Gravedad.

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El frío en sus pies no eran nada comparados con los de su alma en ese momento.

El viento acariciaba suavemente cada célula de su rostro, cada fibra de su cabello.

La vista, nublosa, solo dejaba ver luces de apartamentos y calles en un vacío finito.

Sus manos no temblaban pero no estaban quietas del todo y su rostro ya había humedecido de tantas lágrimas derramadas.

Simplemente no podía más.

- ¿Dónde está?

- Dijo que iría al baño Damon, calmate- respondió Alex bastante relajado con una joven a su lado.

Su corazón le decía lo contrario. Había una extraña sensación en él que no lo dejaba en paz.

- Dave, ¡Ey Dave!- lo agarró por el brazo cuando este se dirigía a tomar algo.

- ¿Pasa algo?

- Graham, ¿lo has visto?- sus ojos suplicaban respuesta.

Dave negó con su cabeza.

Damon dejó el salón donde estaban todos reunidos y salió a fumar para relajarse un poco.

Tembloroso encendió su cigarrillo y soltó el humo que se mezclaba con el vapor de la humedad de la ciudad londinense.

Justo entonces dos jóvenes pasaban montando skates cuando uno de ellos tropezó y comenzó a reír mientras que el otro se detuvo para ayudar a levantarlo.

- ¿Qué carajos es eso?- preguntó uno de ellos señalando una de las ventanas del edificio Soho en el que anteriormente estaba Damon.

El rubio ignoró las palabras de estos chicos y siguió fumando pero unas palabras detuvieron su respiración por unos segundos.

- Es, es... una perso... ¡Jesús!- exclamó el joven que había caído.

Damon se negaba a aceptar que era quién creía. No quería siquiera alzar su mirada y ver lo que siempre había temido pero su curiosidad fue más grande que su miedo.

Su cigarrillo cayó lentamente al suelo mientras sus piernas temblaban y sus ojos se dilataban ante su peor pesadilla.

- ¡Tenemos que llamar a la policía!

- Ustedes- los señaló Damon con furia y miedo- no van a llamar a nadie, ¡largo de aquí!

Y dicho esto corrió hacia el ascensor pero este demoró demasiado. No podía esperar.

Subió los seis pisos por las escaleras y casi sin aliento trató de recordar la habitación lo que lo llevó a crear su propio mapa mental del lugar.

"Si la habitación da a la calle debe ser alguna de las puertas de la izquierda", pensaba mientras con desespero abría cada una sin importar si hubiera alguien o no.

Solo quería detener lo que estaba apunto de suceder.

Solo quería salvar la razón de su vivir.

FLASHBACK

- Es que lo escucho y no lo creo- decía el manager emocionado frente a todo el grupo.

- Daría lo que fuera por ver la cara de los Gallagher en este momento- bromeó Alex y todos rieron.

Todos menos Graham quien estaba de pie al lado de la ventana mientras hacía oídos sordos a todo a su alrededor. Sobretodo a Damon y a Justine.

My Terracotta Heart.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora