LLanto de princesa

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                                                                              Jarrón VI

“Llanto de Princesa”

Aeryn’s POV

Mi corazón recibe un golpe bajo.

  Ya no puedo reconocer a quién creía mi hermano.

-Eustace- Digo con la voz apagada.- Sé que otras princesas han sido obligadas a casarse, pero…-

-Aeryn,  no hay “peros”. Tú no eres la única heredera,  debes escucharme a mí también.-

-¿El parlamento ha aprobado esta locura?- Digo alzando la voz.

-Lo hará. Manieriert es una tierra rica, podría salvar a Vermessen. Además, el Duque me ha confesado estar enamorado de ti.-

Mis ojos se abrían a medida que Eustace articulaba esas últimas palabras. ¿Será eso cierto? ¿Debería obedecerlo…? Yo… creo estar enamorada del príncipe Adrien. No puedo aceptar esto.  Me retiro de mi cuarto empujando a Eustace y dejo correr unas lágrimas. Mi hermano permanece quieto y en silencio. Tal vez no quiere que me case, ¡tal vez pueda convencer a todos para que no sea necesario hacer todo esto! Bajo la escalinata y encuentro a Loraine.

-¡DEMONIOS! ¡DEMONIOS! ¿FUE ESA RATA OTRA VEZ?- Grita la Consejera, levantándose del suelo con un libro junto a sus piernas.

-¿Qué diantres te sucede, Loraine? ¡Compórtate!- Le grito yo también para ponerle fin a su rabieta.

-Un impío ha robado páginas de mi diario. Esto no quedará impune. Sé quién las ha tomado…-

-Loraine- Inquiero, interrumpiéndola.- No interesa quién ha tomado tu diario, o parte de él. Habrá un casorio aquí. Asuntos más importantes. Estoy completamente en juego y tú generas todo éste escándalo por algo tan simple. ¡No puedo permitirlo! – Comienzo a enfadarme con mi Consejera.

-Mi Lady- Responde ella guardando calma.- Sé que esto no es de su incumbencia, pero yo también tengo mi vida, tanto dentro, como fuera del castillo. Usted me está hiriendo.-  La mirada de Loraine se torna pesada, irradiando ira.

-¿Vida? ¿Le dices vida a esto?- Señalo su viejo diario, despreciándolo. –Loraine, le dices “vida” a los malos hábitos que llevas, a las cosas que tramas a espaldas de todos y a quién sabe qué estés escribiendo en ese destrozado libro. Tal vez deba leer parte de “Tu vida” fuera del castillo para conocernos más. ¿No te parece justo?-

La consejera muestra una expresión desquiciada y se vuelve pálida al ver cómo la estoy tratando. Yo tampoco puedo creerlo. ¡Pues ya no más! La delicada Aeryn se ha roto. Se ha cansado de llorar. ¡Ahora lucharé por lo que yo quiera y por mi tierra!

-Tomaré tu Diario, Loraine.- Digo firmemente.

-¿Acaso desconfía de mí y cree necesario leer sobre mi pasado? Por favor, mi princesa, no lo haga…- Comienza a suplicar.

-Tu extraño comportamiento me hace tener que leer este diario. No hay opción, si quieres permanecer aquí.

-¡POR FAVOR, NO LO HAGA!-  Implora Loraine frente a todas las sirvientas, rebajándose.

Tomo el diario del suelo y cuando coloco mi mano sobre la esquina de la tapa para abrirlo, me llega una bofetada.

-Le dije que no lo hiciera.

Dejo caer el diario al suelo y siento las lágrimas de antes correr nuevamente. Como si el llanto resurgiera. Ahora me siento inútil, hasta para mandarle órdenes a una Consejera. Todas las sirvientas reaccionan con susto. Todo se volvió extraño desde el instante en que el príncipe se marchó. Ahora no puedo pensar siquiera en que jamás podré tenerlo. Mis sentimientos se resquebrajan y caen a lo más profundo junto con mis lágrimas. Me desespero y creo necesario salir del castillo.

El jarrón de gusanosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora