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Hela sonrió como nunca lo había hecho, mostrando sus dientes blancos y perfectos, las mejillas se colorearon al imaginar cómo sería la sorpresa preparada por parte de James, se adentró a su casa aún con la sonrisa en el rostro, no abrió la caja hasta entrar en su habitación.
La caja contenía un vestido hermoso, color azul marino, con corte en "A" en la falda, con un escote de v profundo y la espalda descubierta. Una belleza y aún que ella no estuviera tan acostumbrada a usar ese tipo de vestidos quiso intentarlo, solo por el.

Tomó otra ducha pero solo se lavó el cuerpo, Lo lavo con mucho cuidado con un jabón con aroma a rosas. Escogió la ropa interior más linda que tenía y después de secarse se la colocó , igualmente lo hizo con la crema para el cuerpo, comenzó maquillándose ligeramente sin parecer desesperada por atención; sombras color negro y café, máscara de pestañas, rubor y un brillo labial color durazno, muy parecido al color natural de sus labios.
Arreglo su cabello marcando un poco más sus ondas naturales y lo dejo suelto, por ultimo se colocó el vestido que extrañamente le quedaba perfecto, el entalle exacto, ni muy ajustado ni muy suelto; caía perfectamente por sus redondeadas caderas y el escote no se veía para nada mal, un aura de sensualidad e inocencia era lo que reflejaba su atuendo. Se colocó accesorios que combinarán con el azul de el vestido, delicados como ella, se miró una última vez al espejo y soltó una risa al darse cuenta que estaba descalza, meneó la cabeza en negación y puso en sus pies unos tacones negros no muy altos.

Se quedó perdida mirándose en el espejo, pensando en tantas cosas que podían suceder esa noche y el echo de que por primera vez en mucho tiempo, pasaría una Navidad en completa paz y felicidad.

No era que antes no fuera feliz pero, cuando sus padres vivían los únicos que se interesaban en esa fecha eran su madre, hermano y Dave, un poco dolida en recordar sus ojos se llenaron de lágrimas pero las contuvo, no quería arruinar su maquillaje.

Unos delicados golpes a la puerta la sacaron de aquel trance, casi corriendo fue a atender, antes de abrir se acomodó un poco la ropa y cabello, se sentía tan nerviosa por la "cita" planeada. Abrió lentamente y su corazón se acelero, era tan guapo, sus piernas flaquearon al verlo enfundado en un traje negro, de dos piezas, entallado justo lo  necesario, una clásica camisa blanca pero sin corbata abierta de un botón y su cabello suelto desordenado lo que le daba una imagen gloriosa, parecía que los ojos de James brillaban y su sonrisa decía más que las palabras, había hecho una buena elección con ese vestido ya que Hela se veía extremadamente sexy.

Les tomo un poco de tiempo reaccionar ya que estaban tan perdidos en admirar la belleza del otro, soltaron una risa nerviosa, parecían adolescentes antes de su primer baile; solo faltaba el ramillete en la muñeca de Hela. Sin mediar palabra James extendió su brazo a Hela dandole a entender que lo tomará para poder darle su regalo de Navidad.

-  ¿Por qué tanto misterio James?
Pregunto con una sonrisa la castaña, caminando agarrada fírmeme del brazo de James.
-  No sería una sorpresa sin misterio ¿no?
Dijo James abriendo la puerta del auto para que Hela se deslizara en el asiento, ella así lo hizo y le dedicó una sonrisa a su cita, James cerró la puerta como todo un caballero y después subió el al asiento de el conductor.

Comenzó a manejar nervioso al no saber si el lugar que eligió sería el correcto para Hela, había hecho su mejor esfuerzo, no quería que su pequeña se sintiera desplazada, solo quería transmitir todo lo que sentía por ella.

Platicaron todo el camino hacia el lugar, temas de la vida y otros asuntos e incluso se conocieron mejor, despertando más sentimientos en los corazones de ambos, James aparcó frente a un restaurante elegante sin dejar lo modesto, iluminado por bellos faroles que le daban un toque romántico, un bello edificio hecho de piedra en las que se tallaron diferentes figuras bellas, el interior era igual o más bello; pisos de mármol pulido con candelabros de cristal brillante y las mesas de caoba color chocolate que hacían juego con las sillas de piel color crema. James llevaba del brazo a su querida Hela, la guió hasta la recepción donde a la señorita que atendía les indicó donde estaba su mesa, justo en el jardín de aquel restaurante; repleto de flores de diferentes tipos, una pequeña fuente y algunas bancas para sentarte si decides hacer una caminata después de comer, Hela solo podía admirar la belleza de el lugar.

