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Tuvo que alzar la cabeza para poder tener contacto con sus ojos, eran de un azul hermoso tan profundo y brillante que la hizo suspirar sin darse cuenta, su rostro también era hermoso, tenía el cabello largo hasta los hombros de color dorado con unas ligeras ondas que le daban un toque angelical y un poco de barba agregaba más sensualidad a su aspecto.

Y claro lo mismo pasó para con el, por fin podía tocarla, por fin podía mirarla a los ojos y que ella se sonrojada por ello, podía hacerle todo lo que él le hizo ver en esos sueños vergonzosos, pero aún no era tiempo, no entregaría todo de una vez como lo hizo hace tiempo. Quería que ella se enamorara tan locamente como para llegar a hacer cualquier cosa que mantuviera feliz a su hombre.

Se quedaron solo ahí, mirándose, analizando cada parte del otro, pensando en una tantas cosas que las mentes de ambos se encontraban confundidas, James tenía tantas ganas de tocarla de hacerla suya en ese mismo instante y él veía en esos ojos grises que Hela lo deseaba tanto como el.
Con algo de miedo Hela subió su mano y con cuidado toco un poco del cabello del chico, después pasó su mano por la mejilla como si quisiera grabar todo ese hermoso rostro a fuego en su memoria, trato de buscar las palabras para iniciar una conversación y con un tono inseguro habló.

- Pensé que serías aterrador
Sonrió y dejo de tocar la cara de ese apuesto chico.

- Es lo que todos piensan
James contesto con una sonrisa descubriendo unos dientes perfectos, blancos cuál perlas.

- Bueno ahora se que no, te-te ves bien
Ella no podía estar más nerviosa su voz era temblorosa, tartamudeaba y se regalaba mentalmente por ello, el solo sonreía de lado al ver lo que causaba en ella, al menos le agradaba su físico ese era un avance.

Si se preguntan, se podría decir que James no perdió ninguna de sus virtudes, solo había tomado forma humana cosa que nunca había intentado o mejor dicho nunca se interesó en hacerlo, no estaba vivo su forma desaparecería en  nueve meses, tenía el tiempo contado, hacer que ella se enamorara profundamente de el en tan solo nueve meses no era tarea fácil.

Sin siquiera notarlo ella lo guió por el apartamento, James aprovechó un poco y tomo su brazo con delicadeza solo una caricia muy delicada, ambos se sonrieron juntando sus miradas y volvieron a caminar.

Ahora solo estaban en la mesa del comedor mirándose, ella tenía tantas preguntas y el tenía todas sus respuestas pero aún así no se atrevía a preguntar.

- Esto es incomodo, supongo que ahora no pareceré loca hablándole a la nada.
Dijo Hela soltando una risita cuando termino de hablar.

El rubio sonrió y ella quedó encantada, esa sonrisa era hermosa pero traviesa, sin quitar esos intensos ojos azules de la piel blanca frente a el,  analizaba su jugada; como comenzaría a seducirla, cuáles eran los momentos correctos y cuál sería mejor la forma de hacerlo.

- ¿Quieres comer algo?
Hela interrumpió el silencio con esa pregunta y continuó con un tono  de entusiasmo
-  Solo dime qué quieres y puedo prepáralo
Hizo el ademán de pararse, pero James la detuvo tomando su mano firme.

-  No tengo hambre Hela no te preocupes
Negó tranquilizando a esa castaña de ojos grises y por una buena razón, no tendría hambre hasta la mañana siguiente, aún su forma humana no tenía esas necesidades bien asentadas, así que tampoco podía dormir.

- Entonces- Hela pauso lo que estaba por decir para aclarase la garganta- creo que tienes que ocupar el cuarto de invitados, mañana tengo que presentarme en mi trabajo si no quiero que me despidan
Ahora se levanto del todo limpiando el sudor de sus manos en sus playera y rasco su cuello debido al gran calor que le hizo sentir en todo el cuerpo ese simple toque.

James asintió lento, no le quitaba la vista y eso a ella le ponía nerviosa, su presencia ahora era agradable pero sentía algo muy extraño aún, como un ardor en todo el cuerpo que le quemaba de una manera agradable.

- Hasta mañana Hela
Finalizó el de ojos azules, antes de levantarse y acompañar a la castaña a su cuarto y desearle una vez más buenas noches, y el igual se dirigió  a su habitación temporal, se recostó en la pequeña cama y repaso su plan una y otra vez.

Mientras en la mente de Hela solo se llenaba de preguntas e incomodidades, ¿Qué pasaría si a ella le gustara? ¿Qué consecuencias traería eso?. Sacudió su cabeza tratando de ahuyentar los pensamientos y durmió.

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Gracias por sus comentarios, me ayudan a seguir escribiendo.
Besos
-Alexa-

Loverman (Ángel) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora