Capítulo Cinco

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Jouna

—Mierda... Maia— murmuró Kendall levantándose para vestirse.

Cuando terminó de arreglarse rápido, me miró y yo alcé una ceja.

—No sé dónde está Maia...

—Conociendo a Josh, está con él— tomé mi ropa y me vestí en cinco segundos —¿Estás lista?

—Sí— asintió tomando su bolsa —¿A dónde vamos a ir?

—Por ahora hay que salir de aquí— tomé su mano para salir —Después al auto.

—Está bien—. Asintió siguiéndome ya que la había tomado de la mano para salir de ahí cuanto antes.

Bajamos las escaleras corriendo y choqué con Josh quien traía a la amiga de Kendall. Ambos nos miramos riendo y salimos con las chicas al auto.

Estábamos cerca cuando las patrullas llegaron y los cuatro subimos. Emprendimos la carrera y dejamos atrás a todos.

—¡Eso sí que es una fiesta!

—Eso casi me causa un infarto—. Rió Kendall poniendo una mano en su pecho.

—Bueno, no es como si fuera la primera vez— le guiñé un ojo y miré a Josh —¿Sacaste lo qué queríamos?

Josh asintió sacando un paquete lleno de dinero.
Yo lo tomé mirando todo lo que habíamos ganado con una pequeña apuesta que Josh se había encargado de hacer con mi dinero.

Choqué las palmas con Josh y miré por el retrovisor a las chicas.

Kendall arqueó una ceja y miró a Maia que se veía bastante tranquila para después mirarme a mí en busca de una respuesta.

—Ah...— sonreí —Apostamos una cantidad de dinero hace una semana, ganamos y venimos a cobrarlo. Por eso venimos a la fiesta.

—¿Y sabes en qué lo vamos a gastar?— sonrió Josh —Maia y tú están incluidas por supuesto.

—Sip, definitivamente hoy ha sido un día raro...—. Suspiró mirando por la ventana —¿Qué se supone que tienen en mente?

Su teléfono sonó y de inmediato lo sacó, lo cual se me hizo bastante raro ya que eran las dos de la madrugada.

—Pues planeamos un viaje a la playa y...— la miré y alcé una ceja —¿Todo bien? Porque todo tu rostro dice lo contrario. Estás blanca.

—Maia son mis padres.... –le enseñó el teléfono a su amiga.

–Estem...—. Le arrebató el teléfono y lo tiró por la ventana —Problema solucionado.

—¡Maia! ¡Mi celular!—. Reprochó molesta

Miré a Josh y alcé una ceja mientras me giraba de nuevo para mirar al frente y empezaba a reír fuerte.

—Eso no lo esperaba— carcajeé —¿Entonces se unen al plan de la paya?

—Bueno, en vista de que alguien— le envió una mirada asesina a Maia —provocó que me metiera en un problema peor con mis padres. Supongo que sí.

—Que bueno— reí dándole mi celular a Kendall —Llámalos y diles que vuelves después, sólo diles que estás bien. Tranquila. Yo te devuelvo a casa en dos días— le guiñé un ojo —Yo también tuve padres.

—¿Dos días?— rió y tomó mi teléfono, pero me lo devolvió con una mueca algo extraña —No, no les voy a llamar. Pero gracias

—Pero....— me encogí de hombros y guardé mi celular —Bien. Pero mi propuesta sigue en pie a menos de que quieran quedarse más tiempo allá.

Lo Que La Vida Me Robó©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora