Loverman (Ángel)

10

Esa noche la mente de hela no dio descanso, era irritante tanto pensamiento, ese beso se sintió tan real, no abandonaba su mente y el calor en las mejillas al recordar lo empeoraba, simplemente no pudo dormir más y salió de la habitación con dirección a la cocina para ver si algo de comer traía un poco de tranquilidad a su mente y corazón.

- ¿Tampoco puedes dormir?

Escucho en su oído haciéndola dar un brinco y golpear en el pecho a James quien simplemente río.

- No, no puedo dormir

Dijo en un suspiro, rindiéndose totalmente a ese cosquilleo que sentía al verlo.

- Iba por algo de comer,¿quieres?

Hela solo asintió a la propuesta de James y se sentaron en el comedor con unos sándwiches y coca cola , esa tensión se volvía a sentir, el que James estuviera solo en bóxers no ayudaba a Hela en controlarse y...bueno James tampoco podía dejar de mirar ese espléndido cuerpo escasamente cubierto, el nervio que sentía el rubio no podía explicarlo se sentía tan bien como si sus piernas y entre ellas se entumieran y dolieran de manera agradable.

- Por qué no puedes dormir James

Decidió hablar simplemente para distraerse y que su mente se calmara, tratando de entender el por qué de ese deseo de conocerle a profundidad.

- Estuve pensando muchas cosas. Y ¿tu?

Ambos se miraban fijamente, dudando en sus palabras y acciones, Hela trago el bocado que había tomado y tomo un poco de el refresco, para luego contestar.

- Igual estuve pensando- pauso y bajo la mirada, su voz se escucho tímida
El rubio se recargó en el respaldo, quería preguntar quién era aquel tipo que al parecer le traía muy malos recuerdos a esa hermosura de ojos grises.

- Seré sincero y concreto, no más secretos.

James suspiro cerrando los ojos, tratando de encontrar la mejor manera de ser lo más claro posible.

- ¿Quién es ese tipo Hela ? No trates de mentirme.

James tomo las manos de la castaña, mirando esos ojos plata que se volvían a cristalizar y lo único que reflejó fue Dolor...como si con solo la mirada le pidiera a gritos ayuda, esos mismos ojos que el causó tantos años.

- El...era una persona especial para mí

Soltó por fin para que una lagrima rodará por su mejilla, el de ojos azules sintió tanta rabia.

- Tu novio

Afirmó James apretando los labios en disgusto tomando por sorpresa a la chica, se sentía tan malditamente celoso, el tan solo pensar que ese tipo toco a Hela lo enfermaba de celos.

- Algo así- pauso soltando el firme agarre que James tenía en sus manos- el punto es que me dejo...me dejo descaradamente por una sexy pelirroja, y aún así el seguía hablándome, tratando de "arreglar las cosas" caí muchas veces...esta vez no quiero caer.

Hela levanto la vista y miró esos ojos que ahora sabía que la traían loca, levanto su mano y la puso en la mejilla de su acompañante haciendo que la viera, conectó sus ojos con los de él y en ese momento lo supo, amaba esos ojos claros como el océano, amaba ese cabello de sol y esa piel ligeramente tostada.

Sin quitar la mano de la mejilla de su acompañante se inclinó un poco en la mesa, no rompió el contacto visual mientras acercaba cada vez más su rostro al de James. Con un tono de voz susurrante continuo.

- No quiero caer por el simple hecho de que alguien está moviéndome el piso y me hace sentir cosas que no se explicar y que creo que suceden solo con el...solo con mirar sus ojos azules.

James se quedó en silencio, procesando toda la información y los sentimientos que caían sobre el, sintió algo extraño en su pecho y mando muy lejos el auto control. Tomo a Hela de las mejillas plantándole un beso en los labios, los movía con desesperación quería más contacto, deseaba sentirse querido.

Hizo la mesa a un lado y tomo a Hela por los muslos, haciendo que ella se enredará en el, besándose con desesperación y anhelo, tentando al otro con sus lenguas, tirando de sus labios, dándolo todo en ese exquisito beso.

- A mi habitación

Ordenó en un jadeo la pequeña, fue cargada hasta esta y colocada suavemente en el mullido colchón, sintiéndose tan bien por el roce de esa piel que en ese momento parecía arder.

James se colocó entre sus piernas, rosando con las puntas de sus dedos el abdomen de ella por debajo de la blusa, levantándola hasta sacarla y sonrió al ver el sujetador negro. Hela lo atrajo y soltaron una exclamación de gustó al sentir sus pieles.

En un momento de lucidez James logró pensar con lógica ¿tomarla ahora sería un error? No debía dejarse llevar por la pasión, eso le costó caro la anterior vez James se estremeció al sentir como una delicada mano acariciaba la curvatura de su espalda, cerró los ojos y suavemente se recostó sobre ella, su cabeza quedó justo en su pecho

- Eres el ser más hermoso que existe, no quiero arruinarlo así.

Suspiró, besando en el espacio entre sus pechos, lamiendo un poco y luchando internamente por qué la bestia no saliera y le hiciera el amor a ese delicado ser humano de la manera más bella y obscena.

- No quiero arruinar la pureza de tu ser, mancharla con alguien como yo sería el peor pecado.

Susurro con miedo el rubio, y para su sorpresa las delgadas manos de Hela acariciaban su cabeza y cabello, se sentía como si tratara de protegerlo, de consolar ese destrozado corazón.

- No me arruinarás, no importaría si tengo que bajar al mismo infierno para estar contigo. Lo haré aún si eso me condena a una tortura eterna.

Continuó sus caricias, enredando sus piernas en la cadera de James, pasando sus frías manos por la fuerte espalda con algunas pecas que se tomaría el tiempo de conocer más adelante.

- Creo que algo nos quiere juntos, por eso me hace sentir tantas cosas...te quiero solo para mí Hela.

James hablaba aún pegado al pecho de ella, acariciando su mejilla contra la piel tibia que lo tentaba. Hela suspiro y continuó acariciando a James, contra todo pronóstico la castaña respondió algo que James jamás olvidaría y que lo hizo sentir como si su corazón volviera a latir.

- Me tienes...solo para ti James, te entrego mi alma y corazón, destrozalo a tu gusto.
El rubio se puso a su altura, la miró por largos segundos, sentía como si estuviera naciendo de nuevo, como esos ojos grises le devolvía poco a poco el pulso.

Comprendió que ambos eran similares, tenían un corazón destrozado pero aún sin saberlo juntos podían unirlos pedazos y hacer una magnífica obra de arte con esos pequeños fragmentos.

James se inclinó un poco y volvió a besarla con delicadeza, ella lo tomo de las mejillas y profundizó el acto para después acomodarse mejor, estrechando sus cuerpos semi desnudos y quedar completamente dormidos, enredándose en esa pequeña cama con al menos una duda despejada.

***
Hola de nuevo.
No pude resistirme, la inspiración llego y esto salió.

Disfruten, gracias por sus comentarios
Besos
-Alexa-