LUKE
Estoy nervioso, hay órdenes estrictas de vigilar el perímetro cerca de la cascada, esta noche no quiero inconvenientes, no puedo expresar lo que siento cada vez que estoy con ella, cuando veía a Zack con Chelsey me causaban hasta cierta repulsión con sus constantes demostraciones de cariño en público, pero ahora, en lo único que pienso es tener a Zara entre mis brazos.
Sam me ayudo a iluminar alrededor de la cascada, no quería que nos interrumpieran por lo que decidí traer comida, me tomo un tiempo averiguar cuál era su favorita, pero lo conseguí.
He tocado la puerta de su habitación unas tres veces y lo único que escucho es "cinco minutos más", he caminado en círculos todo este tiempo, tendré que mandar a cambiar la alfombra que está quedando desgastada.
Escucho la puerta abrirse y me volteo.
Allí está ella junto al umbral de la puerta, con sus ojos mirando hacia el techo.
-¿Qué tal me veo? – Dice intranquila por lo que me acerco y la atraigo hacia mí – eres lo más hermoso que haya visto.
Sus mejillas se vuelven a teñir de ese rosa, me encanta ser el causante de ello, llevo mi mano a su mejilla y la deslizo suavemente hasta la comisura de su boca, un gemido se escapa de sus labios lo que me hace perder el control, la beso, un beso dulce que me hace querer más, siempre quiero más de ella, sé que es muy joven pero la necesito, necesito sentir su calor contra mi piel o me volveré loco.
Tomo su mano y en silencio nos dirigimos hacia el auto, abro su puerta para que suba y rápidamente rodeo el auto, la cascada tiene una entrada de este lado de la manada, que conecta a otro sitio más privado.
-¿Estas bien?, pareces un poco tenso- No puedo evitar sonreír ante sus palabras, es tan dulce, ni siquiera me encuentro mal, todo lo contrario.
-Estoy mejor que nunca- coloco una de mis manos sobre las suyas y dibujo pequeños círculos imaginarios alrededor de sus dedos.
Una vez llegado al lugar, baja del auto sin que pueda asistirla, lo único que veo en su rostro es emoción, espero haber hecho un buen trabajo.
-Luke...esto...esto es maravilloso- sus ojos se encuentran con los míos – gracias por estar en mi vida, en pocos días te has vuelto indispensable para mí, y tengo miedo... miedo de que esto se acabe, que un día me digas que todo termino.
-No pienses en eso, nunca sucederá – la tomo de la cintura y la acerco a mi pecho – solo no pienses en cosas malas, no permitiré que nada ni nadie se interponga entre nosotros, pero quiero que esta noche sea especial para ti.
Zara me mira con esos ojos azules llenos anhelo, la conduzco hacia donde tengo preparada la cena, una vez sentados, destapo los platos con sumo cuidado.
-No puedo creerlo, ¡Tarta de fresas! ¿Cómo las has conseguido? – hablaba mientras agitaba sus manos con emoción.
-También traje fresas frescas y un poco de crema.
-Estuve tratando de conseguir fresas en esta temporada pero solo en una cafetería encontré una malteada que no las tuviera en conserva – su rostro se iluminaba comiendo la fruta, lo que me hacia reír.
-Cuando estoy cerca de ti, hueles a fresas y un poco a Canela – su mirada demostraba intriga- cuando te transformes, ¿me prometes que me dirás a qué huelo?
Su cara de seriedad exploto en una risa.
-Siempre hueles bien, ¿Por qué debería cambiar?
-Solo dime ¿De acuerdo?
-De acuerdo
Una vez terminada la cena, me puse de pie tomando su mano, llegamos al mismo lugar donde nos vimos la primera vez.
-¿Quieres nadar un rato?- pregunte.
-Mojare el vestido, es mejor que lo dejemos para otro día- podía ver en sus ojos que ansiaba entrar al agua.
-Si te hace sentir más tranquila traje ropa para después
-Al parecer el Alfa piensa en todo
-Algo así.
Solo eso basto para que se despojara de sus tacones, y comenzara a entrar al agua, iba detrás de ella siguiendo todos sus movimientos, el agua hacia pequeños círculos a medida que avanzábamos, tire a un lado mi camisa para poder moverme con mayor facilidad.
Una vez con el agua tapando nuestros cuerpos me acerque suavemente por su espalda, envolví mis brazos en su cintura, y acomode su largo cabello, dejándome total acceso a su cuello.
Quería morderla, ella era mía, pero no podía hacerlo hasta que su transformación estuviera completa.
-Luke...
Gire su pequeño cuerpo, encontrándome con su rostro con algunas pequeñas gotas alrededor.
-Solo bésame, te necesito luna.
Sus besos eran mi droga, sus manos comenzaron a subir por mi pecho, deteniéndose en mi cuello, con delicadeza tome sus muslos y los enrolle mis caderas, este no era el mejor momento para que algo más pasara entre nosotros, habían lobos cerca y tenían muy buen oído.
-Creo que debemos parar mi amor – me separe lentamente de ella – ya es hora, ven.
La ayude a salir del agua y fui en busca de unas toallas, una vez más secos deje la ropa cerca de una pequeña gruta natural que formaba la cascada.
-Luke, estoy nerviosa ¿Me dolerá?- Entrelace sus manos junto con las mías y les di un pequeño beso a ambas- Tranquila, yo estoy aquí.
Zara asintió y cuando la Luna ya estaba en su punto más alto, todo comenzó.
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Mi Luna
Hombres LoboZara ha vivido desde los 8 años con su familia adoptiva, no recuerda nada de su pasado, pero este pronto vendrá a buscar venganza, le han ocultado lo que realmente es pero esto no la detendrá, que su mate sea un Alfa sera el menor de sus problemas¿s...