James solo admiraba cada gesto de su amada, como sus ojitos se iluminaban al ver todo lo que tenía preparado, tenía tantas ganas de besarla, se sentía desesperado y aun que le dijo que la esperaría, en ese mismo instante solo quería arrancarle ese lindo vestido y tomarla, que fuera solo de el, que todos supieran que Hela le pertenecía 
Pero no, lo único que hizo fue arrimar la silla para que Hela tomara asiento y beso tiernamente sus labios en el proceso, el se sentó frente a ella con una sonrisa espléndida.

Cenaron tranquilos, comida deliciosa, el un corte de carne y ella una pasta acompañaron ambos platillos con vino. Era un ambiente muy romántico como para romperlo hablándose, se decían todo con la mirada, con sonrisas coquetas y tocando las piernas del otro por debajo de la mesa  no con intenciones de ir más allá, simplemente jugando con el aura romántica que se respiraba y se sentía.

Hela se levanto de su asiento cuando vio que James termino su comida, el se sorprendió al ver lo que hacia ella tomo lugar en su regazo de perfil a el, Hela giró su cabeza y con algo de timidez beso los finos labios de el rubio. James sintió tantas cosas en su interior como si su corazón volviera a latir, el beso no era salvaje o con intenciones malas; era lento, sintiendo cada roce como algo preciado.

La castaña se separa poco a poco lo miró a los ojos, siguió rozando su fina nariz en el mentón del hombre y elevó su mano a la camisa blanca y acaricio El Fuerte torso sobre la tela suave, James sentía que moriría (de nuevo) era toda una belleza de mujer y entonces lo supo, estaba enamorado de aquella pequeña que al principio sin razón alguna odiaba a muerte, amaba cada parte de ella; como sonreía, como movía los labios al comer, como movía las caderas al caminar y amaba el latir de su corazón.

- James- llamó la voz dulce y temerosa de Hela a lo que el solo hizo un sonido de afirmación para que continuara- creo que te quiero- lo dijo como un susurro y James no pudo estar más que feliz

No dijo nada, sólo elevó el rostro de Hela y besó apasionadamente esos labios que lo traían loco, ahora sabían diferente; un sabor adictivo y dulce, como si de una manzana se tratara, el mismo color y el mismo sabor.

- Quiero más de ti Hela- susurro con voz ronca el rubio sobre el blanco cuello de Hela dejando un delicado beso en esa zona, sonrió al sentir como tembló ante el contacto

Hela no dijo nada, sólo lo miró a los ojos y acaricio el largo cabello rubio de James enredando las puntas en sus dedos, junto su frente con la de el rozando sus narices de forma tierna causando risas en ambos.

- Vamos a casa James - dijo con voz pausada, suave sin dejar de rozar sus narices

James no le contesto , se llevó una mano al bolsillo de la chaqueta y saco una caja pequeña de terciopelo negro y la puso frente a la cara de Hela, quien levanto una ceja extrañada y soltó una risita nerviosa.

- Que pretendes - dijo tomando la caja entre sus finas manos con un tono de voz que reflejaba algo de sorpresa

- No pretendo nada que no quieras -dijo en tono burlón - si quieres solo tómalo como un regalo de Navidad

Su voz era de un tono grueso que mando corrientes eléctricas por el cuerpo de Hela, también el hecho de que James no dejará de acariciar uno de sus muslos con delicadeza.

Salió de sus pensamientos para abrir la pequeña caja que aún tenía en sus manos, sus ojos se iluminaron al ver un anillo de color plata con una piedra rectangular adornándolo, la luz de las farolas hacia que bellos reflejos de colores emanarán de la piedra.

- James- susurro sorprendida y cubrió su boca como si eso evitará que las lágrimas que se acumulaban en sus ojos salieran

- Tómalo como una promesa cariño
Dijo James en tono tranquilo y cariñosos

Hela lo miró a los ojos y James se acercó más y susurro sobre sus labios.

- Como una promesa de que te protegeré de cualquier cosa, jamás
dejaré que algo o alguien te haga daño.

***
No, no morí (sé que no les interesa)

Por el momento no podré explicarles por qué no subí capítulo en tanto tiempo, ¿por qué? Por qué casi es la 1:00am

En fin, el próximo capítulo va a estar fuerte y lleno de calorcito humano.

Sin más que decir me despido
Besos
-Alexa

Loverman (Ángel) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora