VIVIENDO CON MIS "PRIMOS"

Capítulo 9

POV Sebastian

Al abrir los ojos lo primero que sentí fue ardor en mi cara. Estaba en mi cama solo y desnudo, con un dolor de cabeza palpitante que amenazaba con partir mi craneo en dos. Me senté como pude y entonces varios flashes de lo sucedido anoche llegaron a mi. La fiesta, los tragos, el idiota de Fabián metiéndose en líos como siempre y... ¿Camila?, mierda, ¿que coño hice?

Me levante lo más rápido que pude a pesar de las protestas de mis músculos y mi cabeza a punto de explotar por la resaca, me puse un pantalón que estaba tirado en el piso y salí a buscarla.

Primero me paré frente a su puerta y toqué y llamé varias veces pero nadie respondió y el seguro estaba echado. Bajé a ver si estaba en otra parte de la casa pero no había rastros de ella en ningún lado. Pensé en buscar las llaves de repuesto que estaban en el estudio pero descarte la idea porque era demasiado invadir su privacidad así.

Subí las escales y toqué de nuevo, nada. Me senté con la espalda pegada a su puerta y eché la cabeza hacia atrás cerrando los ojos y tratando de buscar una explicación para su huida. No tenía certeza de que estuviera ahí escondiéndose de mi o si había salido.

Al poco rato oí la puerta principal abrirse y me levanté pensando que podría ser ella. Había llegado al borde de la escalera cuando vi a Sergio.

- Hey, eres tú.- soné decepcionado.

- Claro que soy yo, ¿a quién esperabas encontrarte?- no respondí eso en lugar quise saber.

- ¿Has visto a Camila?,- él fruncio el entrecejo y me observo un rato como pensando antes de responder.

- Fue por ti.- dijo y yo no entendí a que se refería.

- ¿Fue por mi qué?, ¿de qué hablas?- mi tono sonó medio a la defensiva.

- La vi esta mañana, iba llorando, con su bolso en el hombro y a punto de salir- sentí un peso caer a mi estómago.- No me quiso decir que pasaba, solo que se tenía que ir por unos días, que necesitaba alejarse y pensar. Intenté hablar con ella y hacerla desistir pero empezó a llorar con más fuerzas y al ver que no iba a lograr nada me ofrecí llevarla hasta la estación. Su comportamiento no tenía sentido hasta que te vi.

Mi corazón se encogía un poco más con cada cosa que él decía y la rabia que inundó mi cuerpo me hizo levantar el puño y estamparlo contra la pared deseando que fuera mi cara. La había cagado realmente.

- ¿Que le hiciste?- la voz de Sergio se escuchaba demandante.

- Yo... No quise que las cosas fueran así, sé que debe estar pensando que la usé. Sabes que no es así, sabes que no quiero lastimarla, sabes que la amo- solté casi en un susurro.

- Tu forma de amar apesta- escupió.- A los 11 podía entenderlo eras un mocoso que intentaba llamar la atención de la niña que lo tenía embobado de malas maneras, pero tienes 21, ¡Idiota! Tus estúpidos celos te delataban. No sé como no lo notó, eres tan obvio. El día que los conseguí en la sala te lo advertí, te dije que debías decirle, te dije que ya era hora de madurar y enfrentar eso y te quedaste callado. Esperaste a que ella tuviera una relación para terminar con Nina e igual la seguías con tu cara de perro haciéndole desaires.- Yo no decía nada porque sabía que tenía razón.

- ¿Al menos le confesaste todo?, ¿hablaron?- mascullo.- No entiendo porque se fue así.

- No tuve tiempo, yo, estaba borracho. Ella me ayudó, me llevó hasta mi cuarto y yo no pude razonar, ella... Soy un completo imbécil, lo sé.- suspire derrotado

- Claro, no tuviste tiempo de hablar pero si de acostarte que con ella,- me gruñó.- Que lógico. No sé como harás- exclamo señalandome-, pero vas a arreglar las cosas con ella, así tengas que arrodillarte y pedir perdón. Ella no merece eso Sebastian, ella no.- y diciendo eso pasó a mi lado y entró a su habitación.