1- El puberto

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3 de Junio, 2014

Les seré sincera sobre las relaciones, en mi opinión, al principio es muy lindo y todo color de rosas; pero luego se vuelve monótono, aburre. Y, al comenzar a aburrir, vienen los engaños y las despedidas. En mi vida he tenido tres parejas.

Pendejo #1: Su nombre era John, o bueno es porque aún no ha muerto (Que lamentable). Lo conocí cuando tenía 16 años, el al principio fue dulce y "paciente" en cuanto se trata de virginidad; luego, comenzó a pensar con su órgano genital externo (como siempre termina pasando) y terminó conmigo por ser "pendeja". En ese entonces no había sido pendeja, me volví pendeja cuando dure llorando como por 2 meses. Yo recordando esos momentos me doy pena, luego pude entender que el no me quería y que solo quería quitarme mis juguetes.

Pendejazo #2: Este cara de... seré moderada. Lo conocí recién cumplidos mis 18... no mentira, fue tres meses antes de cumplir 18... Bueno, no se, y ¿a quien le interesa? Sigo, al principio todo fue muy lindo y todo (como siempre), perdí mis juguetes con el; me había fascinado como el me trataba, pero, así como esa emoción se elevó al máximo con el a mi lado, así mismo bajo en picada. Resulta, que ese imbécil estaba hostigando a mi hermana menor. Eso sí que cuando me enteré, le di este toma que lleva que tuvieron que llevarlo al hospital (nada grave, solo la nariz rota y un ojo hinchado... más un hombro torcido por la pisada que le di), se lo merecía. Ahora tiene una orden de alejamiento desde hace como 5 años.

Y, por ultimo, mi tercer y actual novio, Paul; lo conocí en la universidad, y llevamos 1 año y dos meses de novios. Hasta ahora ha sido muy bueno conmigo y toda la cosa.

Hablando del rey de Roma, veo su vehículo fuera del local de las clases de salsa. Camino a paso apresurado hacia el. Abro la puerta del copiloto y subo.

- Hola, cariño.- dice viéndome con una sonrisa, para luego acercarse y darme un beso. Coloco mi bolso detrás de mi asiento, en el piso.

- Hola, ¿Como te ha ido hoy? ¿Fuiste a llevar a Bonnie a la veterinaria?- lo examino. Lleva puesto unos jeans oscuros con una camisa blanca que le queda un poco apretada, mientras esta está remangada hasta los codos, y una corbata azul con rayas diagonales de color blanco. El cuello de su camisa está algo alborotado y procedo a arreglarlo.

- Me ha ido bien, y no, no tuve tiempo.- bufo ante su respuesta, nunca tiene tiempo. Siempre pone la excusa de "no puedo dejar mi trabajo de lado para llevar a ese perro engreído a la veterinaria". Miro por la ventanilla para no exaltarme -. Kotoko, sabes que no puedo dejar mi trabajo solo para hacer eso y además...

- Olvídalo, Paul. Yo lo llevaré señor "Tengo cosas más importantes que atender a un perro al que ni siquiera quería"- lo corto.

- Y de nuevo té enojas conmigo.- bufa -. Mujeres.

- Mujeres mis... - me callo para no comenzar a soltar palabras ofensivas.

- Cambiando de tema, el viernes tendré que ir a Medellín, volveré el domingo o el lunes.- asiento mientras veo el semáforo en rojo, lo que causa que el pare el coche -. ¿No me preguntaras para que iré? - dirijo mis ojos hacia el, quien me mira ceñudo.

- ¿Por que te tendría que preguntar o que?- murmuro confusa.

- A veces, no te entiendo para nada Kotoko. Pareciera que no te importo ni un poco y estás conmigo por pena, o porque no quieres estar sola.- se cruza de brazos.

- Eres un idiota. Primero, si no me importaras ni un poco no estuviera contigo. Segundo, mi vida sería miserable si estuviera con alguien sólo por pena. Tercero, a mi no me importaría estar sola, nací sola y he llevado unas cuantas decepciones que me han hecho más fuerte. Soy una mujer independiente y me mantengo yo sola. Así que, Paul Morales Grullón ¿tienes otra duda que deba aclarar?

Al estilo ¡Kotoko! © (#1-Sueños Logrados)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora