¡Corre, Melos! [Parte 2]

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El mal día continúa y los demás están en el estadio viendo los resultados de la carrera. Ya era tarde, mientras algunas chicas de la escuela estaban viendo los resultados, Hira también estaba apreciándolos, preguntó a las chicas:

— ¿Así que solo Nishio pasa a la semifinal?

—Sí. Nishio-Senpai hizo su mejor marca. —Dijo una de ellas algo alegre.

— ¿Sí? —Hira estaba algo decepcionado.

En eso, Hira se va a donde está Akane. Está descalza, sentada entre las gradas y su mirada la tenía en el suelo. Hira empieza a platicar con Akane para ver cómo están las cosas:

—Mizuno. ¿Qué pasó en la carrera? No estabas centrada, ¿no? —Mientras Hira hablaba, Akane no tenía ganas de mirarlo. Sabía que tarde o temprano se iba a enojar o algo así. —Creí que llegarías a la siguiente fase. Corriste peor que el año pasado. Vamos, Mizuno. —Lo último que Hira dijo hizo que Akane se sintiera mal. Ella empezó a sollozar y se intentaba a secar algunas lágrimas. Hira no sabía que decir, no quería que Akane empiece a llorar, así que trataba de calmarla. —Puedes hacerlo mejor. Me gusta verte. Parece que disfrutas cuando corres.

Luego de lo que dijo Hira, hubo un silencio entre los dos. Akane estaba triste, por fallarle al club.

Esa misma tarde, Kotarou ya se iba en otro tren para volver a casa. Aún no deja de pensar en los comentarios del editor. Él trae una bolsa con varias novelas ligeras y no sabe qué hacer con ellas. Una vez llegado a su destino, saluda a los que están presente en la casa. Como nadie en la casa respondía, se dirigió a su habitación. Pero cuando subía a las escaleras, su madre vino y lo detuvo:

—Kotarou. —Su mamá estaba muy molesta, y al parecer le va a regañar. —Papá me contó lo que pasó. ¿Un editor te llamó?

Kotarou se sorprendió al escuchar eso de su mamá. Quién lo diría, su padre si tiene un buen oído.

—No seas así. —Intervino el padre. —Como te dije, quiero escuchar lo que él tiene que decir.

—Por eso es tan despreocupado. —La madre seguía hablando molesta. —El festival es una cosa, pero no saldrá nada bueno de escribir.

—Para. —El padre ya escuchó todo lo que su madre tenía que decir.

Pero Kotarou no tiene la culpa. Su sueño es convertirse en un novelista literario. Su madre debería apoyarlo. Su padre al menos lo apoya, pero también, a los dos les preocupan mucho las notas de la escuela del chico.

Horas después, Akane vino a su casa y estaban cenando. Ella no tenía tanto apetito por lo ocurrido hoy día, pero sus padres trataban de animarla.

—Quedan muchas carreras. ¿Verdad? —Preguntaba la madre.

—Sí. —Respondía el padre sin perder las esperanzas de Akane.

Ayane se da cuenta de que Akane no se encuentra bien. Sigue decaída y deprimida, y come pero lento, aún no termina su comida. Después de la cena, a las dos les toca el turno de lavar los platos. Cuando Akane estaba lavando los platos aún seguía decaída. Se va a su habitación con la mirada abajo. Ayane y su madre se dan cuentan de lo que le pasa a Akane.

—Me voy a mi habitación. —Dice Ayane hacía su mamá.

—Es toda tuya. —Dijo su mamá.

Akane estaba en su habitación, está echada en su cama mirando a su lado derecho con los ojos abiertos. Estaba fatal, no tenía ganas de hacer otra cosa. Ayane ya llegó a su habitación, empezó a limpiarse la cara como siempre.

—Esto apesta. —Dice Akane con un nudo en la garganta. —Mi marca fue horrible.

— ¿Por tu relación? —Dijo Ayane. En eso, Akane se sorprende. —Sabes cómo es... Si intentas centrarte en muchas cosas, lo pierdes todo.

—No. No pude centrarme en la carrera. —Akane parece estar algo más tranquila. —En realidad, mi mejor amiga... Me dijo que le gusta mi novio. —Ayane se sorprende al escuchar eso que casi suelta un grito por la habitación. — ¿Qué hago?

—No, no, no. Tienes que apartarla.

—Ni hablar.

— ¿Por qué?

—Porque mis amigas me importan. —De pronto Akane cambia rápido de emoción a algo triste o solitario.

—No lo entiendo. ¿Segura que puede seguir siendo tú amiga?

Akane mira desde ese lado y se preocupaba por ello. Pero es su amiga. Ella se pondrá triste si su relación de amistad con Chinatsu acabara por un chico tierno.

Mientras tanto en la habitación de Kotarou, este sigue deprimido, mirando al techo y con todo lo que le dijo el editor. Aun así las novelas ligeras, no las desechó. Más bien, están en su mismo bolso en el piso y cosa que Kotarou aún no los ve. Kotarou no tenía ganas de nada. Pero sabía que la única persona que la puede despejar de esos problemas, sería nada más y nada menos que Akane.

Kotarou revisa su celular y abre su LINE. Él quería enviar un mensaje a Akane, pero no tenía el valor para hacerlo. Y también viceversa. Akane no tenía el valor para hablar con Kotarou por medio de LINE. Pero luego de esa decisión, Kotarou le manda un mensaje a Akane.

Kotarou: Ya quiero verte.

Akane estaba decidida, segura y dejando atrás lo malo del día.

Akane: Yo también.

Al día siguiente en la escuela, Akane y Kotarou estaban los dos solos en la librería después de clases. Y como la vez anterior, los dos se pusieron en el mismo banquito y al principio no se hablaron mucho y menos se miraban. Akane le estaba explicando lo que le pasó ayer en la carrera.

—No lo conseguí. —Dice Akane. — ¿Y tú?

—Yo tampoco. —Dice Kotarou negando con su cabeza.

—Entiendo. —Hubo otro silencio pequeño. —Quiero centrarme en correr.

—Eso haces.

—Más... Lo haré más. Lo amo. Lo haré enserio.

Kotarou ve la reacción positiva de Akane y cuanto ella quiere esforzarse más.

—Yo también. Iré más lejos. —Dice Kotarou también seguro y con ganas de esforzarse aún mejor.-Lo prometimos. —Ahora él hace señal de la promesa.

—Sí. —Akane y Kotarou sonríen y están felices de que ya lo de ayer ya no les afecta tanto, y ni les interesa.

Ya en la tarde, Kotarou estaba escribiendo una historia diferente de lo normal. Esa misma tarde, Akane se encontró con Chinatsu para hablarse cara a cara.

—Quería hablar contigo. —Akane toma la palabra.

—Sí.

—Siento no haberte dicho que salíamos.

—Siento que me gustara. ¿Estás enojada, Akane? —Chinatsu preguntó preocupándose.

—No.

—Qué alivio.

—La verdad es que no sé qué hacer.

—Sí.

—Pero somos amigas.

—Gracias, Akane. —Chinatsu procede a agarra la mano de Akane. Todo normal. Hasta qué... — ¿Puedo decírselo?

— ¿Eh?

—Quiero pasar página.

Tsuki Ga Kirei (La Luna es Hermosa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora