Capitulo III: Unión

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Capitulo III

Unión


Conciliar el sueño fue más sencillo luego de regresar al punto de partida, donde uno de los guardias lo guio hasta, por órdenes del duque de Krest, a la habitación donde descansaría aquella noche. Milo imaginó que su actuación en la fiesta de compromiso, había mermado las ganas de Degel por confrontarse a él. Supuso una victoria sobre este, aunque en parte estaba decepcionado por no continuar con aquel intercambio de palabras, en lo que parecía una guerra fría. Tras observar la habitación, en la cual estaban sus pertenencias, concluyó que innegable que esta era mejor que aquella que tenía en Antaria, a pesar de extrañar la vista a la playa, en la cual gustaba de bañarse por las mañanas. Sin demoras, se echó en la cama, tras despojarse de sus zapatos y desprenderse de las prendas más incomodas, se sumergió en un profundo letargo. No hubo recuerdos entre sus sueños aquella noche.

Antes de llegar el alba, la puerta del cuarto se abrió, y cuando Milo giró su cuerpo para cambiarse de posición, abrió sus ojos y divisó a un joven rubio, de cabellos que caían un poco más debajo de sus hombros, que no despegaba su mirada de los celestes del llegado de Antaria.

– ¿Qué carajos? –Milo exclamó aterrado por la visión tan fría en inmutable que tenía ante él.

–No se asuste. Mi nombre es Hyoga, General de la Orden Del Cisne de Diamante –Se inclinó levemente y con brevedad –Me han encargado que lo acompañe y guie en sus rituales previos a la ceremonia de matrimonio –Sentenció el chico, quien se veía más joven que el príncipe de Antaria–En breve traerán el desayuno para usted. En cuanto termine sus alimentos, sírvase de vestirse por favor. Antes de la boda debe realizar el baño de purificación. Ya está todo preparado para llevarlo a cabo.

– ¿Entonces la inmaculada casa de Aurore me considera impuro para su Príncipe? Es un descaro de su parte –Retó Milo, un tanto ofuscado por la idea de tener que pasar por rituales absurdos a fin de satisfacer los deseos de personas que a su parecer, eran muy estiradas para el gusto de cualquiera.

–Le aseguro que su Majestad, el Príncipe Camus, llevará a cabo los mismos rituales a los que usted se debe someter –Hyoga no midió sus últimas palabras, las cuales no hicieron gracia en el heredero de Antaria, cuyo orgullo comenzaba a verse afectado por esos "deberes" a los que se veía obligado.

–No compares tu trabajo con mis responsabilidades, mocoso –Sentenció irritado, para levantarse – ¿Dónde está ese lugar? –Exigió saber a un ya incómodo joven, quien sin mediar palabras, abrió la puerta de la habitación, a fin de esperar al Principe de Antaria en las afueras, y así evitar conflictos innecesarios. A lo que Milo se demoró mas de lo que cualquiera pudiese pensar, con intenciones de poner a prueba la paciencia de aquellos que se relacionaban con los mandatos de un acuerdo de compromiso y matrimonio que el no deseaba. Finalmente, salió del recinto, aunque Hyoga no respondió nada por su tardanza de dos horas. Con ello, marcharon enseguida.

No era grande el recorrido de ambos, pero los pasillos eran largos y si no se tenía cuidado, con facilidad un sirviente descuidado podía perderse. Llegaron a una nueva habitación, más grande que aquella en la cual descansó el llegado de Antaria. Cuando el chico abrió la puerta haciendo uso de una llave que tenía bajo su poder, Milo ingresó, tan solo para encontrarse una estancia cuya exquisita decoración solo podía compararse a la de los altares de AltoDestino, con brillantes pisos de porcelana verde, que emulaban el verdor del jade, utilizado para purificar y revertir las energías negativas. Una gran bañera en el centro atrajo su atención. De lado a lado, dos estatuas de doncellas sosteniendo una vasija eran las encargadas de dejar caer el agua cristalina a través de estas. Milo sintió algo de curiosidad al tratar de deducir el origen de las luces que provenían del fondo de la amplia bañera. Según explicó Hyoga, era energía luminosa cuya magia era conservada en gemas creadas especialmente para tal propósito. El príncipe de Antaria miró de reojo al más joven, esperando a que este se retirara y así comenzar con el baño de purificación.

*Cancelada* [Saint Seiya] Est Immanens [Camus x Milo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora