《28》

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La lluvia comenzó a empapar a la muchacha, ya no eran dos o tres gotas de agua, era una tormenta.

En varias ocasiones se había resbalado, pero se levantó y continuó corriendo.

La intriga la devoraba, ella sabía que él la estaba esperando.

Corría, pisaba charcos, empujaba a personas y se saltaba semáforos con tal de llegar rápido a su casa.

Joder, se le estaba haciendo eterno.

A m e n a z a s [SaeranxReader]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora