❝La Ducha❞【studoc】

3. Te espio al oscurecer

Stuart.

Sujeté mi corazón con firmeza y me dediqué a escucharle, tan conmovedora era la música que hacia que me acelerase. Tuve fuertes ganas de acompañarle pero no lo logré y me fue bastante abrumante, el temor fue una de tantas causas.
Cerré los ojos y  me recargué en la pared cantando sin cantar, como si fuese un mudo tratando de hablar.

El día de hoy comprendí tu gran afición hacia mi voz, tus halagos  y fascinación. ¿Por qué estoy pensando en ti de está extraña manera?, ¿Por qué te estoy espiando mientras tu estás en la regadera?, ¿por qué comprendo cada uno de tus inexpresivos sentimientos?.

Poco a poco mis ojos se tornan a una mirada comprensiva e indecisa al verte, te has portado mal pero en algún momento debías cambiar. Ahora digo cursilerías sin necesidad que lo sean por completo, pero creo que en realidad tú me has hecho cambiar todo esto. Te escucho llorar... se rompe mi corazón pero vuelve a armarse al recordar las humillaciones que me brindaste, ¿a caso buscas ablandarme?. Me levanto y me marcho de ahí.

Respiré de manera profunda tratando de sostener las saladas lágrimas recordando todo lo que ya había pasado. ¿Tantas preguntas podrían tener una respuesta sólida?. Me tiré en la cama holiendo una vieja almohada, aún tiene tu olor; dominante e intimidante.

一A veces tu aroma no es reconfortante.

Me dije en voz alta acomodándome en la cama. ¿El día de mañana podré mirarte a la cara?, cada día que pasa me encuentro más confundido y perdido, encuentro sentimientos que ya se habían extingido.

—¿Por qué tenías que ser así?

Aplasté mi cara contra la almohada esperando que amaneciera para salir y caminar, necesitaba despejar mi mente. Si me voy ahora se podrían preocupar. Tomé las sábanas para cobijarme, en está noche el frío era abundante.

Soñé que cantabas para mi, resaltando mi belleza y dejando de lado mi rareza, mirando con firmeza mis dos cuencas negras. Tus ojos me parecían dos diamantes llenos de mentiras que extrañamente me satisfacian.