Essex.

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4°. Un clima poco alentador para querer levantarse e ir a estudiar. Así eran las mañanas en Colchester, un pequeño condado de Reino Unido.

Cuando eres nuevo en la escuela todo te aterra. Hasta el más mínimo paso que das, cualquier mirada se vuelve fulminante y las palabras pesadas. Así era justo como se sentía aquel pequeño de 11 años de nombre Graham. Graham Leslie Coxon. Había nacido en Alemania pero junto con su familia se fue a vivir a una muy temprana edad a Inglaterra. Ya manejaba bien el inglés así que no tenía problema para relacionarse pero aún así no lo hacía y por una simple razón: Si se pudiera personificar la timidez en alguien, él encajaría perfectamente.
Le costaba socializar y poco a poco se fue acostumbrando a su soledad hasta tal punto en que ya no le importaba, es más, le agradaba no tener gente alrededor.
Lo que él no sabía es que siempre puede llegar alguien a cambiar tu manera de pensar y ver las cosas.

12 años, ojos azules, cabello rubio, cara angelical, extrovertido, sociable, coqueto o en pocas palabras, Damon Albarn. De origen completamente inglés esté joven sí que sabía como llamar la atención. Sus compañeros le hacían bullying porque prefería estar en teatro que en algún deporte, como los "verdaderos" hombres, pero él no le daba mayor importancia.

Años 80's, Instituto Stanway. Terminaba la moda del 2tone y con ello nacía un movimiento llamado "Mod". Ahora todos querían vestir los famosos zapatos de cuero mostrando sus medias. Graham era de esas pocas personas a las que la moda no le afectaba, simplemente se vestía con lo que él se sintiera bien y eso era todo. Damon, por el contrario, ya vestía esos zapatos.

"Que difícil es dirigirle la palabra a alguien cuando ves que todos ya tienen alguien con quien hablar", se decía a si mismo Graham.

- Bien jóvenes vamos al auditorio. Recuerden que hoy los del grupo de teatro van a hacernos una presentación de, amm, bueno no logro recordar en el momento, pero vamos y en orden por favor- fueron las palabras de la profesora de Literatura del grado de Graham las que hicieron que despertara de sus pensamientos.

Ya estando en el auditorio es donde por primera vez él vió al que en un futuro no muy lejano sería su sombra fiel.

Sentado en la segunda fila junto con otras personas, Graham y el resto de público veían como empezaba la función. El musical de West Side Story comenzaba.

Graham mordía sus uñas y miraba al techo como demostrando poco interés en la obra. Le aburrían esas cosas.
De repente, algo lo sacudió bruscamente por dentro.

"¡Qué buena voz!", dijo en su mente, maravillado, el menor al ver por primera a vez a Damon quién estaba interpretando Gee, officer krupker. No podía dejar de verlo. Era simplemente asombroso ver la seguridad con la que se manejaba en el escenario y lo bien que le salía actuar.

- Bueno, al parecer Damon no pierde el tiempo en teatro- dijo alguien detrás de Graham mientras otras personas reían suavemente.

- Damon- se susurró a si mismo sin dejar de verlo por un segundo.

Semanas después de aquella presentación Graham salía del salón de música donde aprendía a tocar saxofón. Aunque su fuerte era la guitarra, el dulce sonido de aquel instrumento lo había llevado a querer aprender interpretarlo.
Se sentó un momento en el suelo mientras acomodaba algunas cosas en su maleta cuando vio que alguien se había parado frente a él.
Graham miró unos zapatos de cuero blanco y de a poco comenzó a subir su mirada lo que le iba dando forma a una gabardina negra y finalmente encontrandose con el rostro de Damon. No pudo evitar hacer un gesto de rareza al verlo. ¿Qué hacía Damon delante de él?

- ¿Hola?- dijo Graham tímido para romper la tensión que le generaba verlo ahí de pie sin saber la razón.
- Tus zapatos.
Graham movió sus pies y acercó sus rodillas al pecho para poder ver mejor sus converses rojos.

- ¿Tienen algo?-, le preguntó el menor de gafas.
Damon se agachó y lo miró fijamente.

- Amigo, son los 80's, ¿en que mundo vives?
- Disculpa pero no sé a que te estás refiriendo.
Sonriendo y levantándose rápidamente miro a Graham, luego sus zapatos de cuero blanco y volvió a verlo.

- Tus zapatos no son tan buenos como los míos-. Graham levantó una ceja como dándole a entender que seguía sin entender nada, - los míos son auténticos-.

Tomando su maleta se levantó rápidamente del suelo.
- ¿Eso es todo? Ni siquiera te conozco y tú...
- Damon- lo interrumpió el rubio, - Damon Albarn-.
- Bueno Damon, ¿y qué quieres? ¿un aplauso?-. Le dijo Graham algo molesto y se fue.

Damon se quedó ahí observándolo mientras se alejaba por los pasillos y luego volvió su mirada a la placa del salón que decía "salón de música". Tenía que averiguar si era cierto lo que había escuchado sobre aquel tímido chico pálido, pero ya no sería hoy. Ya había sido suficiente contacto por un día.

My Terracotta Heart.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora