Mi Luna

Tess

Zara

Sentía la necesidad de mirar el cielo nocturno, específicamente la luna, algo en ella me llamaba, me calmaba.

Mi respiración cada vez era más agitada, estaba en un éxtasis de emociones, poco a poco me iba desvaneciendo, el cuerpo se hacía más pesado, pero mi interior era tan ligero como una pluma que iba cayendo lentamente a un vacío.

Algo me sujetaba y me conducía a través de mi descenso, las manos de Luke estaban tibias y firmes, sintiéndome segura, deje que mi cuerpo siguiera a voluntad.

Poco a poco comienzo a abrir los ojos, no sé si han pasado minutos o segundos pero mi reflejo en el agua ya no es el mismo, al igual que el del lobo que respira a mi lado.

Desde que vi a mis padres, eche a correr mi imaginación, mi color es tal y como pensaba, un blanco grisáceo me cubre completamente, mis ojos han mantenido el color azul pero no soy tan grande como los lobos que he visto últimamente.

Algo en mi interior ha cambiado, y no pasa mucho tiempo antes que pueda seguir preguntándome.

-No te asustes, mi nombre es Tess.

Di un salto de la impresión, una voz en la cabeza me estaba hablando, esto sí que era nuevo.

-Hola tess, ¿Quién eres? – recite en mis pensamientos.

-Soy tu loba, y aunque no lo parezca he estado justo aquí toda tu vida, ahora estamos conectadas, incluso tu vista, audición y olfato han mejorado.

-veo todo oscuro Tess, solo un exquisito aroma de fresas y canela es lo que siento.

-Déjate llevar amor, sígueme.

Solo falto escuchar eso para comenzar a correr, mi vista iba mejorando a medida que avanzaba por el bosque, el exquisito aroma seguía mi camino o yo lo seguía a él, no estaba segura, pero lo necesitaba.

Lo siguiente no lo vi venir.

El sonido de un disparo impacto mis oídos y el efímero momento de felicidad quedo destruido, me agache inmediatamente, no sabía qué hacer, estaba bloqueada y paralizada.

-¡Tess! Me escuchas.

¿Qué estaba pasando? Yo quería responder pero algo en mí ya lo hacía.

-Nos encontraremos en la cascada Tom, ten cuidado.

Corrí lo más rápido que pude siguiendo el sonido de la cascada, pero más proyectiles se oían en el camino, otra vez el pánico inundo mi cuerpo, ¿Dónde está Luke? ¿Estará bien?.

Seguí mi camino con un ritmo más controlado, mi respiración estaba mejor, pero algo me golpeo al costado izquierdo, caí rápidamente frente a un montón de maleza, intente levantarme pero algo me lo impedía.

-Soy yo, no te muevas.

Fue lo último que alcance a escuchar, antes de que mis ojos se cerraran por completo.

Luke

Zara no despierta, ha estado inconsciente desde que la traje a casa y mi paciencia se está agotando, la única cosa que debo hacer es protegerla y le he fallado nuevamente.

Sigo sin poder comprender que es lo que ocurrió en el bosque, todo estaba asegurado, mis hombres se encargaron de recorrer todo y no encontraron nada, estoy seguro que está relacionado con el maldito de Max, esta vez no dejaría pasar nada.

Los padres de Zara no se han despegado de su lado, Zack los convenció de ir a cambiarse con la conducción de avisarles cualquier avance, pero han pasado dos días y no ha despertado.

Una bala logro herirla en su pata izquierda, era de plata maldita sea, ese hijo de puta sabía muy bien a lo que estaba jugando, podría haberla matado, ni siquiera se habia acostumbrado a su nuevo cuerpo.

Lucia tan frágil y tierna, el azul de mi cobertor hacia resaltar el color de su piel, el sonido de la puerta abrir dejo ver a Sam quien caminaba despacio hasta donde me encontraba sentado, se notaba preocupado miraba a todos lados en la habitación menos a Zara.

-Hermano...yo – balbuceaba

-No es necesario que digas algo Sam, lo entiendo.

-¿Qué es lo que entiendes exactamente Luke? – pregunto acercándose a la cama

-Sé que no te cae bien Zara, no tienes que venir si no lo deseas.

-No es eso, a ella le dispararon ¿también te sucedió a ti? – los ojos de Sam comenzaban a cristalizarse.

-Solo sentí un poco de dolor, no fue mucho, todavía no hemos completado nuestro... vínculo.

Definitivamente no me gustaba el rumbo de esta conversación, no le hablaría de eso, no aún.

-¿Cómo completas el vínculo?

-Esa conversación es para otro día, lo prometo – dije levantando la mano.

-¿Te molesta si le digo algo a ella?

-En absoluto, adelante –lo anime

-En privado –protesto cruzándose de brazos

-No la dejare sola contigo Sam, por la seguridad de todos.

Un bufido salió de su pequeña boca curiosa, comenzó a acercarse y cuando estuvo cerca de su oreja logre oír.

No mueras, quizás pueda quererte.