vendedor y asumí que hubiera sido mejor tomar el café en el casino, al darse media vuelta y ahí estaba, tan hermoso como siempre, con su 1.90 de altura, pelo castaño rizado, ojos cafés, su nariz respingada y sus labios, oooh no, sus labios, le encantan sus labios, desde el primer día, él no me vio, entonces disimuladamente salió y para encontrarse con Reyna, que la miro de pies a cabeza, le devolvió la misma mirada y sonrió, "patética enana!, con plataformas de 10 cm aproximadamente y me llega al hombro, pobrecita, debe ser su gran trauma".
- Por fin te veo una sonrisa –dice mirando con desdén
- Si, suelo reírme de las cosas pequeñas- le dice poniendo la mano a la altura de su hombro.
Grita algo que no alcanza a entender, a aprendido a ignorar a quienes no le interesa oir, cruza y entra en la oficina. Hoy hay algo diferente, todos parecen más zombis que nunca, pegados en su computador, ignorando lo que pasa alrededor, me acerco a la impresora, que tiene como 1000 trabajos en cola y Gerardo, el asistente de piso me dice que la impresora tiene un problema (por fin alguien recuerda que soy del departamento de informática) la reviso y tenía una hoja atascada (inútiles!) le aviso que me iré a la oficina de IT y me mira con cara de asustado, definitivamente debo aclarar que llevar y traer papeles no es lo que me corresponde hacer, aunque llevo un mes haciendo lo mismo sin reclamar "tranquila, debes ajustarte al sistema" me decía Él siempre, aun no entiendo porque lo decía.
- Muriel, necesito los papeles que están saliendo de la impresora, por favor- dice Roberta
Gerardo me mira sin saber qué hacer, le guiño un ojo y me dirijo hacia ella, no puedo seguir durante dos meses haciendo esta misma estupidez una y otra vez, no aprenderé nada de lo que debo aprender!
- Roberta, quería comentarte que esto no me corresponde, está bien que sea practicante, pero no soy la junior ni nada parecido, espero lo puedas entender.- le digo con mi mejor sonrisa
- Muriel, Muriel, tu sabes que las cosas no funcionan así, por favor, no seas ilusa y tráeme las hojas que mande recién por favor- o ella es sorda o no habla español, esta señora no escucha lo que digo, le sonrío y respondo
- Lo siento, tendrás que hacerlo tú. – me doy media vuelta y me dirijo a mi oficina, bueno Su oficina.
Subo la escalera con el corazón a mil, nunca me han gustado los enfrentamientos y debo reconocer que estuve a punto de ponerme a llorar como una niña pequeña. Paso al baño a mojarme un poco la cara y nuevamente me la encuentro, no la miro y me mojo la cara, se pone detrás de mí y me queda mirando con su cara de enana enfadada.
- Quiero que sepas que Javier y yo estamos juntos oficialmente- la miro escépticamente
- Y quieres que haga una fiesta en su honor? O no, mejor, un pastel con una J & R encima o mejor aún, les ponemos una alfombra roja para que hagan su entrada triunfal?? Uuumh, no, Sabes? creo que no me importa, asique ahórrate tu discursito por favor. – definitivamente no sé de donde sale mi voz en estos momentos.
- No, lo siento, tienes que escucharlo, nos vamos a casar-
Sentí un ruido, como de un vidrio rompiéndose en mil pedazos, pero no fue físicamente, fue mi corazón, que se terminó de romper en 1001 pedazos. La personita de mi mente que lleva el cartel de esperanza se lanzó al vacío y definitivamente todos los demás sentimientos se fueron, desaparecieron por un instante, solo orgullo y dignidad se fortalecieron un momento (más bien tomaron la poca fuerza que les quedaba)
- Casamiento? Interesante, ahórrate mi invitación bueno? De todas formas no iré, y felicitaciones, espero que existan zapatos de novia con plataformas para que disimules tu tamaño, quizás podrías conseguiré unos zancos con los del circo, sabes?? –
Salí del baño reteniendo mis lágrimas, se iban a casar? Algo andaba mal, como si solo llevaban dos semanas? Y todos en la oficina sabían que estábamos juntos, por eso me mando a las fotocopias? No sabía que pensar y estaba punto de colapsar, necesitaba hacer algo para llevar mi mente a otro lugar. No, tenía trabajo que hacer, más bien, que aprender.
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Corazón de hielo
Teen FictionMuriel, una chica de 20 años, solo ha tenido pérdidas a lo largo de su vida, su madre, luego su madrastra, su padre y hace poco, quien pensaba que sería su "gran amor", después de tanta perdida y sufrimiento, ella ha logrado establecer barreras alre...