¿Este Es Nuestro Final? [MHYY #2]

23.Muertes silenciosas

Parpadeo, sacudo mi cabeza, todo es muy repentino.

En un momento tenía mala suerte, en otro momento una foto que creía eliminada fue enviada a mis conocidos, y ahora aparece una desconocida que resulta ser amiga de Axel.

Ahora sí, nada podría... No, no lo diré, si lo digo algo aún peor sucederá.

—¡Chicos! —la voz de Kennedy se hace escuchar, ganando mi atención y la de los demás al tiempo que entra a la sala— Cambio de planes, Arthur quiere que todos estemos en la comisaría, hoy. Así si alguien usa a algún otro como coartada, ese otro podrá afirmarlo o negarlo —al terminar de hablar, su vista fue directo a Gabriela y hace una mueca; tal vez intentando descifrar quien es—, perdón, pero, ¿Quién eres tú?

—Es amiga mía, Fresita. —responde Axel, Kennedy hace un mohín con sus labios pero asiente lentamente.

Escucho un carraspeo, miro directamente a Drew quien se levanta de su asiento. Antes de poder notarlo ya me había tomado del brazo y sacado de allí sin siquiera opinar, lo dejo arrastrarme a sabiendas de lo que me dirá.

Luego de salir de la sala e ir directamente a su habitación, cierra la puerta de forma brusca y la mirada que me lanza me hace entender que no está para nada contento. Me dejo caer sentada en su cama.

—¡¿Estás loca?! —exclama al fin, inflo mis cachetes.

—Si, mucho.

—¡No estoy jugando, Leah!

—¡Lo sé!

—¡¿Por qué m*erda lo besaste?! —grita, aventando su celular a la cama. Agradezco que haya sido a la cama y no al suelo, Drew ya gastaba bastante como para tener que reemplazar su teléfono.

—Él me besó —me apresuro a decir, Drew me mira con los ojos entrecerrados. Mis palabras sólo lo habían hecho enojar aún más. Suspiro, y decido añadir: —, pero yo le correspondí... Así que sí, enójate.

—¡Por supuesto que me voy a enojar, besaste a un idiota que tiene novia! ¡Y ni siquiera es porque le gustas, oh no, fue por venganza! ¡Apuesto a que ni lo sabías! —ríe irónico, tomando su pelo rubio y halándolo en un acto de desesperación. Me confundo.

—¿Venganza?

—¡¿Ves?! ¡Tú nunca sabes nada!

—Drew. —murmuro, dejándole claro que quería que me explicase a qué se refería.

Él suspira, me mira con ojos nerviosos e intenta tranquilizarse. Era una mezcla entre preocupado y enojado.

—Leah, mientras estabas besuqueándote con Jackson, yo estuve hablando con Megan, poniéndome al corriente mientras esperábamos saber algo de tu hermano —habla firme—. Me dijo cosas, de vez en cuando le era infiel a Jack y él siempre se las perdonaba, como todo el pendejo que es —ríe irónico, dejando de mirarme—. Me contó que esta vez estaba más que enojado, hace cuatro días la encontró besándose con uno de sus primos. Dijo que se vengaría.

Y entonces entiendo a qué se refería.

—Él... —comienzo, pero Drew me interrumpe.

—Él te usó, mald*ta sea, te usó para vengarse de alguien a quien ni le importaba. ¿Quién mejor para serle infiel a Megan, que alguien casi idéntico en actitud a Megan? —murmura, las palabras de Jack llegan a mi cabeza: Tú y ella se parecen.

—¿Tan iguales somos? —cuestiono en voz baja, algo shockeada.

—Parecidas, normalmente cualquiera que no las conociera a fondo diría que son idénticas en actitud, pero no, créeme que no. Pero claro, tú tenías que ser el juguetito de Evans —hace una pausa, ya no tan alterado como antes—. ¿Sabes? Estoy decepcionado, y no creo que gritándote vayas a entender, al fin y al cabo eres Leah Carter: La sufrida, la que nunca se equivoca, la que siempre saca una excusa para ser la víctima —chasquea la lengua, evitando mirarme—, puede que luego te pongas a llorar y a insultarme por decírtelo, pero sabes que es cierto. Caíste en el juego de Jack, le correspondiste a un chico que tiene novia, y apuesto a que si te lo sigo echando en cara buscarás la forma de hacerte la inocente. Te quiero, Leah, pero así eres.