La luna iluminaba la solitaria autopista por donde el auto que llevaba a un durmiente Yuri transitaba. Le tuvieron un par de horas en una especie de recibidor, rodeado de Alfas que lo miraban altaneramente, esperando a sus compradores; el mastodonte que lo sacó de su celda hablaba por teléfono con alguien que parecía ser su jefe y caminaba de un lado a otro por el lugar.
Fue montado en un pequeño auto que era conducido por un Beta, era oscuro y tenía vidrios polarizados, fundiéndose por completo en la oscura noche. Junto a él subió aquel Alfa que solía ver a diario y no habló en ningún momento, Yuri tampoco lo hizo. Luego de un par de horas de viaje Yuri cayó completamente rendido ante el cansancio. Despertó cuando el sol asomaba suavemente en el horizonte, cubriendo el cielo con coloraciones purpuras y naranjas; estrujó sus ojos y miró al Alfa en la misma posición que adoptó cuando subió al auto ¿Es que acaso no se había movido?
Bostezó exageradamente y se estiró haciendo sonar los huesos de su espalda, sorprendentemente había dormido bien, los asientos le supieron a gloria comparados con el frío piso de las celdas, en el que decidió dormir negándose a usar las olorosas colchas. Llevaban un trayecto largo recorrido, al menos eso pensó al ver el cielo.
— Oye, Alfa ¿Dónde me llevan? —Cuestionó acomodando su codo en el reposabrazos de la puerta y su barbilla en su mano.
— Ya lo verás.
Yuri bufó poniendo sus ojos en blanco y volviendo a mirar por la ventana. Se había acostumbrado a llamar a todos los guardias "Alfa" puesto que todos lo eran, eso y también por el hecho de que lo llamaban "Omega" como si fuese algo denigrante, era como una pequeña venganza el usar el mismo tono cargado de arrogancia y superioridad para referirse a ellos.
Decidió no volver a preguntar nada y pasó el siguiente par de horas en la misma posición, admirando como el paisaje iba cambiando, los árboles eran más abundantes y la gran autopista se disolvía en un camino cubierto de tierra y lodo. Se sentó correctamente cuando vio una gran reja negra en la que acababa el camino de tierra y el asfalto surgía nuevamente.
La reja fue abierta por un par de vigilantes cuyo tipo no tuvo tiempo en identificar. El Beta condujo un poco más por la calle asfaltada y Yuri miraba curioso los edificios, no muy altos pero bastante amplios, que se alzaban a los lados de esta. Todos los edificios tenían letreros llamativos e incluso había una pequeña tienda de conveniencia y un campo de golf.
Su cara se coloreó completamente al reconocer una tienda de esas a las que su madre no le permitía entrar, mucho menos observar, y encontrar objetos bastante curiosos en la vitrina.
El auto siguió hasta llegar al estacionamiento de lo que parecía un gran hotel, lo rodeó y pasó por una entrada trasera. Cuando se detuvieron el Beta bajó y el Alfa hizo lo mismo, llevando consigo a Yuri casi arrastrad, por uno de sus brazos.
— ¿Dónde está? —Preguntó a uno de los Betas que recién salía de la entrada.
— Dentro, la clase comenzó hace ya casi una hora —El Alfa asintió y volvió a jalar a Yuri consigo al interior del edificio—. Tendrá que integrarse a partir de mañana.
Caminaron por pasillos angostos con una iluminación bastante decadente y Yuri no fue soltado en ningún momento. Unos cuantos metros más tarde los recibió una puerta de hierro rojo cuya pintura estaba bastante desgastada, dejando ver partes algo negruzcas.
— Hasta aquí llego yo, Omega. Hasta nunca —El Alfa le soltó dándose la vuelta y la puerta se abrió.
Aquel guardia que Yuri se había acostumbrado a ver diariamente lo dejaba a su suerte en un lugar malditamente lejos de la prisión donde se quedó por bastante tiempo. Ahora estaba más lejos de casa, con menos probabilidades de volver o ver a su familia de nuevo. Pasó saliva dificultosamente y miró al Beta que tenía una cara bastante expectante.

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Sold
RomanceYuri, descendiente de la más alta casta de los Nikiforov, miembro de la última generación vigente de los Plisetsky. Un Omega. Sabía que los Nikiforov eran capaces de muchas cosas por asegurar su pureza, pero nunca creí que harían algo así.