Día 19

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Sábado, 03 de junio de 2017

Día 19.

En todo el día no hablamos. Estoy aquí sola tomándome un café, escuchando la clase desde afuera. Con un poco de esperanza que él salga de clases a llenar su botella de agua, pero nada.

***

-¡Gaby!- expresa Liss casi sin aire en sus pulmones, por la sorpresa de verlo.

-¿Qué?- digo cuando vamos saliendo de clases.

-Ahí va. Sígalo.- me dice.

Yo un poco dudosa lo hago, al cruzar la puerta él ya va un poco lejos.

-¡Adiós!- expreso emocionada, por lo menos me despediré de él.

Aldair me mira y sonríe.

-¿Por dónde se ira?- me pregunta regresando.

-Me vendrán a traer.- le digo y nos justamos.

-Ah.-

Me da un abrazo de medio lado, y yo acaricio su espalda, en cambio la mano de él va bajando, me separo rápidamente y me sonríe ampliamente.

-¿Qué lleva ahí?- pregunta tomando el cuadro que llevo en mis manos.

-Es de mi amiga, la colochita, me pidió que se lo llevara porque no vino la persona que se lo compraría y como es de lejos, yo le hago el favor de llevárselo.- doy la gran explicación mientras él parece fascinado observando la pequeña obra de arte, producida por las manos de Angel.

-¿Ella lo hace?- pregunta tocando las flores en relieve.

-Si.- respondo y le explico todo el proceso que hace Angel para realizar sus pinturas.

-¿Cuándo volvemos a salir?- pregunta entregándome el cuadro.

-Cuando usted diga.- respondo mirándolo a los ojos, esos bellos ojos negros centellantes.

-¿Qué tal el viernes?- propone.

-Este viernes no.- indico.

Los exámenes finales los tenemos encima, él sofocado con exposiciones y yo con proyectos, exposiciones y exámenes. -Hasta la otra semana, ¿sí?- pregunto.

-Si.- responde encantado.

Se acerca un poco más y coloca su mano en mi cintura y me acaricia esa parte. Unas personas salen de una casa y nos quedamos en silencio hasta que ellos se retiran.

Aldair aprovecha y baja su mano a mi trasero. Le retiro la mano automáticamente y él me sonríe pícaramente. Esta situación me está poniendo más nerviosa de lo usual.

-¿A dónde iremos?- logro preguntar con la voz atascada en la garganta.

-A un lugar privado.- expresa Aldair.

-¿Precisamente a dónde?- cuestiono con el ceño fruncido.

-Un lugar donde tengamos intimidad.- indica y mis ojos se abren y creo que mi cabeza niega esa oración.

-¿Para qué?- pregunto como si no fuera aparente. Gaby, que inteligente. Aparece mi lado lógico.

Creo que estoy tratando de negar lo que no se puede.

-Para tener intimidad.- dice sonriendo, haciendo que esos bellos hoyuelos aparezcan y hagan el efecto correspondiente: derretirme completamente.

Me mira fijamente y muerdo mi labio ¿intimidad? O sea, relaciones sexuales, sexo coito-vaginal. ¡Imposible! Grita mi lado positivo y romántico.

-No puedo ir a un lugar así.- respondo.

Estoy completamente sorprendida. Alguien que ante todos es tan tímido, y que salga con eso tan pronto ¡Ay caramba!

-¿Por qué?- pregunta con esa linda voz y mirando su reloj con nerviosismo, parece que se le está haciendo tarde.

-Porque no. Además no somos nada.- digo casi temblando. Pero al decirle eso, la sonrisa que ha tenido permanentemente se hace más amplia y con sus ojos me indica que eso no le importa, si somos o no algo.

Él me encanta, pero no me acostaré con él, solo por eso.

Él quiere solo eso de mí. Eso veo.

-Venga.- Me dice atrayéndome hacia él y abrazándome, colocando sus manos en mi espalda y las mías quedando atrapadas con las de él.

El contacto es súper lindo, una sensación diferente a todas las que conozco. Estoy tentada a colocar mi cabeza en su pecho y así inhalar más su aroma que me enloquece.

Levanto mi rostro y miro esos ojos negros que están brillando. En este momento siento que se acercará y me besará, pero de repente, sus manos bajan, queriendo tocar lo que solo es mío, y lo cual nadie puede tocar sin mi permiso.

Sé que mi trasero puede servir de tentación, pero no es para que lo toquen cuando se les antoje.

-¡Espere Aldair!- expreso con las mejillas ardiéndome y alejándome de él como puedo, ya que me tenía atrapada con su cuerpo.

-Me tengo que ir.- señala mirando otra vez su reloj, está nervioso, pero no tanto como yo. -Ira el viernes, ¿verdad?- vuelve a peguntar.

-Eso creo, no sé.- me limito a decir. -Tengo que pedir permiso.- revelo.

-Bien. No cambie de decisión.- señala alejándose con una sonrisa.

Nos despedimos desde lejos con la mano, por más que quiera un abrazo no me acercare.

-No cambie de opinión. Quiero verla el viernes.- dice cuando ya está más lejos.

Me doy la vuelta y lo veo mirándome y sonriendo. Soy débil, muy débil ante él.

-Ya veremos.- respondo y desaparezco de su campo de visión.

Inhalo y exhalo profundamente, repetidas veces, para calmar el temblor que me ha dejado todo lo que paso. Mi cuerpo es un templo de neuronas y hormonas alborotadas por Aldair.

Creo que tengo mucho que pensar.

***

Liss me envió mensaje preguntando qué había pasado con Aldair. Pues después de contarle todo lo sucedido, me sugirió que dejara las cosas claras a Aldair.

Eso hice, envié un no muy corto mensaje:

“Hola. Por mensaje no es la forma de decir las cosas, pero siento que es mejor hacerlo en este momento.

Usted realmente me gusta, demasiado, y si quiero salir con usted, pero eso de “intimidad” siento que no encaja en este momento, una cosa es que me dé un abrazo o incluso que me bese, con eso no tengo problema. Pero que sus manos quieran tocar otra parte no es adecuado y es un poco incómodo.

Necesito que entienda que no quiero cosas forzadas y tampoco soy “chica fácil”. Preferiría que las cosas fueran con más calma, todo a su tiempo. Porque la verdad usted me gusta, y yo quiero algo estable y serio. No algo eventual y sin compromisos.

Se lo repito, usted me gusta, pero no haré cosas que no quiero. Si quiere podemos intentar algo más estable y sin forzar nada.”

Veremos que contesta. Solo espero que sea algo que me guste.

Solo espero.

Days in Love. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora