Capítulo 12

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Tal como había supuesto, la noche estaba por terminar de la peor manera posible. Luego de nuestro desafortunado encuentro, Liz se marchó rápidamente después de decirme que jamás volvería a hablarme.

Me sentía tan horrible. Todo parecía irreal, jamás me había encontrado en una situación semejante, y de más estaba decir que Liz y yo nunca habíamos peleado por algo así.

Todo giraba a mi alrededor. La música, la gente, el calor. Era demasiado. Sin pensarlo dos veces, me dirigí hacia la barra y pedí un vodka con speed. Lo terminé a los pocos minutos, mientras la sensación de culpa iba desapareciendo de a poco. Después pedí otro y lo bebí tan rápido que me ardió la garganta, pero no era suficiente. Terminé pidiendo un chupito de tequila, luego otro, y luego otro más. Como si ahogarme en mi pena no fuese suficiente, estaba dispuesta a embriagarme hasta olvidar todo lo ocurrido.

Caminé algo tambaleante hasta la pista y comencé a bailar. Estaba tan desinhibida que nada me importaba. La luz blanca parpadeante lograba cegarme por momentos y sólo incrementaba mis ganas de olvidarme de todo.

Luego de unos minutos perdí el equilibro. Agradecí internamente a aquellas manos que me habían sostenido, pero luego sentí cómo me tomaban por los extremos de mi vestido y comenzaban a tironearlo. Sorprendida, intenté alejarme, pero me seguían sosteniendo con fuerza. Me desesperé y alcancé a ver el rostro del agresor, lucía tan drogado que me asusté y comencé a forcejear con él, tratando que me soltara.

Antes de que pudiera pedir auxilio vi a Luke de pie a nuestro lado. Lo miré y pude notar la expresión de su rostro. Estaba furioso. En su mano izquierda llevaba su chaqueta y, en menos de un segundo, vi cómo levantaba su puño libre en el aire para luego golpear a aquel chico en la cara con fuerza. Éste terminó en el suelo y su nariz comenzó a sangrar al instante.

-Tenemos que salir de aquí –me dijo sin vacilar, mientras me abrazaba firmemente por la cintura.

Nos dirigimos hacia la salida lo más rápido que pudimos, ya que la gente de la pista se había dispersado luego del accidente. Con cuidado de no toparnos con el personal de seguridad, nos abrimos camino entre la multitud hasta que pudimos llegar a la puerta.

Ya fuera del lugar, Luke aún no me soltaba. Me dio la vuelta para que quedáramos frente a frente y tomó mis manos entre las suyas.

-¿Te encuentras bien? –preguntó ansioso mientras recorría mi cuerpo con su mirada. – ¿O acaso ese idiota llegó a lastimarte? 

Lo miré a los ojos. Lucía preocupado y eso provocó que me sintiera horrible. Era mi culpa, esto que estaba ocurriendo ahora y también todo lo que había pasado desde que habíamos entrado al club. No pude evitarlo y rompí en llanto, no sin antes cubrirme el rostro con ambas manos.

-Calma, no llores –me dijo mientras me estrechaba contra su cuerpo. –Te prometo que jamás dejaré que ese imbécil ponga sus manos sobre ti otra vez.

Mi corazón se derritió ante su comentario. La calidez de su pecho me envolvía, podía sentir sus latidos junto a mi cabeza. Su corazón corría, y yo sentía que no quería soltarlo jamás. Pero esto no estaba bien, no estaba bien que haya golpeado a ese muchacho para defenderme a mí.

-No es eso, Luke –exclamé deshaciéndome gentilmente de su abrazo. – ¿No te das cuenta que todo esto está mal? Soy una completa estúpida, arruiné todo –continué mientras las lágrimas brotaban de mis ojos. –Liz me odia y tiene razón al hacerlo, soy una pésima amiga. No puedo creer que me embriagué e hice que golpearas a alguien, me siento tan patética… –suspiré al mismo tiempo que trataba de controlar la angustia que crecía dentro de mí. –Para colmo mis pies me están matando y apesto como a una licorería…

Made for each other (Luke Hemmings)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora