Inmersa en sus sueños

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Jarrón IV

“Inmersa en sus sueños”

Loraine’s POV

Estoy cada vez más inmersa en mis sueños. Recuerdo noche tras noche a aquella persona. Visitándome por las noches, cuando era un poco más joven. Sus largos y castaños cabellos, sus rojizos ojos, envolvían mi ser poco a poco. Su perversa sonrisa podía tomarme;  sus manos, manipularme y sus labios, tocarme. Sentía cómo se obligaba a él mismo a no dañarme, a no morderme, por más que ambos lo deseáramos.

Vuelvo a la realidad. A veces anhelo reencontrarme con él, como era antes. Pero ya no más, todo está muerto.

Me preparo para otra insípida mañana en el castillo de mi amada Vermessen. Algún día, mis pecados  serán perdonados y todo será como debe ser. Bajo la escalinata para ver a la princesa, sin abandonar mis pensamientos. Ella se encuentra sentada en el suelo, con su ropa de cama.

-Princesa…¿Qué sucede?- Le digo confusa, aunque ésta escena no me sorprende tanto, por razón alguna….

-¡No hables en voz alta! Pueden oírnos…- Contesta Aeryn, realmente nerviosa.

Me acerco a ella y acaricio su cabeza. A lo que hemos llegado en tan poco tiempo.

-Dime, qué sucede de una vez. Calma.-

-Mi… mi padre…-

Inmediatamente supe que la princesa recibió el mensaje de los pétalos anoche. Buen trabajo, asesino.

Aeryn’s POV

Loraine sigue acariciando mi cabello mientras intenta comprenderme. Es realmente difícil entenderme, en un momento como éste, en el que todo mi cuerpo tiembla y se siente cómo mi voz se ahoga cada vez más, regresando las palabras que intento pronunciar nuevamente a mi garganta.

-Anoche, después de que todos los invitados al Baile abandonaron el castillo, recibí…un mensaje. Un inapropiado mensaje.- Reúno todas mis fuerzas para ser entendida y no caer otra vez en llanto.

-¿Inapropiado? ¿A qué nivel precisamente?.- Me dice Loraine, un tanto curiosa.

-A un nivel mórbido.

Loraine da un paso hacia atrás y se pierden los hilos de la conversación, los cuales intento unir nuevamente.

-El mensaje… llegó a mi cuarto de alguna manera, muy particular. Había sangre, Loraine, ¡SANGRE!- Mi Consejera permanece muda y yo prosigo a tejer los hilos de ésta charla.

-Me dijeron que el cadáver de mi padre no fue encontrado jamás.

Loraine se aleja más, y más. Por primera vez me siento abandonada por ella también. Realmente no tengo a nadie. Estoy tan aturdida que por un momento creo ver una sonrisa dibujarse en el rostro de Loraine, pero eso… sería imposible. Ella no me haría daño, ¿Verdad? Loraine se despide de mí, conservando la distancia, y se retira. Se va, borrando su propia figura entregada a la ausencia de luz en los pasillos.

Lentamente me levanté del suelo y me di cuenta de que todavía llevo mi ropa de cama. Si mi madre estuviera aquí diría que no tengo modales, y no estaría equivocada… Me siento frente a la cómoda en mi recámara y miro al espejo. Cepillo mi cabello con una mirada perdida, no sé en qué pensar a veces. ¿En quién debo confiar? Pero sobre todo…¿En quién no debo hacerlo?. La idea de tener que dejar atrás personas que quiero me espanta. La idea de que alguien en que yo confíe y me traicione me parece aterradora. ¿Quiénes son capaces de apuñalarme por la espalda? No me sorprende que quisiera hacerlo todo el Reino. Creo que me odian, al verme desprotegida y como toda una niña, han de pensar que ésta inexperta de la vida está en sus manos. Es cierto. No debo decepcionarlos, por más que comiencen a odiarme, tengo que manejar todo esto antes de que se nos de vuelta el juego a todos. ¿Qué pasaría si mi hermano intenta alguna locura? No me lo perdonaría, estando yo a un paso de la corona. No sé cuántos confían en mí, pero no los abandonaré jamás. En estos momentos, cualquier ápice de confianza y esperanza en alguna persona, es el más preciado tesoro para mí. Debo seguir adelante.

El jarrón de gusanosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora