Capítulo 3 | Toda la pintura del mundo

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Camila levanta la vista, curiosa. Hacía muchísimo tiempo que no veía a Beth. Error. Sí la veía, correteando por los pasillos en compañía de sus amigos. Sin embargo no habían vuelto a intercambiar palabra desde aquel proyecto de la clase de ciencias que debían entregar.

—Hola, Elizabeth. —responde Camila, haciendo una diminuta sonrisa de boca cerrada. Beth juega, incomoda, con su liga para el cabello y asiente. El sonido de las hojas que van de un lado a otro para ser añadidas al periódico del mes de septiembre la inunda, y también el característico olor a café con pan que tiene la sala de redacción. El flequillo de Camila ahora es más largo, y hacer parecer que no tiene cejas.

Beth le entrega la carta, dubitativa, y espera con impaciencia a que Camila la lea. ¿Por qué tarda tanto? No deben ser más de veinte palabras.

— ¿Sigues sin abrochar tus agujetas, Beth? Qué costumbre. —agrega camila, finalizando con una media sonrisa—. Es interesante. Usa curvas definidas en las letras y reemplaza algunos puntos en las letras íes por pequeños corazones. Como si intentara imitar la letra de alguien más. —dice Camila para sí misma, pensativa—. Además, es una carta muy limpia. No hay manchones de tinta en la hoja. Tampoco remarca mucho las letras. Aunque sean finas, parece que no necesita una segunda pasada para que le gusten, jaja. —Camila ríe y levanta la vista. Pero Beth está perdidamente enamorada de esa dona cubierta de chocolate que yace sobre la mesa de aperitivos. Camila hace una pequeña mueca y sigue analizando la carta.

— No es de Megan. Definitivamente no. —agrega, señalando la carta—. Lo sé porque hace unas semanas entregó una carta al equipo para pedir que los ganadores del torneo de ajedrez tuvieran un artículo en el periódico.

— ¿Torneo de ajedrez? —pregunta Beth, confundida.

—Sí. Tenemos un equipo de ajedrez en el instituto. Es increíble, ¿no? Ni siquiera yo lo sabía. Han ganado muchísimos trofeos y...

— ¿Por qué a Megan le interesa que mencionen a los chicos en al menos un artículo? —interrumpe Beth con brusquedad.

— ¿No es obvio? —señala Camila—. Es por tú... ehm... perdón. Por Tiago García. Se unió al equipo este año. Pensé que lo sabías.

— Oh, es cierto. Lo había olvidado. —responde Beth. Por supuesto que no lo había olvidado. Es más, no tenía ni la menor idea.

Es cierto que al padre de Tiago le encantaba el ajedrez, y, en un futuro, esperaba que a su hijo también. Durante la infancia de Tiago, pasaban todos los sábados nocturnos en la sala de estar jugando partidos e ideando métodos para ganar rápidamente, aunque en estas partidas el señor García siempre resultara ganador. El padre de Santiago estaría orgulloso.

Camila sonríe y vuelve la vista hasta a su ordenador para escribir un par de cosas. Beth aguarda unos minutos para continuar cuestionándola, pero al parecer, Camila ha olvidado que Beth está ahí.

—¿Vas a quedarte hasta tarde? —pregunta Beth, mirando la hora en el reloj de la pared. Dos y media—. Iré a comprar comida  y después paso a casa de Pablo. ¿Te unes?

—Debo terminar de redactar la sección de cultura, Beth. Ya será para la próxima. —responde Camila, esbozando una sonrisa de boca cerrada.

Beth asiente y toma con fuerza su mochila. Al salir de la sala de redacción, pasa por aquel pasillo fantasmal en el que Megan Abbot fijó su atención en ella. Con pesadez, abre su casillero y saca de un pequeño compartimento algo de dinero para emergencias, pues había escuchado que ya habían aumentado los precios en el restaurante favorito de Pablo.

Al fondo de aquel viejo casillero, yace una vieja fotografía de Beth y Tiago. En la foto, Beth sonríe alegremente mientras Tiago se limita a mirarla con dulzura. Es probablemente una de sus primeras fotos juntos, cuando Beth aún era «la dulce Eli». Beth hace una mueca al ver la fotografía, para después cerrar fuertemente su casillero y preguntarse si Santiago aún tendrá aquella foto posada en la mesita a un lado de su cama. Suspira y camina por el corredor, es hora de volver a casa.

Con amor, Megara.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora