Naruto's One-Shots

Naruto III

One-Shot Naruto: "Engaño"

Narra ___:

¿Qué más da ya? No importa. Mi mejor amiga me había apuñalado por la espalda. Metafóricamente.

Los veía frente a mi. Disfrutándolo. Besándose, sin saber que yo observaba todo. Todo y cada uno de los detalles mientras las lagrimas caían de mis ojos.

Comencé a aplaudir mientras repetía;

-Gracias... En serio... Por romperme el corazón.

- ¡No! ___, espera... -Gritó Naruto desesperadamente en un intento de frenar mi carrera, en un intento de alejarme de allí.

Estaba llegando a la espesura del bosque, cuando salté a un árbol, usándolo de escondite. Naruto no me había seguido. Demostraba lo poco que le importaba.

¿Tanto para nada? ¿Cinco años creyendo que él era la persona con la que pasaría el resto de mi vida, desperdiciados? ¿Ocho años creyendo que ella era la persona en la que más podía confiar? ¿Todo para que me demostrara exactamente lo contrario?

Miraba a la nada sin soltar ninguna lagrima, sin embargo, mis ojos ardían peor que con fuego.

¿Qué si estaba enojada? Enojada no. Decepcionada.

Las dos personas que más quería, me habian traicionado. Me habian demostrado lo poco que valía, y lo poco que les importaba realmente.

Todo de la peor manera posible.

Ella me había jurado que jamás me fallaría, que en ella podía confiar.

El me había jurado que siempre estaría con migo, en las buenas y en las malas.

Y lo mejor de todo. Yo hice lo mismo... ¿Realmente era todo cierto?

Les había dado y entregado toda mi confianza. Y ellos habían jugado con ella.

Miraba la nada mientras por mi mente pasaban todos mis recuerdos. Todo lo que había vivido con ellos. Las promesas, los juramentos... Todo lo que rompieron, arruinaron y destrozaron... Junto con mi corazón.

Realmente es patético que hayas caído en eso.

Mi vos interior solo empeoraba las cosas... Pero era cierto. Soy realmente patética.

Todo, todo. Es mentira. Y tú inútil, te lo creíste.

¿Realmente fui tan tonta? Si. Lo había sido.

Me lamentaba mientras el odio y el rencor se acumulaban en mi interior. Pero más que hacia ellos, hacia mí.

Tantas veces me había pasado lo mismo. Le entregaba a las personas mi confianza y me terminaban traicionando. Nunca aprendía de mis errores y lo único que hacia era volver a cometerlos una y otra vez.

Dolía. Realmente dolía. Sentía un vacío en mi pecho, y a la vez como su lo estuviesen oprimiendo con demasiada fuerza.

Me levanté, dispuesta a no mostrar debilidad. Salté del árbol y camine a mi casa. Sentía el frio viento chocar con mis mejillas, por donde las lagrimas habian pasado, causando que la helada se sienta más. Levanté la cabeza ignorándolo todo. Con el viento mis ojos ardían aún más, mientras mi pelo revoloteaba golpeándome la cara. Intentaba detenerlo mi pelo, pero el aire era demasiado violento. Mis pernas flaqueaban, y sentía que en cualquier momento me derrumbaría. Pondría simplemente la escusa de que todo era a causa del mal tiempo, pero en realidad sabía perfectamente que el dolor haría que me desmoronara.

Te haces una tormenta en un vaso de agua.

Me respondí a mi misma, y luego me di la razón.

No importaba que pasara, jamás demostraría debilidad.

Ya lo haz hecho.

Lo sabía. Pero no lo haría de nuevo.

Comencé a correr sin mirara atrás. Ya era de madrugada. No había nadie despierto en Konoha. Solo yo y mi tristeza.

¿Cuántas horas había pasado en aquel bosque torturándome a mi misma? Ni yo lo sabía.

Llegue a mi casa, pero no estaba sola. En mi puerta, apoyado en ella, estaba Naruto, completamente dormido.

Lo mire un par de segundos, y durante un instante pensé que me apiadaría.

Eso nunca.

Entré por la puerta trasera, evitando que el rubio despierte y me dirigí a mi habitación. No pensé en nada más y me tire en mi cama en un intento de dormir.

Como ya lo haz hecho antes.