36.El mayor enemigo es uno mismo

2.9K 220 57
                                    

Maratón 2/5.

No lo entiendes, nunca lo entenderás, así que deja de intentarlo.

No

puedes

ponerte

en

mis

zapatos.

Escucho su voz en mi mente, repite esas palabras una y otra vez, no se cansa. Scott está dormido, su pecho sube y baja con lentitud. Se ve tranquilo, inocente, casi parece que no estuvo llorando durante horas. Luego del asunto en el baño, hice varios intentos en vano de consolarlo, hasta que Scott se tiró en la cama para seguir llorando conmigo a su lado. Terminó quedándose dormido.

Extiendo mi mano y siento el roce de mis dedos contra su frente, está caliente. Ese pequeño moretón estaba haciéndose cada vez más grande, la cicatriz en su sien me tenía preocupada.

Es sólo un niño.

No pude dormir, sin importar cuanto quise hacerlo, no pude. Sentía que si cerraba mis ojos por sólo unos segundos, Scott desaparecería, no estaba lista para dejarlo ir.

Observo el gorrito blanco en la mesita de noche, la mancha de sangre que había dejado su sien aún seguía ahí, como un torpe recordatorio de algo innecesario.

Una lágrima se desliza por mi mejilla derecha, intento secarla, pero otra se apresura a salir.

Nunca lo noté, nunca noté la ayuda que Scott pedía a gritos. "Un adolescente hormonal" ponía como excusa para no ayudarlo, para ignorar el hecho de que mi hermano actuaba extraño, perdido, desconcertado.

Lo abandoné, no puedo ni siquiera poner la excusa de que siempre estuve para él y que era culpa suya no haberme hablado del tema. No lo es, es mi culpa, mía. Lo abandoné por 2 años, a él y a los demás. Sin darme cuenta, estuve controlándolo cuando apenas tenía 12 años, ¿Quién hace eso?

Una pésima hermana.

Soy una terrible hermana.

Escucho el tono de mi celular con el aviso de que ha llegado un mensaje, ese simple acto me saca del trance en el que yo misma me he metido. Seco mis lágrimas y estiro mi mano para poder alcanzarlo; leo el mensaje desde la pantalla de bloqueo.

Drew: Hey! ¿Cómo está mi chica favorita? ¿Amaneciste bien?

Sonrío de lado casi por instinto, Drew nunca me daba los buenos días, algo ha de querer este tipo.

Leah: Bueno, podría estar mejor.

Leah: ¿Qué quieres, Drew?

Drew: ¿Debería querer algo? ¡Me ofendes, niña, sólo me preocupo por ti!

Leah: Drew...

Drew: Es la verdad, tú piensa lo que quieras.

Drew: ¿Te apetece venir? Tengo helado y podemos ver juntos la nueva serie que salió hace una hora.

Leah: Está bien, ¡Pero no te atrevas a adelantarte sin mí!

Drew: Sí, señora.

Drew: ¿A qué hora vienes?

Leah: Dentro de una hora ya me tendrás ahí.

¿Este Es Nuestro Final? [MHYY #2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora