1.

36 4 0
                                    

A veces pienso que no debí haberle dejado cruzar aquella fina línea que delimitaba nuestra relación. A veces pienso que él no debió dejar que se desdibujase la marca en la arena que nos separaba. A veces pienso que fui tonta al pensar que aquella en realidad era una separación insalvable. Estaba claro que no lo era. Y la traspasamos. Pero las cosas no siempre salen como uno espera.

Hay una fina línea entre ser una fan con suerte y una amiga de verdad. El problema fue la confusión.

Las cartas que le escribí eran inocentes. Sólo buscaba refugio, anhelaba sentirme comprendida. Creo que no era algo tan malo, ¿no?

Quiero decir, todos en esta vida buscamos a alguien que nos entienda, y cuando le encontramos no queremos dejarle marchar por nada en el mundo. Pero a veces no le encuentras de la manera en que desearías.

Marc era todo lo que quería, pero también era todo lo que no tenía.

Y le mandé una carta.

Mejor dicho, le mandé un mensaje. Por Snapchat, algo efímero, sólo duraría los minutos que tuviera abierto el mensaje. Luego desaparecería. Nunca pensé que me contestaría.

Tres emoticonos que me mandaban besos cambiaron mi vida.

¿Finales felices?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora